—Tenemos con nosotros a Paula Verdes, escritora novel que hace poco ha publicado su primer libro: “El viaje sin retorno”. Para poner a nuestros oyentes en situación, Paula sólo tiene diecisiete años, y los ojos del bonito color de su apellido —introdujo el locutor—. Empezó con un blog en internet y, bueno, voy a dejar que lo explique ella, que luego me acusan de no dejar hablar a mis invitados.
—Sí, empecé escribiendo un blog para desahogarme después de una experiencia que tuve con un chico.
—¿Mal de amores?
—No. Más complicado que eso. Él era especial. Fue una persona por la que me preocupé y no lo merecía.
—Mal de amores, vamos.
—Que no.
—Vale, disculpa. Háblanos de cómo surgió tu idea de escribir una novela.
—Bueno, en realidad no es una novela. Es un libro de relatos. Aunque tienen temáticas comunes, son historias independientes.
—¿Y cuáles son las temáticas que más se repiten? —dijo el locutor con velocidad, tratando de disimular su falta de preparación de la entrevista.
—De algunos relatos me gustaría no decirlo, porque según los he diseñado tienen finales que intentan sorprender.
—¿No nos puedes hablar de alguno? Mira, te propongo algo, ¿qué te parece si leemos el comienzo de una de tus historias? Para que los oyentes se hagan una idea y no desvelamos nada, sólo les ponemos los dientes largos.
—No me parece bien. Si los oyentes quieren leer mis relatos, que compren el libro.
Se oyeron unas risas de fondo en el estudio.
—Eres una mujer de armas tomar —dijo el locutor con una sonrisa—. Te aconsejo que relajes un poco esas ideas si quieres promocionar tu libro.
—Sé lo que hay que hacer para promocionar mi libro. Pero, si te parece, te propongo algo mejor. Les cuento a los oyentes por qué mi libro se llama “El viaje sin retorno”.
—Mira, ésa iba a ser mi siguiente pregunta. Aunque no estaba ya seguro de si hacértela o no. Y bien, ¿por qué tu libro se llama “Un viaje sin retorno”?
—“Un viaje sin retorno”, no. “El viaje sin retorno”.
—Disculpa, “El viaje sin retorno”. Dinos, ¿por qué?
—Eso se desvela en el último relato del libro, y los oyentes tendrán que comprarlo y leerlo para saberlo.
Otras risas en el estudio. El locutor, encantado de que sus deslices fueran eclipsados por la peculiaridad de la muchacha, continuó:
—Mira, Paula, te tengo que decir una cosa. Voy a ser el primero en comprar tu libro. Tal como lo estás vendiendo, me puede la intriga.
—Te lo agradezco, aunque el primero no puedes ser. La primera fue mi madre. Me gustaría añadir una cosa. “El viaje sin retorno” aguarda a los lectores. Sobrecogerá a los niños. Impactará a los adolescentes. Conmoverá a los adultos. Es una colección de historias que remueven el alma humana hasta excitar los recovecos más insondables y olvidados.
—Vaya, es exactamente el texto de la contraportada.
—Sí, ¿a que es genial? Se lo dicté a mi editor.