El secreto en tus labios

Capítulo 36|Matt

Wild, wild horses couldn't drag me away
Wild, wild horses, we'll ride them someday

Wild horses/The Sundays (cover) 

 

Mi madre hincada detrás de mí peina mi cabello como cuando era una niña y extrañamente estaba en casa. Incluso me quejo igual que en esos días porque está jalando demasiado mi pelo. A quién engaño, nada es igual después de lo que ha pasado, aunque mi padre diga que me estoy recuperando demasiado rápido, milagrosamente y que en todos sus años ejerciendo nunca había conocido de un paciente cuya recuperación fuera tan rápida luego de un coma. Dice que me ayudó bastante mi edad y el hecho de que  mi salud fuera excelente, también que el tiempo que pasé en coma no fue demasiado, apenas 10 días desde que caí inconsciente en el incendio hasta que comencé a mover los dedos y otros tres hasta que desperté. Pero han pasado más de 6 meses y aun tengo que usar una silla de ruedas la mayor parte del tiempo o en su defecto muletas, también debo ir con el fisioterapeuta a que me de masajes en las articulaciones. 

—Mi niña, mi niña linda... —canta mientras el peine se desliza por mis cabellos, mojados por sus lágrimas. 

Desde que me dieron de alta y me trajeron a casa de mi padre, mi mamá viene cada mañana y se queda hasta el mediodía conmigo ayudando a que pueda bañarme y arreglarme un poco. Supongo que es lindo pasar tiempo con mi mamá después de todo, pese a que no sabe cuándo callarse y que se la pasa cantando o intentando debatir conmigo quién de los dos es más guapo, si Sebastian o James como si se tratara de dos estrellas de cine, aunque sabe mi respuesta de antemano y que no cambiaré de opinión, para mí no hay otra persona como Sebastian. 

La compañía de Marta me hace sentir mejor ya que en la mañana no hay nadie en la casa, Mafer está en el colegio y mi papá trabajando en su clínica; Vicky ya no vive aquí, papá y ella terminaron poco después de que caí en coma, además estoy segura que a la sirvienta no le agrado, entonces mi madre es la mejor compañía que puedo tener en un momento del día cuando mis amigos y mi novio están ocupados con sus vidas, lo cual está bien, no necesito que me cuiden todos como a una muñeca de porcelana, ya se los he dicho. 

 Siempre mantuve cierta distancia con mis padres, las circunstancias en que crecí me hicieron demasiado independiente de ellos. No tenía idea de que los necesitaba tanto, hay cosas que uno no comprende hasta que es un poco tarde, como cuando tu novio viene y te cuenta la historia de una tragedia olvidada que le contó tu padre y que le ha inspirado a convertirse en Sherlock Holmes y para lo cual cuenta con todo tu apoyo y ayuda.  

Siento un tirón en mi cabello por lo apretada de la trenza que intenta tejer en mi cabeza y doy un pequeño grito ante el cual sonríe. 

—¡Mamá…! 

—Dilo otra vez —me pide con los ojos aguados. 

Sé por qué su emoción al escucharme decir esa palabra tan pequeña fuerte y claro como una persona normal, a mí también me provoca escalofríos. Pensar en que me dijeron que cuando desperté no podía ni comer sola. He ido aprendiendo a vivir otra vez y de a poco, muchas personas dirían que es deprimente pero yo creo que es un proceso hermoso el que estoy viviendo.  

Me sonríe a través del espejo mientras me hace una seña para que levante la cabeza. La observo con curiosidad. No es la misma mujer de mi recuerdo, sino algo más, más gorda, más encorvada, con el cabello lleno de mechones de plata. Entonces comprendo que quiero mucho a mi mamá y recién me estoy dando cuenta. Solo espero que el tiempo no se la lleve tan pronto como pasó con la madre de mi amigo. 

Después del mediodía viene Mafer del colegio, le gusta venir aquí con su tarea de álgebra y su juego de ajedrez de jade a hacerme compañía y a platicar mientras se come el almuerzo que le ha dejado la sirvienta para que le enseñe estrategias y después ensaya frente a mí los covers de las canciones que piensa grabar y subir a su canal de youtube. No sé en dónde carajos fue a escuchar a The Sundays, pero su cover, del cover de “Wild horses” no le sale nada mal. 

Faith has been broken, tears must be cried

Let's do some living after we die…

—¡Bravo! —le aplaudo.

Me hace una reverencia forzada inclinando su cabeza. Es muy vanidosa, utiliza mucho esa falsa modestia que percibo demasiado bien porque era la forma en que me comportaba yo ante un cumplido hasta hace muy poco.

Es muy dulce que me haya dedicado esa canción. Escuchó a James decirme que soy tan terca que ni una manada de caballos salvajes habría podido llevarme lejos en contra de mi voluntad, en alusión a lo que cuenta, una novia de Mick Jagger dijo cuando regresó de un coma. En el fondo sé que es mentira, soy igual o más débil que Mafer a sus 16 años y que James lidiando con la pérdida de su mamá de manera tan lamentable como para haber tenido que haber tenido que dejar de trabajar. 

—¿Cómo conociste esa banda? —le pregunto. 

—Internet  —contesta rodando los ojos. 

—Ajá…

—Ok, ok ¿Me matarías si te digo que tu novio me prestó un usb con un montón de canciones viejas y raras? Dijo que si iba dedicar una canción a un chico que pasara de dedicarle las canciones de Camila Cabello o iba salir huyendo.

 Suelto una carcajada, sí, eso diría él, aunque sé que es admirador de closet de esa cantante. Hablando del demonio, tocan tres veces la puerta. Arreglo mi cabello con los dedos, sé bien que es él. 




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