El secreto en tus labios

Capítulo 28|Sebastian

 

Forgive me

Is all that you can't say

Years gone by and still

Words don't come easily

Like forgive me...

Baby Can I hold you/Ronan Keating (Cover) 

 Vuelvo a la casa de mi padre, más bien la casa de mi abuelo, mejor dicho, la casa de hermana ¿O es mía? La verdad ya ni eso sé. En su testamento el viejo indica que el resto de sus bienes, que no son ni lo relacionado con la fábrica o el fideicomiso se dividieran en partes iguales entre Violeta y yo. 

Mi graduación es en un par de semanas, lo cual significa que está llegando la hora de iniciar una nueva vida

¿Con Dafne…? 

Unos días antes de la lectura del testamento le pedí que se fuera conmigo a España. Se puso rara luego de eso y preferí dejar ahí el tema. No tenía ganas de discutir en ese momento con ella, nunca tengo ganas de hacerlo de hecho, por eso la he estado evitando. Luego pasó lo de Matt, es obvio que la amo, nunca dejé de hacerlo y ella me ama a mí también. 

Y sin embargo, estamos los dos separados, a estas alturas ni yo entiendo por qué. Quizás sea mejor así.

Violeta me invita a almorzar con ella y Lizzie, hizo caldo de res con verduras. No es mi favorito pero es comestible, creo que a mí sobrina no le gusta mucho la verdura ni la carne, de hecho, dice que es muy dura y le cuesta masticarla. Esa niña se parece a mí cuando era pequeño. 

Qu'est-il finalement arrivé au problème d'Eric? —le digo en francés a mí hermana para que Lizzie no lo entienda. 

—Pues nada, solo se esfumó. Quiero decir, me imagino que se asustó cuando León Ross le habló sobre sus honorarios o algo así. No me importa, estoy contenta de que haya desistido. No quería que mi solecito tuviera su naco apellido en su nombre ¡Ugh! 

—¡Mami, mami!

Ayuda a Lizzie a deshilachar su carne y de paso le quita el gordo. Dice que es malo que la niña coma mucha grasa. Ver así a Violeta me pone a pensar en cómo sería su vida de no haber aparecido Eric. No sé si ella lo preferiría o no. Después de todo, ese malnacido nos dejó algo bueno. 

—¿Le debemos una a Matt? —la cuestiono, ya que me acuerdo de aquello que James me dijo esa noche. 

—Técnicamente no hizo nada, pero igual le debo una. Ella es genial y valiente, muy valiente. 

Se encoge de hombros y suelta una risita pícara, percibo que hay algo que no me está contando. La opinión de mi hermana respeto a Matt cada vez que tocamos el tema es distinta. Aclara su garganta y acomoda su pelo detrás de sus orejas, creo que me va sermonear aunque no sé por qué. 

—Oye por cierto, Clara me contó que te vio abrazado con ella a la salida del juzgado esta mañana ¿Cómo está eso? Quiero decir, ¿volvieron? ¿Qué pasó con Dafne?

—¡Dafne le cae bien a Mimi, es bonita y le hace colitas y juega con nosotros, bailamos y coloreamos y somos amigas…! —interviene mi sobrina. 

—Sí, mamita… —le digo—. ¿Por qué no vas a ver la sorpresa que te traje? 

—¿Por qué? —cuestiona la niña—.  Quiero quedarme aquí, tío Bastian. Ya soy grande, tengo 4 años.

—Vamos, Lizzie… 

—Puedes jugar con lo que hay mi mochila si quieres, canchita*

Le guiño un ojo. Puedo ver la cara de ilusión de mi sobrina cuando le digo que puede hurgar entre  mis cosas. De todos modos no llevo nada importante en esa mochila, solo su regalo, una seta amarilla de peluche. 

—¿Seguro? Es muy traviesa y está en su fase de artista ¡Deberías ver lo que le hizo a la pared del baño! Nunca debí darle esa caja de témperas. 

—Ya lo vi—. Me río—. ¿Qué te digo, perejil? Tenemos a la reencarnación de Jackson Pollock en la familia.

Me causa gracia su ceño fruncido cuando le digo eso. Si mi hermana era regañona y maternal conmigo, con su propia hija lo es al cubo. Rodeo su hombro con mi brazo para tranquilizarla. Es solo una niña, no es gran cosa lo que pueda destruir. 

—Volviendo a lo otro, ¿Qué me dices? Es raro que Dafne no se haya aparecido por aquí los últimos dos fines de semana. Suele visitarme cada que viene a Xela, y tú te estás quedando aquí…

Ruedo los ojos. Lo malo de mi hermana es que tiene esa licencia tácita para intervenir en mi vida privada sin que pueda reclamar por ello e igual yo en la suya. 

—Me quedo aquí porque le rentaste a Matt el departamento que está arriba de la fábrica. Violeta Isabel ¿Por qué lo hiciste? Quiero decir, no me imaginé que te hiciera falta el dinero. 

Resopla. En realidad hay algo que Violeta no me está diciendo y creo que es hora de averiguarlo. 

—Pues sí, la empresa tiene un pequeño déficit pero no lo hice por eso ¿Has oído de la sororidad? Quiero decir, como cuando ves a una chica siendo acosada por un tipo en la calle y entonces tú tomas su mano aunque no la conozcas para ayudarla a escapar y finges que…

—¿De qué demonios hablas, Vi? ¿Quién está acosando a Matt? 




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