Los besos de él le hacían sentir un tumulto de sensaciones desde un deseo inmenso hasta un nudo en la boca del estómago el cual se deshacía en un sinfín de estúpidas mariposas las cuales ella había jurado habían muerto junto con Leonardo hace muchos años
—Me estas volviendo loco —le susurró en la piel delicada de su cuello —. Quiero hacerte mía…
Con aquellas palabras la hizo salir de aquel transe de sensaciones alejándolo de ella
—Jamás seré tuya
Se dio la media vuelta y esta vez él no la detuvo. Con frustración Elaine camino hasta los baños tragando de tranquilizar el deseo que la consumía, al llegar hay encontró a quien menos quería ver en esos momentos
—Hola, ¿Elaine, no? —pregunto aquella mujer de cabellos de oro
Elaine sabía que no era humana, su piel era un poco pálida y sus ojos eran inusuales en los seres humanos
—¿Eres vampira? —preguntó sin tapujos
Marian solo pudo soltar una pequeña risa antes de mostrar su colmillos y sus ojos se volvieran rojo escarlata
—Si —la miró seria
—¿Él lo sabe?
—Por supuesto que lo sabe, lo sabe desde que era un simple niño —ella vio la confusión en el rostro de Elaine —, Alexander es mi hermano, su madre es… era la pareja de mi padre. Mi hermano, Alexander y yo crecimos juntos… hasta que nos separamos. Hace poco nos volvimos a encontrar
—¿Es… tu hermano?
Elaine la vio asentir y se sintió tan estúpida. Había sentido celos de su hermana
—Es normal sentir celos —la escuchó decir —, eso pasa cuando se esta enamorada
—Yo no estoy enamorada —aclaró rápidamente
—No servirá de nada negarlo, si no aceptas tus sentimientos saldrás herida y también lo lastimaras a él. Y ni me hermano ni yo queremos verlo sufrir
Elaine vio como abría su cartera y sacaba un papel para extendérselo
—Hoy en la tarde es mi boda, me encantaría que estuvieras hay —su mirada se tornó triste y una sonrisa amena apareció en sus labios —. No se si Alexander asistir, pero ojalá tu si puedas ir
Elaine tomó aquella invitación y asintió
—Gracias, hay estaré
Marian solo sintió con una sonrisa antes de tantos su bolso y salir de aquel baño justamente cuando au hermano pasaba
—Marian, ¿Pasa algo? —la tomó por su rostro —, ¿Qué te a pasado?
—Nada —sonrió —, no te preocupes. Alex… se que no quieres saber nada de nosotros… pero me gustaría que asistiera hoy a mi boda
—Marian…
—Solo piénsalo —saco la invitación para extendérsela —, por favor
Él tomó la invitación antes de verla irse con un suspiro observo aquel sobre
—Deberías ir —escuchó la voz de Elaine atrás de él —, creo que la harías muy feliz en ese día especial
Y ella igual que su hermana lo dejó hay parado con un sinfín de sentimientos
Marian se encontraba sentada enfrente de aquel tocador mientras su sirvienta retocaba su peinado por milésima vez por órdenes de su señora
—Creo que ahora si quedo, Amelia —la sirvienta solo asintió sonriendo —. Amelia, ¿Mi hermano ya llegó?
—El señor Samuel ya esa abajo esperándola…
—No me refiero a Samuel, si no a Alexander
—El señor Alexander no ha llegado, pero no se preocupen de seguro no tarda en llegar —la trató de consolar al ver cara de tristeza que recojo
—Gracias Amelia puedes retirarte
Su sirvienta así lo hizo y una vez que estuvo sola se permitió soltar una lágrima
—No es bueno llorar antes de la boda
Marian volteo a ver a la persona que se encontraba a tras de ella. Con una sonrisa se levantó para estrecharle entre sus brazos a lo que ella le correspondió con cortesía
—Que bueno que pudiste venir Elaine
—Gracias a ti por invitarme —la miro y sonrió —, algo inusual para una boda vampírica
—Lo se, pero siempre quise casarme como lo hacen los humanos
Miro atrás de ella buscando alguien y al ni encontrar a quien buscaba sonrió forzadamente
—¿Me prestas tu mano?
Marian extrañada asintió dando su mano, la vio pasar la llena de sus dedos por las líneas de su palma mientras fruncía el seño
—¿Sabes leer la suerte?
—Hago más que eso, veo el futuro
—¿Qué? —retiro su mano —. ¿Qué eres?, ¿Una bruja?
—No, soy alguien más poderosa que una bruja soy una hechicera
—Eso no he posible, las únicas hechiceras que quedaron fueron…
—Así es yo soy una de las 4 hechiceras que fueron seleccionadas
En eso su marca empezó a brillar con intensidad y las dos voltearon a mirarla
—¿P-por que esta brillando?
—No lo sé, nunca había brillado antes
Justo en ése momento la puerta fue tocada, antes de que se abriera y dejara ver la imponente figura de Samuel ante ellas
—¿Samuel? —pregunto una Elaine sorprendida
—¿Elanie?
Samuel acortó la distancia y la estrechó entre sus brazos a lo que nuevamente Elaine correspondió por educación mientras Marian miraba a su hermano sorprendía, él no era de las personas que demostraban sus sentimientos y mucho menos abrazaba a la gente así por que si. ¡Y lo acababa de hacer con Elaine!