El cielo nocturno comenzó a iluminarse por una sola luna azul y se reflejo en las olas del mar, sentados sobre la arena y asombrados por la belleza de la naturaleza se dedicaron a admirarla, mientras que su gran discusión hace días provoco un silencio incomodo hasta que Maykol decidió romperlo.
–Lía, quiero que me prometas algo–
–No creo que pueda hacerlo– ella dio un suspiro abrazando sus rodillas
–Vamos Lía, se que podrás hacerlo, no me dejes con las palabras– el chico bromeó con una sonrisa de corazón
–Pero...yo– la chica fue interrumpida por un susurro muy leve
–Arde si vives–
Lía se quedó pensativa tratando de analizar lo dicho, lo miraba de reojo mientras él se cubría el rostro con las manos debido al frío extremo de esa noche.
–Con que es así, debí suponerlo desde el principio, después de todo eres super torpe al comprender a los demás– comento Maykol irritado
–¡Oye!– replico Lía dando un pequeño golpe con el puño al brazo de Maykol – Eres tú el que no se deja entender–
–Hablo de que– él agachó la cabeza y continúo –Mientras sigas viva, da lo mejor de ti y haz que todo a tu alrededor se queme por tu luz–
–Claro que lo haré, Maykol, lo haré por nosotros, no me importa lo que vaya a pasar más adelante– Lía recostó su cabeza en el hombro del chico y cerró sus ojos –Enfrentare al destino por ti–
Con sus ojos verdes, él la miró de manera misteriosa alzando una ceja, estaba atontado por la respuesta demasiado pacífica de la chica problemas.
–¿Acaso estás enferma?– preguntó en un tono burlón
–Claro que no, es solo que las cosas contigo son muy diferentes. Tu no eres un profesor que solo se queja con mi padre tratando de dominarme, tampoco eres un chico que me persigue por mi supuesta cara bonita y luego se aleja cuando le muestro mi verdadero yo– ella lo miro fijamente a los ojos y afirmó –¡Tu no eres así!–
–Aun me preguntó por qué no me aleje, tal vez este enfermo y por eso te veo de está forma o es porque me fijé en la estrella más escondida en la oscuridad– confesó Maykol encogiéndose de hombros con una leve sonrisa
–!No lo digas ni de broma!– relamio sus labios y prosiguió. –Nosotros viviremos por mucho tiempo, es lo que deseo y haré lo necesario para que mejores–
Maykol la miró de manera triste, al saber que tendría que ocultarse para que Lía resplandezca más que nunca.
–Es cierto– musitó el de forma apenada dando un gran abrazo al amor de su vida
–¿Qué pasa?– cuestionó ella con curiosidad
–No es nada– el oculto su rostro entre el cabello de Lía. –Solo déjame así unos momentos–
Hubo un gran silencio entre ambos hasta que ella decidió hablar.
–Esta bien...– lo tomo entre sus brazos más fuerte que nunca –Sabes que mi corazón es tuyo, mis sentimientos son tuyos, estemos juntos, te quiero y siempre te querré sin importar el tiempo, yo...– acarició el cabello de Maykol con gentileza, aguantando el dolor por dentro –Estoy dispuesta a beber el veneno de la cruel eternidad.