El Tiempo Que Sea Necesario

CAPÍTULO TREINTA Y UNO.

 

MARATÓN 1/2

 

 

CAPÍTULO TREINTA Y UNO

 

 

Alexandra

 

 

Tiempo después

 

 

El perdón llega cuando los recuerdos ya no duelen...

 

 

Entonces, yo ya comencé a perdonar; todo el dolor poco a poco fue desapareciendo, muchas personas estuvieron a mi lado y jamás me abandonaron, les agradezco demasiado eso, pero a pesar de todo, yo sabía que no necesitaba a nadie para salir a delante

 

 

La persona que yo más necesitaba fue la que me enseñó a que no necesito a nadie

 

 

Jamás le terminaré de agradecer a Cristopher todo lo que me enseñó, pero sobre todo por enseñarme a que yo no necesito a nadie para ser alguien importante

 

Me mire al espejo, y un suspiro salió de mi boca, para después ladear la cabeza

 

— Recuerda muy bien la frase, Alexandra, mantente fuerte, fría, no extrañes a nadie, no pienses en nadie y, sobre todo, no busques a nadie — esa era mi frase que me motivaba cada día, me ayudaba demasiado porque ya no me dejaba de nadie... 

 

Cambié bastante, pero a mí me gustó eso, comprendí principalmente que solamente debo buscar mi autorización, no la de los demás para poder sentirme bien... 

 

 

(...)

 

 

— Hola gringa — me saluda Alonso, haciendo que yo ruede los ojos mientras sonrió

 

— Hola gringo

 

— Soy canadiense

 

— No me importa — hablo provocando que él ría. 

 

Subí a su auto y comenzó a conducir hacia donde sería el evento

 

— ¿Nerviosa, Anderson?

 

— No, sé que todo estará bien

 

— Que ego

 

— Seguridad, querrás decir

 

— Me gusta que seas así — murmura con una sonrisa

 

— Tu ayudaste a que fuera así, ¿lo olvidas? — preguntó con una sonrisa 

 

 

Flashback

 

 

— A veces siento que ya no puedo, Alonso. Yo lo amaba, creí que lo nuestro era real — hablo con la voz quebrada, sintiendo como las lágrimas no abandonaban mi rostro —. ¿Y si no fui lo suficientemente buena y por eso no sintió lo mismo por mí? — preguntó intentando encontrar respuestas. Pero en ese momento, siento como él toma mi cara entre sus manos 

 

— Olvídate de ese absurdo pensamiento. Eres el ser más perfecto de este mundo, eres amable, humilde, amorosa, eres simplemente perfecta, y la persona que no valore todo eso de ti, entonces es el ser más miserable de este mundo. Te aseguro que la persona que llegue a estar a tu lado se habrá ganado el premio mayor. Vales demasiado, y eres le persona más valiente que conozco, porque a pesar de que te dolió demasiado ver cómo Cristopher se casaba y era feliz con alguien más. Tú le sonreíste y le deseaste la mayor felicidad del mundo; aun cuando por dentro de morías de dolor...

 

— Gracias Alonso

 

— Solo te digo la verdad. No dejes que alguien te haga dudar, lo mucho que vales...

 

 

Fin del flashback

 

 

— ¿Y te mentí?

 

— No. Tu jamás lo haces — murmuro mirándolo. Él sonríe de lado

 

Cuando llegamos a donde sería la conferencia de prensa, comencé a revisar que todo estuviera listo, algo que a veces no me gusta de mí, es que soy demasiado perfeccionista, pero pues que se le puede hacer, así soy yo...

 

— Ya está todo listo, señorita — me informa una de mis trabajadoras

 

— ¿Estás segura? No quiero ni el más mínimo error, todo debe salir perfecto

 

— Sí, ya volví a revisar todo, solo falta que los reporteros terminen de prepararse para comenzar

 

— ¿Dónde está el autor?

 

— En camerinos

 

— Gracias — digo, para después dirigirme hacia camerinos. Toque dos veces la puerta, hasta que escuche un pase —. Buenos días, ¿estás preparado? — preguntó, y él me mira nervioso — ¿Cristopher? ¿Estás listo? — preguntó nuevamente, pero el solo mueve su cabeza sin decir si o no

 

— ¿Se le nota mucho lo nervioso? - pregunta Mariana sonriendo; mientras que yo intento contener la risa

 

— Demasiado

 

— ¿Sí cometo un error? No sé. ¡¿Sí digo algo mal o si se me sale decir algo que no debería?! 

 

— ¡¡Tranquilo!! — exclamó al ver que se pone histérico —. Estaremos comunicados por este aparatito además que Alonso estará a tu lado. Él ya sabe que hacer

 

— Hace años que no lo veo — murmura. Yo solamente hago una mueca

 

— Nada nuevo, creo — digo. Pero, en ese momento vuelven a tocar la puerta

 

— Pase — habla en voz alta, y después de unos segundos, entran Abril y Alonso

 

— Debemos comenzar

 

— Está todo listo

 

— De acuerdo — hablo mientras asiento —. Bien, no es por presionarte Cristopher, pero tu libro, será con el que inicie este proyecto, así que todo está en tus manos

 

— ¡¿Y así pretendes que no esté nervioso?!

 

— ¡¡Alexandra!! — escucho el grito de Sol, desde afuera. Un suspiro pesado sale de mí 

 

— ¿Y ahora qué? —susurro para salirme y encontrar a todos mis amigos —. ¿Qué?

 

— Este niño no me deja de molestar

 

Esti niñi ni mi diji di molistir — dice Charlie, imitándola. Mientras que yo ruedo los ojos

 




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