El trayecto a casa será interesante... me siento junto a mis padres. Sonriente, intentando fingir que no cambie de cuerpo y que eso me voló la cabeza... en serio, me siento tan extraña... que siento que vuelo en el ambiente.
Observo por la ventana del avión, supongo que no estaré aquí en un buen tiempo... me abrochó el cinturón y suspiro. —Bien... pues ahora soy Alice—murmuró mientras intento concentrarme. Como si de una misión se tratara... solo no quiero llamar la atención.
Mi padre voltea. —¿Todo bien?—me pregunta.
Yo asiento y sonrío. Me recuesto y observo al exterior de la ventana... ya puedo ver múltiples escenarios de lo que viviré, los cambios radicales en mi vida que están por llegar y suceder, me adaptaré, me da fuerza saber que hay esperanzas, y como dicen, la esperanza es lo último que muere.
Horas después...
Movimientos en mi hombro se hacen presentes. —Alice...—despierta continúa moviéndome. —Hemos llegado...
Abro un poco los ojos, con algunos destellos de esperanza que todo haya sido un sueño, pero no es así... veo mis manos y a los segundos me oriento y puedo confirmar que llegamos a nuestro destino, y a mi nueva vida...
Suspiro y me pongo de pie, salgo al corredor que conlleva a la salida del avión, la mayoría de personas se han ido. Muy pocos están aún sacando sus maletas arriba de sus asientos, creo que ya somos pocos. Mi padre me espera mientras estoy observando a mi al rededor.
—Alice...—me llama y con su mano me hace una ademan para que avance.
—Lo siento—sonrió. —Aún estaba dormido.. ¡Dormida!—rio y avanzó con ellos. Para perder lo rutinario, debo olvidarme de mi antigua vida...
Junto a mis padres y lo demás pasajeros tránsito. Puedo ver y percatarme que son las 4 la mañana...
—Pediré el Uber en lo que entregan las maletas—dice mi madre mientras sostiene su iPhone. Voltea y se da cuenta que vengo un poco distraída.
Suspira. —¿Extrañabas tu ciudad?—me pregunta mientras se detiene.
Asiento y sonrío. —No tienes idea cuanto...—me acerco a ella, hace un ademán para abrazarme y me acerco a ella, me acerco a su costado izquierdo y le abrazo.
—Ahora a esperar unos 20 minutos a que el Uber pase por nosotros... —apaga la pantalla de su smartphone mientras caminamos hacia la salida del aeropuerto. —Salgamos, ahorita tu padre nos alcanza...—exclama mientras aún estoy abraza a su costado.
Las puertas corredizas se cristal se abren a los lados, salimos. El sol aún no se deja ver, la noche sigue estando presente... es extraño aún estar viviendo esto... en la mañana me desperté siendo un chico, y más tarde estoy en otro cuerpo. Con una nueva vida... creo que lo que puedo agradecer es que es familia cercana, no será tan difícil en ese aspecto... pero a partir de hoy creo que las cosas no serán nada fáciles.
El frío comienza a sentirse cada vez más, es finales de agosto... casi septiembre que es el último mes de calor.
Hay muchas personas subiendo a un taxi o algún Uber. Está muy transitado...
—Oye, nena. Quería preguntarte sobre tu excursión de hoy... ¿todo bien con eso? —me pregunta mientras voltea a e inclina un poco su cabeza para poder verme.
Medito por unos segundos y después puedo responder... —Sí, todo bien, mami—afirmó.
No se ve muy convencida por mi respuesta. —Te sentí extraña en ese momento, después fuiste a dormirte toda la tarde... quería preguntártelo en privado—inquiere.
Sonrío. —Realmente el sol me afectó, es por eso. La excursión estuvo divertida... subí algunas fotografías a mi Instagram... la pasé bien... varias de mis amigas me preguntaba por Ares, ya anda rompiendo corazones de este lado del país—levantó mis cejas y sonrió.
Mi madre sonríe. —Siempre ha tenido su pegue tu primo... cuando nos visiten tus amigas querrán conocerle—añade mientras entre los vehículos parece buscar algo.
—Realmente extrañaba pasar rato con él, fue divertido... sin duda será un verano que no olvidaré, unas increíbles vacaciones...—acentuó mientras mi padre sale con dos maletas.
Mi madre me observa con una sonrisa. —También lo disfruté, cielo—contesta y camina hacia mi padre.
Tomamos las maletas y subimos al Uber, que va llegando al frente de nosotros. De prisa nos subimos y el auto arranca, me coloco el cinturón. Ese aroma a auto nuevo me encanta... parece que el auto está recién lavado o quizás realmente tiene poco que salió de la agencia. Bajo un poco el vidrio y veo al exterior.
Cuando dije que quería conocer Los Ángeles, no me refería a esto precisamente... pero vaya que es cool, aunque mi mente actual está concentrada en todo lo que viene... apuesto que será adrenalina pura...
~Ay, prima... espero que te vaya bien en tu nueva vida~pienso, temiendo por lo que le sucederá a mi cuerpo y a ella.
Nuestro camino a casa es entretenido, se podría decir. Aún es de madrugada y pues la ciudad apenas comienza a despertar, la mayoría a sus trabajos, aún muchos no ingresan a clases... y oh dios... ya me estoy viendo llegar a la escuela.
Una notificación en el smartphone del conductor me avisa que hemos llegado, yo estaba atenta a la ventana... observando todo... por unos instantes solo disfruto de la vista camino a mi casa, me gusta sentir el viento en mi rostro mientras veo como la luna se esconde y la noche mantiene sus destellos de luz que transmiten las estrellas...
—Alice...—mi madre me llama al mismo tiempo que abre la puerta de su lado.
Yo me desabrochó el cinturón y abro la puerta, bajo del vehículo y doy la vuelta para ver mi casa...