EPÍLOGO
Narrador omnisciente
La vida termina cuando menos lo esperamos, pero también cuando la terminamos
Cada que una persona se va de este mundo, es porque todo lo que tenía que hacer en este lugar, ya lo hizo y ya no hay sentido en que se quede más tiempo.
A estos dos, los caminos tomados fueron totalmente diferentes, uno continuo su vida en este mundo y la otra se fue por el camino que finalmente la llevaba a la paz que tanto soñó
Puede que para algunos no fuera justo, pero en realidad lo es. Por la simple y sencilla razón que podrá descansar...
Y a los que se refieren a que jamás pudo vivir su historia con Alonso, qué tal si ellos se dicen: #¿Ysiennuestraotravidalovolvemosaintentar?
Muchas veces el amor entre dos personas nunca se termina de realizar, pero si realmente era real, ¿por qué no intentarlo después de esta vida? ¿A caso alguien estipuló que el amor solamente se vive en vida? Por supuesto que no. Así que, aunque probablemente se tarde en realizar, pasará. Después de todo, lo que está realmente destinado, en algún momento se tendrá que realizar ¿No?
El dolor estaba presente y tal vez se quede aquí algún tiempo aquí, pero como alguna vez ella lo dijo:
"— Te prometo que dejará de doler, y lo hará cuando menos te lo esperes, porque desde hoy comenzará a sanar, y te aseguro que no te darás cuenta en el momento que deje de doler."
Tal vez ella desde hace mucho se comenzó a despedir, pero jamás nos dimos cuenta. A o mejor presentía que algo pasaría, pero eso solamente se quedara en suposiciones, jamás sabremos sus verdaderos sentimientos mientras decía aquellas palabras...
Las cosas en esta vida son perfectas, porque a pesar de haber tenido una muerte inesperada, logró despedirse de todos, de sus amigos, de su familia, del chico que le rompió el corazón y de su verdadero amor. Se fue estando en paz, cumpliendo lo que siempre había deseado, ser feliz...
— Hermana... — le susurra llorando su hermano mayor, mientras la ve a través de aquel cristal que era en este momento, lo que menos lo separaba —. ¿Por qué tú? Tenías tantas cosas por vivir. No cumpliste tú el sueño de ser mamá, de conocer a tus sobrinos, por favor vuelve — le pide llorando —. No me pude despedir, no te dije nunca todo lo que siempre quise y ahora es muy tarde para hacerlo... Se que tú estás bien, pero nosotros no lo estamos, yo no lo estoy, perdí a mi hermana pequeña, a mi enana... Te ruego que vuelvas — le implora y en ese momento sus otros dos hermanos llegan a abrazarlo mientras ambos lloraban en silencio, a su lado
— Nunca te vamos a olvidar hermanita
— Tú tampoco lo hagas... Te lo rogamos... — le susurran para después darle la última mirada y alejarse de aquel ataúd.
Los hermanos son personas con las que sabes podrás contar toda la vida, tus hermanos fueron las personas que crecieron a tú lado. Las que fueron tus compañeros de vida. Son esas personas que, aunque tuviste miles de peleas, también tuviste miles de recuerdos. Está claro que la relación que tenían jamás volverá a ser igual ¿por qué? Porque perdieron a una confidente. Porque de ser cuatro hermanos acompañándose en sus locuras, ahora sólo habrá tres, y solamente quedará el recuerdo de la cuarta integrante. De la integrante que jamás volverá a la vida...
— Mi niña, como desearía estar yo en tu lugar, daría mi vida para verte reír y hacer tus gestos tan lindos, porque escuchar por última vez tu voz, o por lo menos que me dieran tan solo unos minutos para decirte todo lo que nunca pude... Se que nunca fui la mejor mamá, que sufriste muchas veces y yo jamás te demostré mi apoyo, y no sabes cuanto me arrepiento de eso, pero ya no tiene sentido porque nunca podré remediar el pasado y tampoco tengo un futuro, porque ese futuro se terminó. Por favor perdóname, hija, te lo ruego... — le dijo aquella mamá que acababa perder uno de sus más grandes tesoros. Algo que para ella valía más que nada, pero que por más que buscará jamás la tendría nuevamente con ella — No sé si estés aquí. Pero no sabes el dolor que siento por no tenerte. Apenas hace unos días habíamos hablado. ¿En qué momento llegamos aquí? ¿En qué momento te perdí?
El dolor de una madre por haber perdido a uno de los seres que más amaba jamás se logrará comparar con algún otro tipo de dolor. Ver cómo uno de los seres a los cuales tú engendraste muere, es como si te quitaran una parte de ti. Como si te arrancarán algo. Algunas madres tienen la dicha de, aunque sea despedirse de ellos. Pero hay otras que no lo pudieron hacer. Hay madres que estarían dispuestas a todo por tan solo decirle un último te quiero o un último adiós a sus hijos. Madres que cuando ven aquellas personas que tuvieron nueve meses en su vientre dormidas para siempre, sienten que todo les falta...
Caeli perdió a su hija. A su pequeña bebé. A su última hija. Perdió a su pequeña Alexandra. Y lo peor de todo es que en estos momentos, ella se siente como la peor madre, a que, según ella, nunca la protegió, nunca la cuido como merecía, porque según ella, nunca la hizo feliz... Pero si tan solo supiera la felicidad que le dio a ella. Si tan solo escuchara todas las veces que logró que Alexa sintiera como si nada malo le pasará. Las incontables veces que logró que ella se sintiera realmente amada. Si tan solo supiera cada vez que ella sano un poco las heridas que su hija menor tenía, les aseguro que dejaría de sentir igual de culpable...
— Mi princesa, me duele tanto verte de esta forma, por el simple hecho de que no te volveré a ver, que jamás volveré a escuchar tu hermosa voz, que nunca miraré nuevamente como sonríes...