CAPÍTULO VEINTE
Cristopher
Tres días después
— Bien señoritos, es viernes y no tenemos planes, deberíamos de hacernos más sociables — dice Alberto, algo deprimido; y todos reímos
— Tu necesitas ser más social, yo claro que tengo planes — habla Mariana y todos la miramos sorprendidos
— ¿Con quién? — pregunto, y al parecer mis amigos lo malinterpretan
— ¿Estás celoso?!
— Ni porque tienes novia, ¡¡respétala animal!! - me dicen molestos, y yo suspiro pesadamente a la misma vez que ruedo los ojos
— Ni siquiera Alexa me hace tantos dramas como ustedes - digo, y ellos se hacen los ofendidos
— Como sea; Casandra me invito a su fiesta de cumpleaños, vamos todos, no creo que pase algo - recomienda Mari, y todos aceptamos. No tenemos nada mejor que hacer, ya que hoy es nuestro día libre
Seguimos hablando un poco, hasta que veo como mis amigos y algunas otras personas se quedan mirando hacia la salida de la universidad, me giré a ver que o quien era la cosa que causaba tanta relevancia, y sentí como un suspiro abandonado mis labios cuando vi a mi amada novia, y a sus dos amigos caminar hacia mí
— Ya te vinieron a buscar — me susurra Eder, y yo rio un poco
— Niña apúrate, antes de que nos saquen de aquí — dice, Zaira, cuando llegan a nuestro lado
— O, mejor dicho, antes de que nuestro amado profesor vea que no estamos, no entiendo porque me deje convencer de salirnos de la universidad
— ¡Ya!, no va a pasar nada; le gane una apuesta - habla mi novia, y ellos la miran confundidos — hola a todos — vuelve a hablar enfocándose en nosotros
— ¡¡Alexa!! — grita Eder, feliz, abrazándola; pero yo lo aparto de mi novia
— Ni te emociones — le digo y el hace puchero
— No te pongas celoso, cariño, a ti te amo más — me dice y yo ruedo los ojos mientras que los demás ríen
— ¿Qué hacen aquí? — pregunto confundido, y ellos se miran entre sí
— No lo sé, ¿qué hacemos aquí Alexandra?
— Ustedes nada, solo los traje para que me acompañaran; yo te quería decir algo muy importante a ti, Cristopher Díaz — me dice seria y yo la miro confundido — quiero que me acompañes a un lugar un poco lejano, lleva algo de ropa, y paso por ti a las seis y media de la tarde — me informa, y yo la miro más confundido
— ¿A dónde iremos?
— Es una sorpresa — habla sonriendo
— ¡¡Santo Cristo Salvador!! — exclama Charlie, mirando su teléfono — se dieron cuenta...
— No puede ser...
— ¡¡Nos están buscando!! ¡¡Corran!! - habla nervioso
— Maldito viejito, me las vas a pagar — murmura molesta — nos tenemos que ir, adiós - dice, y se va corriendo junto sus amigos los cuales iban riendo y balbuceando cosas que no entendía
— Eso fue extraño
— Lo sé, ni siquiera yo sé que fue lo que paso
— Bobos, — dice riendo Alberto —obviamente se escaparon de la universidad, y se dieron cuenta; y los están buscando, es tan obvio — habla encogiéndose de hombros
— Ayy, Alexandra — susurro con una sonrisa
Alexandra
— ¡¡La sangre de Cristo tiene poder!! - grita mi mejor amiga, y yo rio más fuerte
Nos escapamos de la universidad para poder ir a donde estudia mi novio, y creía que contaba con la ayuda del profesor Bernard, ya que habíamos apostado que si yo pasaba su examen con el porcentaje máximo, el me cubriría y me dejaría en paz todo el semestre (incluimos que también estaban las escapadas de clases, y, que a veces pudiera faltar a su clase sin que hubiera algún problema) y sí no lo pasaba con ese porcentaje, entraría todos los días a su clase; y ambos aceptamos, yo gané pero él no cumplió su palabra, y ahora estamos corriendo por nuestras vidas...
Me las pagarás Bernard...
Cruzamos la cancha de básquet, y allí se encontraban entrenando el equipo oficial de la universidad, y si, ahí también estaban mis hermanos, claramente me vieron y yo traté de ignorarlos, pero fue imposible, ya que, todo el equipo me conoce, y los muy brutos y pocos discretos, hacían las típicas preguntas:
"¿Anderson?" "¿Te escapaste?" “No lo puedo creer, tan tranquila que te veías"
Y no faltó el tonto, tarado, burrote, tontote y más palabras que no quiero decir, que dijo:
"Zack, Jaden, Jael, ¡¡es su hermana!!"
¡No pues gracias por tratar de disimular!
— ¡¡Llegamos!! — dice parándose frente a el salón de clases
— ¿No creen que nos llegue a decir algo? — pregunta Charlie, y yo niego
— No, estamos a dos minutos que se termine la tolerancia así que, muévete - le digo y ellos entran rápidamente — buen día, querido profesor Bernard — digo, y él me da una sonrisa burlona
— Buenos días querida alumna Anderson, ¿se cansó de correr?
— Es un tramposo, no cumplió con la apuesta — lo acusó, y, el solo se ríe — por eso se está quedando calvo - digo dirigiéndome a mi lugar
— Claro que no me estoy quedando calvo — me dice, y yo lo miro desde mi asiento, con una sonrisa en el rostro
— Dígale eso a su cepillo - habló, y trata de contener la risa, pero no lo logra
— Bienvenida a clases, Alexandra — dice riendo, y yo solo sonrió un poco más
Mi relación con mi maestro está mucho mejor; ahora, nos hacemos bromas entre nosotros, y no paramos de pelear cada vez que podemos; y les diré la verdad, el maestro Bernard, es mi maestro favorito...