El teorema de Grany

El teorema de Grany

 

 

Queridísima nieta:

                                 Te escribo para despedirme personalmente y expresarte con el corazón entre las manos, todo el amor que siento por vos, inmensurable, infinito y eterno del que me llevo una porción y te reservo el resto para que de vez en cuando te acuerdes de esta viejita que alguna vez te acompañó físicamente y ahora te custodiará y cuidará desde la cercana lejanía perenne.

                                Quería entregarte algo más que los bienes materiales a tu nombre (de los que se encargará tu padre como se lo he pedido y sé que así lo hará). Quería que tuvieses algo mío más íntimo, más sentimental. Quizás creas que se trata de delirios de una vieja con algo más que un pie en la tumba y no estés tan desencaminada, pero si tenés ganas de leer estas hojas, amarillentas muchas de ellas que transcribí para que sean legibles, te las dejo para que conozcas un poco más a tu abuela, ya que el plazo terrenal nos lo impidió.

                                Lamento profundamente no haber podido quedar embarazada tan joven como hubiese deseado (creeme que con tu abuelo Germán nos esforzamos con ímpetu y tesón, sin sosiego). Cuando llegó tu padre fue inesperado y una enorme bendición, aunque éramos algo mayores. Luego él se tomó su tiempo (excesivo a mi humilde entender) para darme una nieta y la cronología no actuó a mi favor. No obstante, el hecho de que hubieses irrumpido en mi vida, me cambió de forma poderosa y vital y estoy enormemente agradecida por eso. El amor maternal es incondicional, absoluto, pero el amor que se siente por un nieto es superlativo, revitalizante, permisivo y diría que abarcador, porque es la suma de varios amores en uno y resumidos en una sola personita y esa fuiste vos mi pequeña Paz.

                                 Abreviando esta misiva, te hago una corta referencia sobre mi niñez común a tantas otras, excepto por el hecho de descubrir el nombre espantoso que tu bisabuela eligió para mí. Cuando supe la historia oculta detrás de ello, la perdoné un poco, pero eso no significaba que alguna vez iba a llegar a agradarme. Lo elucubró en honor a sus hermanas mellizas Grazia y Anya fallecidas durante el parto por negligencia de un médico alcoholizado, drogado o ambas cosas al que nunca pudieron imputar por falta de pruebas de mala praxis. Lo cierto fue que ordenó inducir el parto, pero no controló las dosis ni hizo monitorear la frecuencia cardíaca de mis hermanas, que disminuyó abruptamente al punto de nacer muertas. No quiero entristecerte sino contarte algo horrible que sucedió y que afectó a mi madre aun siendo chiquita hasta el grado de bautizarme como Granyzia en una conjunción irreal de ambos nombres. Tal vez la pobre mujer se haya encontrado en estado de embriaguez o de enajenación haciendo méritos suficientes como para ser instalada en una institución mental (me inclino por la segunda opción. Si se sorteaba una estadía en algún psiquiátrico, mi mamá tenía todos los números). En fin, me dijeron que el nombre suena algo así como a abuelita en inglés, así que ahora no me disgusta tanto. Afortunadamente tu madre tuvo sensata lucidez al elegir el tuyo, muy bello, por cierto.

                                 Me acuerdo también de algo puntual que me acompañó toda la vida. Siempre le tuve terror a las langostas. Sufrí un cuadro agudo de langostafobia (no creo que exista ese término, pero es el que más se ajusta). Un día como tantos otros, estaba desplazándome raudamente con mi triciclo (escasamente sabía pedalear por lo que mi velocidad era comparable a la de una babosa), cuando un vil insecto de esos se posó en mi pierna. La miré, desfachatadamente me devolvió la mirada y acto seguido, demostrando una capacidad pulmonar privilegiada, emití un grito digno de cualquier película de terror. Alerté a todo el vecindario y mi mamá tuvo que excusarse argumentando que me había caído y lastimado. Este relato es insignificante y dudo que suscité tu interés, pero quise cortar un poco la amargura de lo que te conté con anterioridad.

                              Volviendo a retomar el hilo, acerca de mi vida adulta te puede hablar tu padre, ya que no hubieron hechos que marcaran una diferencia anecdotario, por lo tanto, me aboco a relatarte sobre la época más difícil que todos atravesamos ya que es de transición y en la que, lo bueno y lo malo se ve sobredimensionado con extrema euforia o como la peor de las tragedias, pero es inevitable transitarla. Aquí van mis memorias de juventud, que ordené concienzudamente y gradualmente para una ávida lectora adolescente y a lo mejor, una futura escritora…

                                    Te amo mi cielo.

                                 Hasta que nuestras vibraciones se vuelvan a armonizar en la misma melodía homofónica.

 

                                                                                         Grany

 

 

                                                                                                                                                                                                               

 

                                                    PRIMER AÑO:  ESTRÉS

 

      Siempre fui buena alumna durante mi etapa primaria, pero mi ingreso al colegio secundario a mis casi 13 años y con el reciente cambio evolutivo de la primera menstruación, la transformación corporal, la inseguridad, el temor a lo desconocido del nuevo ciclo y sus dificultades, significaron un hecho traumático prácticamente inmanejable. Sumado a todo esto, con mi amiga del alma nos separamos porque una había optado por la división comercial y la otra por bachiller con orientación a futuro para la docencia. Íbamos a la misma institución, nos veíamos en todos los recreos, cursábamos en aulas contiguas, sin embargo, ya nada era como antes. Tanto fue así que repercutió en mi nivel académico, el que, por supuesto, declinó. Mi mamá se preocupó y trató de acompañarme en el proceso, pero, en lo referente al plano educativo, no contaba con los conocimientos como para ayudarme.



#17767 en Otros
#5152 en Relatos cortos

En el texto hay: dolor, engaños., consejos de amor

Editado: 28.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.