El Tiempo Que Sea Necesario

CAPÍTULO QUINCE.

 

 

 

CAPÍTULO QUINCE

 

 

Cristopher

 

 

¡¡Y llegó el día!!, la tan esperada quinceñera de mi hermana se hizo presente, y todo el mundo a estado corriendo de un lado para otro, mientras que yo solo las miro confundido, ¿tanta presión tienen?

 

En fin, como vi que se estaban poniendo muy agresivos, decidí irme a casa de Eder, donde seguramente estaba también Alberto, porque ni loco me voy con Mariana, ella está de un humor, que ni el sol la calienta

 

- Amigo mío, sabía que vendrías...

 

- Ten - dice molesto Alberto, y le da un dólar, que, Eder toma gustosamente - ¡¡para que vienes!! Perdí la apuesta por tu culpa - me dice y yo rio

 

Estuvimos hablando de diferentes cosas, cuando se llegó la hora de comenzar a prepararnos, mi ropa la tenía en la casa de mi amigo, ya que todos habíamos quedado en que aquí nos arreglaríamos para después irnos a la iglesia, donde mi hermana tendría su ceremonia, y la persona que la llevaría sería el papá de Mariana...

 

El momento de la ceremonia llegó, y cuando vi a mi hermana salir de aquel vehículo, sentí que el aire abandonaba mis pulmones, se veía hermosa

 

Llevaba un vestido de dos partes dorado, la parte de arriba está decorado con lentejuelas en el top, y, sobresalía una pequeña transparencia en el cuello muy delicada y sofisticada. La parte de abajo tiene una falda larga, que llega hasta el piso, que no tiene mucho volumen

 

Su cabello lo traía recogido en un sencillo peinado y su maquillaje también era algo sencillo

 

La ceremonia comenzó y una parte de mí, sentí que se decepciono porque Alexandra no llegó

Ella, después de aquella noche, no me volvió a hablar, solo se comunicaba con mi hermana para ver lo de su vestido; la he visto en algunos eventos, más, no me le he acercado por dos sencillas razones, una literalmente solo va minutos a los eventos, no dura ni una hora en el evento, y dos, no tengo el valor de acercarme a ella después de que la vi besarse con alguien más, está bien si, no somos nada, pero dolió o, mejor dicho, duele...

 

La fiesta sería en el patio de nuestra casa, es algo muy sencillo como dije, pero está hecho con mucho cariño y amor

 

Veía a mi hermana bailar feliz con sus amigas, más bien, todos estaban feliz, cantando, bailando y divirtiéndose, parecía como si no hubiera rastro alguno del sufrimiento que todos los que estamos presentes alguna vez tuvieron...

 

Era algo que amaba de la gente de mi país, que a pesar de todas las desgracias que pueden llegar a ocurrir, siempre tendremos una sonrisa para todo y que siempre estaremos el uno para el otro, que cuando otro necesita ayuda, siempre nos tendemos la mano; tal vez Estados Unidos me haya dado un lugar donde tener una “mejor vida” pero jamás lo llamaría mi país, ¿por qué? Porque México es mi verdadero hogar, porque México tiene esa gente que sabes que siempre estarán para ti cuando más lo necesites, aun cuando no seas de su mismo país, aun cuando no tengamos las mismas creencias, un verdadero mexicano jamás te abandonará, y, las personas que me rodean en este momento son un claro ejemplo de ello...

 

- Salió increíble, ¿no lo crees? - me pregunta Mariana acercándose a mí, y yo sonrío

 

- Debo aceptar, que te luciste, Mariana

 

- Obvio, todo lo que hago me sale increíble – dice, y yo ruedo los ojos

 

- Aumente tu ego, ¿no es cierto? - pregunta y ella asiente sonriendo

 

- Llegó - dice y yo la miro confundido

 

- ¿Quién?

- Alexandra - dice señalando con su cabeza, y tiene razón, allí estaba mirando hacia mí hermana con una sonrisa en sus labios

 

Su vestido color vino corto ajustado hasta su cintura, combinaba a la perfección con su cabello rubio el cual llevaba suelto con unas pequeñas ondas; su rostro llevaba colores bastantes naturales haciendo resaltar cada facción de su rostro, se veía realmente hermosa...

 

- Ve con ella - me susurra, y yo la miro un poco indeciso - si no te mueves en este momento, yo misma te voy a llevar a mi modo - dice molesta, y yo suspiro antes de dirigirme hacia ella, quien en cuanto me ve, muerde un poco su labio inferior

 

- Hola - la saludo, nervioso, en cuanto llego a su lado

 

- Hola; perdón por haber llegado de esta forma, pero tú me habías invitado, y...

 

- Tranquila, no te preocupes te aseguro que no todos los que están aquí, estaban invitados; por eso es mejor siempre hacer comida demás - digo y ella ríe un poco

 

- Se ve hermosa – dice, mirando a mi hermana

 

- Lo sé, se parece a mí – hablo, y ella ríe

 

- Sí, claro... Perdón, por no haber llegado a la ceremonia; tenía unos asuntos por resolver – habla, un poco triste, y cuando estaba por contestarle, Valentina llega a nuestro lado

 

- Ale... – dice, y la abraza - creí que no vendrías, te ves preciosa - dice feliz

 

- Tú te ves más; y por supuesto que vendría, solo que tenía unas cosas que hacer, pero ya estoy aquí

 

- Y no te vas a ir aún, llegaste para el vals - dice emocionada, y yo miro confundido a Valentina

 

 

- ¿Vals? – pregunto, confundido, y Valentina asiente

 

- No digas que no, es lo más típico; y, por obvias razones, mi papá no bailará conmigo, así que tú eres el elegido, por favor - habla haciendo puchero, y yo lo pienso un poco

 

- Está bien - digo y ella me abraza feliz

 

El tan esperado vals llegó y yo tuve que comenzar a bailar con mi hermana; okeyyy, ¿alguien sabe que se hace en este momento?

 

- Mmm... Para serte sincero, no sé qué decir o hacer aparte de bailar - digo y ella ríe - te quiero mucho Vale, puede ser que a veces no te lo diga, pero lo hago, y lo único que quiero es verte feliz; no me importa si es sola o con alguien a tu lado, pero quiero ver siempre esa hermosa sonrisa en tu rostro. Aún recuerdo cuando jugábamos juntos, como me ponías a jugar a las princesas contigo – hablo, y ella ríe, mientras algunas lágrimas caían de su rostro - sentí que el tiempo pasó muy rápido, y que, cuando menos me lo imaginé, tu dejaste de ser esa pequeña bolita que me seguía a todos lados. Se que nunca tuvimos un ejemplo paternal y que muchas veces te hizo e incluso te sigue haciendo falta, y te entiendo, porque a pesar de todo a mí también me hace falta, pero no lo necesitamos para ser feliz; y ambos en este momento, sabemos que nuestra mamá, solo veía por nuestro bien; y estoy muy seguro, de que sea donde esté, ella, está muy orgullosa de ti. Feliz quince años hermanita - digo y en ese momento termina la canción y yo le doy una última vuelta a mi hermana, antes de escuchar los aplausos de toda la gente a nuestro alrededor




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.