Hola, Cielo.
Si te encuentras leyendo esta carta, significa que el joven al que contraté siguió mis instrucciones y ahora te hallas en la habitación de un hotel, preguntándote por qué no fui yo quien te recibió en el aeropuerto.
Si no es el caso, puedes romper o quemar este papel, fingiendo que jamás alcanzaste a recibirla.
Pero si es el caso, recomiendo que continúes con la lectura.
Quisiera disculparme en persona por lo sucedido, no creas que seré tan cobarde de llevarlo a cabo mediante una carta.
No voy a extenderme en explicar qué ha ocurrido: las acciones dicen más que las palabras, por lo que decidí faltar a mi promesa como alternativa para dejar claro lo que siento.
Cinco años es mucho tiempo, Cielo.
Desconozco qué ha sido de ti durante tu viaje y admito sentir una pizca de curiosidad respecto a lo que tus ojos han visto del otro lado del mar, sin embargo, mis sentimientos hacia ti, igual que mi propia esencia, han tomado un rumbo inevitable en estos años.
No puedo entregar algo que ya ha caducado.
Si quieres un beso, recibirás de mi parte uno en la mejilla cuando decidamos vernos y aclarar los puntos que hayan quedado pendientes, así como también la disculpa que te debo por haberte plantado en el aeropuerto.
Antes de finalizar esta carta, ¿recuerdas si alguna vez te mencioné un pasatiempo oculto? Pues si es así, anota en tu calendario el 14 de febrero como un día importante: gracias a ti he logrado lanzarme hacia la música y mi primer EP estará disponible a partir de esa fecha. Ojalá quieras escucharlo, ya que en cada verso puedes percibirte a ti, a mí y a quienes fuimos.
Gracias por todo lo que hemos vivido, Cielo, y gracias a la distancia he aprendido que la vida no se trata de sufrir en espera de un amor, sino de disfrutar cada día mientras llega alguien que nos merezca y merezcamos a la vez.
Con cariño, tu primer amor.