Miro el reloj,
impaciente,
¿en qué momento se paró
el tiempo?
¿Llegué tarde?
Espero que no.
Una carta bella quiero yo
entregarte.
Los aviones,
despegando,
y te encuentro casi por
marcharte.
Te abrazo,
y me mirás.
"¿No me vas a dar un
último beso?"
"Al regresar",
prometí,
"te llenaré de ellos"
y sonreí.
"No te olvides",
respondiste.
Y desde entonces yo
sigo esperando.
¿Dónde estás?
Ya son dos años.
¿No deberías estar acá
entre mis brazos?
Te extraño,
¿dónde estás?
Estoy perdiendo los colores
que pintaste...
en mí.