CAPÍTULO VEINTISIETE
Alexandra
El ambiente de la cena, ya se había convertido en uno más familiar y alegre; algunos de los empresarios ya se habían ido, y la mayoría de las personas que quedaban eran amigos o familiares de Olivia y Zack
La verdad era que me realmente me estaba divirtiendo con mis amigos. No lo iba a negar
Llegué a la mesa donde mis hermanos, mis cuñadas y padres estaban, para sentarme a lado de mi hermano
— ¿Qué estás tomando? — pregunto cuando Jael le da un trago a su bebida
— Vodka
— Dame — le pido, y él me mira con una sonrisa de lado
— Dudo mucho que te guste; esta algo fuerte
— ¿Fuerte? Fuerte el tequila que me dieron en Tequila, Jalisco — exclamó para después empinarme un shot de vodka, y luego, servirme otro poco y también beberlo de una; pero sentí como todos me miraban — ¿Qué?
— Por lo menos has gestos para disimular — murmura Jaden.
Ahí me doy cuenta de mi error, haciendo que ría nerviosamente
- papá - habló tratando de cambiar de tema
Maravillosa jugada
Y el me mira, tratando de contener la risa
— ¿Qué pasa, hija?
— Necesito hablar contigo de algo de la editorial; pero después, cuando estemos solos
— Por supuesto que sí; me alegra mucho, que estés muy interesada en la editorial - me dice y yo sonrió - creí que a ti no te interesaba nada de esto
Yo también papá, yo también...
Al día siguiente
Desperté y suspiro salió de mi boca; revisé la hora y me di cuenta de que estaba por ser las dos de la tarde
¿Cuánto dormí?
Baje las escaleras después de bañarme y cambiarme. Pero me sorprendí al ver a toda mi familia comiendo, incluso los glotones de mis amigos.
Los cuales, por cierto. Se quedaría a dormir aquí en estos días que estuviéramos aquí. Mis padres se los pidieron, y ellos se tuvieron que “sacrificar".
— Hasta que despertaste — exclama Sol en cuanto me ve, haciendo que sonría un poco
— Buenas tardes — murmuro apenada
— Creí que venias a visitarnos, no a invernar
— Déjame Zack, extrañaba esa cama — me excuso, y todos ríen
— ¡Pero anoche! ¡La niña se tomaba todo como si fuera agua! ¿Enserio no te molestaba lo más mínimo el alcohol?
— Si supiera — susurra César, pero todos lo escuchan. Yo lo mató con la mirada
— Okey, yo quiero saber; ¿de verdad, a ninguno de todos ustedes, el alcohol le molesta cuando lo beben? — pregunta Jael, curioso
— Digamos que estamos preparados. — explica César — Pero todos pasamos por lo mismo, aún recuerdo la primera vez de Alexandra en México — susurra, y yo me rio al recordar aquella noche
Flashback
— Bebe esto; solo es un shot de tequila — informa Pedro, pero yo lo miro poco convencida
— La última vez que bebí no me fue nada bien...
— Nosotros te vamos a cuidar no pasa nada — insiste César
— Esta bien – susurro y me tomo la bebida
Sentí como el alcohol, quemaba mi garganta dándome una sensación una poco difícil de explicar
— Te lo dijimos, no pasó nada - exclama Mariana, emocionada. Y yo sonrió
(..)
"Nosotros te vamos a cuidar no pasa nada"
¡¡Nunca, crean en los hombres!! ¡¡Son unos infieles, prometedores!!
César me dijo que me iba a cuidar ¡¡y ya me terminé toda una botella de tequila Don Julio, yo sola!! Mientras que él está dormido en uno de los sofás que tiene el antro, junto con Alonso y Pedro
— Baila, Alexa — dice y yo comencé a "bailar", si las comillas van con esa palabra, porque ni siquiera estoy bailando; solo me muevo de un lado hacia otra mientras me rio de mí
— Bailo mejor que un bailarín profesional — digo riendo
— Yo digo que si nos contratarían para botargas del doctor simi - opina Sol, y yo me carcajeo más
— Salud, amigas mías; por... — dice y nosotras la vemos mientras piensa porque brindar — por qué, nosotras no somos las malas copas de las borracheras — exclama y nosotras brindamos mientras reímos
Seis tragos después
— Marcarle a ese cucaracho, marcarle y ponlo en su lugar — le ordena Sol a Mar, quien le hace caso al instante
— Alejandro, — dice nombrando el nombre de su ex, quien ya le había contestado la llamada — solo te marcó para decirte, que, ya te olvidé; vuelvo a ser libre otra vez... — y comienza a cantar "Ya te olvidé" de Yuridia
— Eres un tonto, porque no sabes valorar a la persona que tenías frente a ti — le grita Sol
— Mariana, deja de llamarme; ¡¡tu fuiste la que me engañaste!! — exclama el innombrable, y una carcajada sale de mí
— Adiós — habla Mari, e inmediatamente cuelga para comenzar a reírnos como locas
— Lo bueno es que no somos las malas copas
— Salud como quiera... — exclamo elevando mi bebida