El Tiempo Que Sea Necesario

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.

 

 

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

 

 

Cristopher

 

 

Un suspiro abandono mis labios mientras miraba a través del cristal, aquel estante de la librería, mi libro

 

 

¿Enserio? ¿Yo pensé eso? ¡¡Obviamente tenía que ser un libro si estas en una librería!! ¡¡Ni modo de que fuera un sacapuntas, genio!!

 

 

Como decía. Una hermosa portada, un título que me encantaba — había válido la pena las noches que me pasaba intentando que se me ocurriera uno que diera honor a nuestra historia— "¿Y si no era para siempre?"

 

Lo sé, tal vez desde un inicio había quedado claro que esto no tendría un final feliz, pero al parecer a las personas que leen les encanta las cosas sin un final feliz. 

 

Ahora entiendo cuando miran incrédulos a las personas que les dicen que por leer tienen "estabilidad emocional" muchas y muchos le llegan a llorar a personajes literarios, en mi opinión, desde ese momento, dejaron de tener estabilidad emocional...

 

Pero volviendo al tema, finalmente después de tanto tiempo de espera, y de muchos imprevistos, finalmente salió en físico este libro, mi libro...

 

— ¿Alguna vez creíste que todo lo que pasamos terminaría siendo escrito en un libro? — le preguntó a Alexandra, quien se encontraba a mí lado

 

— La verdad no. Es curioso porque siempre quise tener una historia como los libros que acostumbraba a leer, pero cuando la tuve, aprendí que no siempre es como lo esperamos

 

— A veces nos hacemos tantas expectativas con las cosas, que cuando no salen como no lo esperábamos, nos decepcionan y nos hacen ver la realidad

 

— Pero después de todo, es hermoso vivir en una burbuja haciéndote grandes expectativas — murmura sonriendo y me mira —. Mírame a mí, después de todo, las expectativas de encontrar al amor de mi vida cada día crecen más. A este paso, creo que me quedaré soltera para toda la vida — bromea riendo —, pero eso sí, soltera pero feliz con mis libros

 

— Te aseguro encontrarás a la persona correcta — digo antes de comenzar a caminar —. ¿Qué te parece Alonso? Es un buen hombre

 

— ¿Alonso? — pregunta nerviosa — No lo sé, aún tengo tiempo. Pero bueno, ¿qué tal van tus últimos nueve meses? — solamente suspiro 

 

— Apenas tiene cuatro meses. ¿Crees que sea normal que ya tenga antojos en plena madrugada? - pregunto provocando que ella haga una mueca

 

— No lo sé. Creo que no te has dado cuenta, pero yo nunca he estado embarazada — responde obvia. Ahora soy yo quien hace muecas

 

— Gracias por la ayuda — digo sarcástico y ella ríe —. Además, no digas mis últimos nueve meses, ni que me fuera a morir — hablo imitando su voz

 

— Tienes razón señor Cristopher, me disculpo. Tal vez la de los últimos nueve meses sean los míos — dice riendo, pero yo casi me ahogó con mi saliva 

 

— Cállate los ojos — digo dramatizando la situación provocando que ría más 

 

— Estoy jugando. Además, si así fuera, esto hubiera comenzado desde que Zack me contó que sería papá y para que nazca su bebé, aún faltan cuatro meses, así que esperemos y no — dice y yo hago una mueca

 

— Verás que no Lexa. Aún tienes cientos de cosas que hacer, y una de esas es conocer a tus sobrinos

 

— Seré la tía que los cubre de todo

 

— La tía alcahueta — la corrigió. Ella rueda los ojos

 

— Si, pero no me digas así. Se escucha muy feo — habla ofendida, haciendo que ría —. ¿Ya saben qué será? ¿O también van a querer que sea sorpresa como lo quieren Zack y Abigail?

 

— No, queremos saber que es. Pero no se dejó en la última ecografía, veremos si para el quinto mes se deja ver. Lo bueno de todo esto es que finalmente pasamos les meses de mayor riesgo

 

— El bebé estará bien, ya lo veras — asegura mientras me sonríe —. Ya es hora de irme, adiós futuro padre y escritor

 

— Adiós jefa — hablo, y escucho como ríe mientras se aleja

 

Regresé a mi casa y mire a mi amada esposa estar sentada en el sofá mientras leía algo que no tengo idea de que sea

 

— Volví — anuncio mientras entró a la sala de estar —, ¿y Valeria?

 

— Tuvo que ir a la casa de Frida para hacer un proyecto. Dijo que te había mandado mensaje, pero no le habías contestado

 

— No lo he revisado — murmuro. Me senté a su lado, para darle un beso en los labios y acariciar su pancita —. ¿Qué haces?

 

— Enojándome contigo — contesta tranquilamente. Pero yo la miro confundido

 

— ¿Por qué?

 

— ¿Por qué? Pobrecita de Alexandra, la hiciste sufrir demasiado, ¿y todavía me preguntas el por qué? — pregunta incrédula

 

— ¡Pero si tú sabes toda la historia! 

 

— ¡Si, pero eso no quita que de coraje leer esto! ¡Y para que al final se quede con la mejor amiga! — exclama mientras niega con la cabeza 

 

— Se pasa esa mejor amiga. Era tan hermosa que enamoro sin querer a su mejor amigo

 

— Ya ni lo quiero leer, pero a la vez si — confiesa 

 

— ¡Ayy mi amor! ¡Por eso te amo tanto! — le susurro uniendo nuestras frentes y siento como acaricia mi mejilla

 

— Y yo a usted señor rompe corazones — bromea, haciendo que ría 

 

Tantas cosas tuve que pasar para finalmente llegar a este momento. Hasta lograr ser feliz. Tal vez cause mucho daño a la persona que más me amo, y que me ayudó cuando más lo necesite, jamás negaré que Alexandra fue alguien importante en mi vida. Porque siempre me apoyo, estuvo en mis momentos más oscuros, cuando sentí que me moría junto con mi mamá, ella me tomó de la mano y me ayudó a seguir adelante. Pero cuando creía estar totalmente recuperado, nuevamente caí y lo peor de todo es que la jale conmigo, la lleve al abismo, la hice sufrir como nadie más lo hizo...




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