Para mi familia, por enseñarme a que todo es temporal y que nada es para siempre.
Para mí maestro Rigoberto, por ser mi maestro Bernard. Jamás olvidaré aquellas palabras que algún día dijo. Gracias por enseñarme la forma correcta de vivir mis días, y por enseñarme a apreciar cada momento de mi vida.
Para todas las personas que por intentar cumplir con todo lo que les exigen las otras personas, se olvidan de vivir lo que a ellos los hace felices. Y para todas esas personas que sienten que no pueden más, resiste, pronto todo volverá a brillar.