Estoy sobre los asientos del auto, observando a familia y personal de policía en el lugar, Liam está a mi lado, volvió después de estar en el lugar de la escena. —Escuche que harán algunas pruebas para confirmar, quizás... no es él—intenta darme esperanzas.
Niego. —Las pruebas son claras, es él... no hay duda—alzó mi vista. —Ya me quedé atrapada y jamás nada volverá a ser igual—las lágrimas de desesperación luchan por salir.
Él que está frente a mí, se inquieta por el comentario. —¿A qué te refieres con que estás atrapada?—se inclina un poco para estar a mi altura, ya que estoy sentada.
Le veo. En serio quisiera decirle y revelarle todo, pero estaría en riesgo mi secreto, mi relación y creo que todo sobre mí, nadie me creería... o quizás sí. —Es algo complicado—atinó a contestar.
Me ve con seriedad. —Pues podré resolverlo, juntos podemos. Explícame y te ayudare... siempre podemos hacerlo juntos—sonríe y toma mis dos manos.
Suspiro. —Créeme... no me creerías si te dijera todo lo que oculto, este misterio y... rareza que me envuelve—comentó mientras le veo con sinceridad.
Sonríe. —Alice, soy tu novio. Viaje contigo hasta otro país... solo para apoyarte y estar contigo, estas triste, consternada y desbastada. Yo comprendo eso, y estoy aquí...—expresa con un poco de desesperación. —Yo te he contado todos mis secretos, conocemos nuestras fantasías y planes a futuro... creo que puedes confiar en mí, como yo lo he hecho en ti, linda—agrega mientras esta frente a mi rostro.
Me entra un poco de pánico al tenerle frente a mí, realmente me pone nerviosa alguna veces. Creo que es momento de revelarlo, ahora no creo que nada malo pueda pasarme, Ares ya no está... y quedé atrapada en este cuerpo para siempre.
—Bien... te contaré toda la historia. Pero promete una cosa...
Asiente. —¿Qué me quedaré contigo después de saberlo o algo por el estilo? Siempre me quedaré contigo—sonríe y se acerca para darme un beso.
Niego. —No, de hecho... una vez que lo escuches... puedes analizarlo y si quieres irte, puedes hacerlo... no te detendré porque te entenderé—afirmó con seguridad, pero sin hacer que mi voz parezca molesta.
Baja un poco sus cejas. —Está bien... pero aún así me mantengo firme.
—Bien... comenzaré diciendo qué...—mi madre interrumpe nuestra conversación. Al mismo tiempo que papá viene detrás de ella.
—Alice... iremos a casa de tu tía. ¿Vienes?—pregunta.
Asiento y me seco una de mis lágrimas. —Iremos con ustedes, mami—me pongo de pie y le pido a Liam que me acompañe. Me acerco a él mientras vamos. —En la casa hablamos, saldremos afuera de la casa y ahí hablaremos.
Estamos sentado sobre una pequeña barda que divide el jardín de casa de mi tía, con la cera y la calle. La luz proveniente de la misma casa ilumina, es de noche y el frío se siente cada vez con más intensidad. A mi lado, está Liam. Mi novio... aunque él jamás supo que yo era otra persona. Hay algunos arbustos detrás nuestro, pero de reojo puedo ver hacia la casa, tenemos suficiente privacidad para revelarle ese secreto que le tiene tan ansioso, estoy segura que sacudiré su mundo por completo.
Estoy observando el pasar de algunos vehículos, lentamente giro mi cabeza hacia él. Le veo con ternura y agradecimiento. —Eres muy lindo, Liam—aprieto su mano por algunos segundos, pero después le suelto. —Y gracias por siempre ser lindo conmigo, apoyarme y hacerme sentir bien; por ti tuve fuerza para enfrentar esto, sí... curioso, y extraño...—comentó, solo mirando su rostro de confusión.
Sacude su cabeza. —Claro que siempre te trato bien... nuestras almas están unidas... somos—coloco mi dedo sobre sus labios.
—Júrame que me creerás lo que te diré, no importa que sea... y de ante mano, sé que no me dejarás hablar mucho, perdón—entrecierro mis ojos y expreso mucha tristeza.
Deja ver un poco sus dientes mientras sus labios se separan, parece que quiere decir algo. Pero se espera a que yo lo haga.
—El viaje de hace un mes tuvo lugar a un acto mágico... y misterioso. En el que sucedió algo que jamás creímos que pudiese pasar, era magia pura...—el asiente bajando un poco sus cejas mientras me observa. Intenta buscar mi mano, y me toma. —La razón por la cual he estado un poco perdida, olvidó algunas cosas... me muestro distinta, aunque me adapto... es por una razón muy simple, pero difícil de comprender al mismo tiempo. Alice y yo, intercambiamos de cuerpo. Nuestras almas... cambiaron de cuerpo—sentenció mientras fijó mi vista en él.
Sonríe un poco, pero después de algunos segundos ese gesto se borra de su mente. Se aparta un poco y parece pensar en algo. —No puede ser—expresa aun con un tono tranquilo que parece desaparecer poco a poco, —Júrame... no sé... esas estupideces no pueden pasar...—exclama mientras me da la espalda. Voltea nuevamente con algunas lágrimas, yo asiento.
—Lo siento, pero es la verdad... créeme... me esperé mucho tiempo para decírtelo, me hiciste sentir bien, no quería decirte o causarte dolor. Tú eres lo que me da fuerza—me pongo de pie. —Lo siento mucho... pero todo volvería a la normalidad, solo sería un mes... solo duraría eso, pero Alice, en mi cuerpo... intento buscar una solución, algo que nos ayudará... y creo que alguien interfirió y le asesino—afirmó mientras le veo, mis lagrimas luchan por salir.
—Lo peor de todo... es que tienes razón. Estás diferente, pero intentaba no centrarme en ello—niega con la cabeza mientras deja salir con una lágrima. —¿Alice fue quien murió?...—inquiere, aún con esperanza de que responda que no, pero él sabe la respuesta.
Asiento y se aparta de mí. —¿A dónde vas?...—doy algunos pasos hacia él. Intentó tomarle del brazo para detenerle, pero con su mano aparta mi mano.
—Todo esto es una locura... y debo procesarlo—responde y continúa su camino.