De inmediato me pongo de pie, la adrenalina y placer se esfumaron casi al instante.
Comienzo a dar vueltas en círculo, sin ropa y solo observando como Liam me ve con suma confusión. —Calma, amor. Está bien... solo...
—No, no está bien... no podemos dejarlo a la suerte—digo mientras me llevo las manos a mi cabello. Estoy muy desesperada.
Hasta el dolor de mi entrepierna se va, después de que Liam terminó sentí una pequeña incomodidad en mi pelvis.
—Si mis padres se enteran de esto me van a matar... imagínate, lo que dira Alice... no, puede ser, no puede estar pasando. ¿Por qué tengo tan mala suerte?—me preguntó a mí misma.
Se acerca y me abraza. —Tu eres Alice, no sé de qué hablas...
Niego con la cabeza mientras me siento. Hasta el dolor desaparece. —Me confundí. Me refiero a lo que dirá mi madre cuando se entere de esto. No podemos dejarlo a la suerte y que no pase nada...—reniego.
Él se acerca y en toma de ambos brazos. —Tranquila, Alice... esto se arregla con una pastilla y ya... no pasará nada—me sonríe tranquilamente y después me abraza. De algún modo eso me calma. Como una niña que llora, pero se tranquiliza con su dulce favorito.
Comienzo a vestirme al igual que él. —Cuando vengas te podrás dar una ducha, si quieres te la doy con mucho cariño—me murmura al oído con un tono provocador. Me causa cosquillas y de inmediato ladeó un poco mi cabeza.
Ríe. —Lo siento—agrega mientras me ayuda a cerrar mi brasier.
Me termino de colocar mi blusa y mis tenis mientras él se viste lo más rápido posible.
Tomo mi suéter y cierro el zíper. Estoy esperando por Liam. —¿Ya estás listo... amor?—pregunto.
Asiente mientras toma su cartera. —Bien, ya podemos irnos—camina hacia mí.
Bajamos y tomamos las llaves de casa. —Es algo tarde. Pero iremos a una farmacia donde trabaja una amiga... así no habrá ningún problema—afirma mientras salimos de casa y tomamos nuestro Uber para ir a la ubicación.
Durante el trayecto Liam sostiene mi mano, en ratos volteó y él me sonríe. Creo que estoy preocupada por lo que dirá mi prima, pues cuando todo esto termine no quiero dejarle algo peso extra en su vientre.
Al cabo de unos minutos llegamos a la farmacia, bajamos y caminamos para ingresar a la misma. Al fondo en la caja veo a una chica atendiendo, de cabello oscuro y ondulado.
Volteó con Liam. —¿Ella es tu amiga?—pregunto.
Asiente y le sonríe para después voltear conmigo de nuevo. —No te enojes, solo es mi amiga y soy amable con ella—besa mi mejilla.
Yo arrugó un poco mi frente y sonrió. Pues ni al caso, no me da celos... me aprieta de la mano y avanzamos.
—Hola, Martha—se anuncia mientras llegamos a caja. Uhm, ¿cómo has estado?—le pregunta. Intentando disimular el porqué está aquí.
Ella sonríe. —Hola... creo que todo bien. ¿Y tu que tal?
Asiente. —Excelente. Vengo con mi novia, tengo una situación...—sonríe mientras se rasca un poco su frente.
Sonríe. —Ya entiendo, más o menos...—asiente con la cabeza.
—Sí, necesito la pastilla del día siguiente...—afirma.
La chica da la vuelta y casi de inmediato trae una caja con dos pastillas. Liam paga la cantidad por el medicamento, mientras yo le observo. Sinceramente siento vergüenza, y solo me quedo mirando con una expresión seria.
En cuanto el paga yo camino a la salida, incitándolo a que ya nos vayamos. Le agradece y salimos. —Bueno. Ya la tenemos...—me entrega la caja. —¿Quieres ir a mi casa o te llevo a la tuya?—me pregunta mientras estamos afuera de la farmacia.
Me muestro indecisa. Pues sí quiero ir de nuevo a su casa, pero tengo mensajes de mamá, ya es algo tarde... —Creo que ya iré a mi casa, amor. Fue una noche magnífica... de las mejores de mi vida. Pero tengo mensajes de mi madre y... pues además estoy pensando en lo que ocurrió... me preocupa—le miro con suma preocupación.
Él deposita un beso en mis labios. —Sí, algo pasa. Yo estaré aquí. Pero créeme... la pastilla es súper efectiva, llegando a casa la tomas y olvídate de los problemas—me tranquiliza.
Toma su smarphone y pide un Uber con dirección a mi casa. Mientras esperamos, aprovecha para hablar del tema. —No se porque se rompió, no es nada usual que algo así, pero sabemos que si hay posibilidades de que suceda, ya lo vivimos en carne propia—levanta sus cejas mientras me envuelve con su brazo derecho.
Lo primero que viene a mi mente es mi situación actual, creo que estoy embrujada, literalmente. Y creo que eso tiene que ver en que sucediera de ese modo.
—Sí, fue extraño. Pero esperemos que la pastilla ayude—me pongo de puntas y beso sus labios, para después envolverlo con mis brazos mientras jugueteo un poco con su lengua. Paramos al momento que el auto que indica la app llega a nuestro lado.
Él se acerca para abrir la puerta y que yo suba, lo hago y después me sigue. Nos colocamos el cinturón y el chofer avanza.
Durante el camino a casa medito un poco lo que viví el día de hoy, en especial en las últimas horas. 2 horas de mi vida se fueron volando... y fue increíble lo que experimenté. Nunca había sentido algo así... y es, algo distinto y placentero. Me culpo a mi misma sobre mis acciones, pero debo decir que disfruté el hacerlo, y lo volveré a hacer.
15 minutos después...
—Fue una increíble noche, jugamos mucho y me divertí. Ojalá que lo volvamos a repetir—me acerco a sus labios y le besuqueo antes de despedirnos.
Intento no mencionar nada de lo sucedido, en el caso de que mi madre está escuchando.
Veo cuando se retira e ingreso a mi casa. Mi madre está en la cocina, le saludo y aviso que llegue. Me asomo a la cocina y sonrío tiernamente. —Llegué, iré a bañarme para poder colocarme la pijama...—comentó.