El Tiempo Que Sea Necesario

CAPÍTULO SEIS.

 

CAPÍTULO SEIS

 

 

Alexandra

 

 

— Pagaré con tarjeta de crédito — habló, y la encargada asiente

 

— Alexandra no — murmura Cris, girándome hacia él, quedando bastante cerca

 

— No me importa

 

— No quiero que tu pagues todo, ni siquiera nos conocemos... — habla provocado que haga una mueca

 

— Míralo como un préstamo — susurro, y el muerde su labio inferior

 

— Señorita, puede firmar aquí, por favor — me llama la enfermera, mientras que yo me doy la vuelta mientras asiento

 

— Necesito que la operen lo más rápido posible, que hagan todo lo que sea necesario, y como lo dije, no me importa el precio, yo lo pagaré

 

— En seguida daré la orden para que preparen todo para la operación — informa revisando algunos papeles. Le agradezco, para después concentrarme en el castaño

 

— ¿Por qué haces esto?

 

— Porque se ve desde lejos lo importante que es tu madre para ti — hablo sonriendo, pero el me mira confundido

 

— Pero, no tenemos una relación cercana, para que pagues todo ese dinero por mi "felicidad"; ¿qué te hace pensar que yo no soy de esas personas que se aprovechan de otras? — habla, y yo tomo una gran bocada de aire

 

— Porque confío en ti

 

— ¿Cómo piensas que te pagaré cincuenta mil dólares Alexandra? — pregunta haciendo que sonría 

 

— No quiero que me des dinero, solo dos cosas, que nunca te alejes de mí y que me digas Lexa, solo de tu voz me gusta como suena — digo con una pequeña sonrisa pero cuando él estaba por hablar, mi teléfono suena anunciando una mensaje de mi hermano mayor 

 

 

En los mensajes

 

 

— ¿Dónde estás?, regresa a casa ahora mismo...

 

— Ahora voy...

 

 

Fin de los mensajes 

 

 

— Me tengo que ir, suerte con todo Cristopher... — habló antes de caminar hacia la salida

 

Cuando estaba por arrancar e irme a mi casa, escuche como tocaban la ventanilla de mi camioneta, cuando me gire a ver, quien era, me encontré con esos ojos cafés que no me cansaría nunca de ver

 

Baje la ventana y él me sonrió

 

— Te lo prometo, Lexa...

 

 

Una semana y media después

 

 

— ¿Dónde estudias tú? — pregunto a Cristopher, mientras veía el atardecer caer

 

— En una universidad — exclama sarcástico y yo ruedo los ojos

 

— Wow, eso no lo sabía — hablo y el ríe

 

— Estudió en Central Piedmont Community College, estoy estudiando administración de empresas... — habla y yo asiento lentamente — ¿Tú que estudias?

 

Ale: diseño gráfico, me encanta esa carrera y la volvería a elegir una y otra vez - hablo emocionada y él sonríe

 

Cris: sí que te gusta tu carrera - me dice y yo asiento - yo creía que todos los niños ricos se iban a estudiar a otros países

 

Ale: estuve a punto, me iba a ir a Alemania - confieso y él se sorprende

 

Cris: que humilde - habla riendo - a mí me dolió dejar México, y eso que es frontera de Estados Unidos, y tú te ibas a ir hasta Europa - dice y yo lo miro confundido

 

Ale: ¿dejar México? - pregunto y el asiente

 

Cris: llegue aquí de mojado, Anderson - habla y yo lo miro confundida

 

Ale: ¿mojado?

 

Cris: de ilegal - aclara -, mi mamá, Valentina y yo, llegamos de ilegales, yo tenía siete años, mientras que Vale tenía dos años

 

Ale: eso no lo sabía - susurro y él sonríe

 

Cris: apenas hace cuatro años nos dieron la nacionalidad americana, pero la verdad, yo estoy orgulloso de ser mexicano y deseo volver a mi país; aquí no es como se pensaba, la vida no es fácil aquí tampoco, solo tengo a mi tía; no mentiré cuando digo que en México es más fácil todo, pero al menos allá tienes a tu familia... - dice y yo me sorprendo

 

Ale: ¿y porqué llegaron a Estados Unidos? - pregunto y veo como su cara se pone seria

 

Cris: mi papá nos golpeaba a los tres - susurra y veo como empieza a apretar sus puños - a mi hermanita de tan solo dos años le pegaba, a mi mamá y a mi - susurra y las lágrimas inundaron su rostro - el arruino mi vida y la de mi mamá - habla y yo lo abrazo

 

Ale: Cris, no es necesario que me...

 

Cris: un día el llego muy ebrio, y golpeó a mi mamá frente a mí, yo la quería ayudar, pero no pude; yo solo tenía siete años Lexa - habla llorando, haciendo que yo lo abrace más - no la pude defender y permití que le hicieran daño y si algo le pasa ahora, jamás me lo perdonaría, porque no la pude cuidar nuevamente; soy el peor hijo

 

Ale: Cristopher, ya basta - digo y tomo su cara entre mis manos - tú no eres el peor hijo, tu mamá tiene mucha suerte de tener un hijo tan maravilloso como tú, y te aseguro que está muy orgullosa de todo lo que has logrado - le digo limpiando sus lágrimas

 

El me miro por unos segundos, dejándome ver, lo tan indefenso que puede llegar a ser; que, a pesar de estarse haciendo cargo de su familia, tiene su lado débil, como todo ser humano y me alegra mucho que demuestre conmigo ese lado...

 

No sabía que pasaba por su cabeza, después de todo lo que vivió en México por culpa de su padre, debe seguir siendo horrible, aunque el tiempo siga pasando...

 

Por mi parte si tenía en claro que era lo que pasaba por mi mente, y me cuesta aceptarlo, porque no es que él y yo nos conozcamos de toda la vida, solo llevamos una semana y media conociéndonos, pero existe la posibilidad de que empiece a sentir algo por él, y, ¡¡¡por Dios eso es patético!!! No lo conozco como se debe, para que me enamore de él tan repentinamente; digo, al menos puede llegar a tardarse unos meses, no una semana...




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