Hoy envié al correo
una postal sin destinatario.
Le agregué mi sello personal
y la mandé lejos a volar.
Tal vez llegue a París,
o se adentre en Nueva York;
ojalá que no se atasque
entre un montón de nieve.
"¿Silbarás mi canción?",
le pregunté antes de enviarla,
"necesito que lo hagas
para saber en donde encontrarla".
Espero que mi melodía
alcance cada rincón,
y que sea escuchada por mi Cielo
aunque no sepa que fui yo.
No tiene destinatario
porque desconozco su paradero,
no recuerdo ni su rostro,
solo su nombre y el amor que siento.
La postal no es de Madrid,
solo de un cielo rosa pastel,
porque sé que cuando la mire
sabrá que no estoy lejos de allí.
Hoy envié al correo
una postal sin destinatario.
Al dorso le escribí un poema
sobre un amor que cruzó el mar.
Tal vez llegue a una parisina,
o la lea una neoyorquina;
mientras no sepan español,
yo me quedo más tranquila.
"¿Silbarás mi canción?",
pregunté algo preocupada,
"necesito que lo hagas
para que ella logre escucharla".
Espero que mi poesía
alcance cada rincón,
y sea ella la primera persona
en hallarse entre mis líneas.
No tiene destinatario
porque desconozco su paradero,
no recuerdo ni su rostro,
solo su nombre y el amor que siento.
Hoy envié al correo
una postal sin destinatario.
Dejé mis besos en un borde
deseando que ella los reciba.
Y si aquella foto la encuentra,
ojalá no se arrepienta.
Sigo esperando su regreso
para cumplir con mi promesa...