Elaine

13. Dolor

La luna en lo más alto del cielo reflejaba un poco de luz en la oscuridad que se cernía por todo el lugar donde aquel hombre fumaba un cigarro mientras se mantenía en sus pensamientos

—Señor

Escucho que le hablaron pero no hizo movimiento alguno solo exhalo el humo

—Señor, hay alguien que lo busca

 

—No estoy par nadie —le hizo saber

 

—Se trata de Elaine Rivers —escucho una voz extraña

 

Aquel hombre volteo a verlo y sonrió falsamente antes de asentir

 

—Hay un hombre que esta con ella y yo…

 

—Vienes a mí por cuestiones amorosas —hablo la voz aquel hombre —, ve a otro lado yo pensé que era más importante. No me importa eso

Hizo un movimiento con la cabeza para que se lo llevaran antes de darse la vuelta

—¡Daren! —aquel hombre se dio la vuelta para verlo —, o prefieres que te digan Dougal

—Entonces sabes quién soy —camino hasta el —, bien. Cuéntame de ella quien ese hombre y que quieres que haga

—quiero que lo elimines, ella ama a ese hombre

—¿Cómo estás seguro de eso?

—Por qué lo vi en sus ojos, sus ojos se vuelven rojos cuando ella está enamorada

—Así que Elaine se ha enamorado —sonrió —, bien dame toda la información para hacer el trabajo

—Sí, pero quiero que también me hagas otro trabajo, te pagare bien por esos dos trabajos

Seung Kuyng miro los ojos de Elaine que brillaban en un rojo escarlata, pero rápidamente volvieron a su color normal

—No, eso es imposible yo no puedo estar enamorada de él

—¿Por qué no? Él es libre y tú también

—¿No lo entiendes? Estoy maldita, atrapada en una eternidad

—No vuelvas a decir eso —miro molesto —, no estas maldita estas bendecida por los dioses. Todas ustedes están bendecidas por salvar al mundo

—Yo no pedí esto, nunca envejezco. Me quedó detenida en el tiempo he visto morir a mis seres queridos, verlos envejecer. No quiero volver a sufrir por eso otra vez

—¿Y si esta vez no es así? Si esta vez no tienes que verlo envejecer y morir sino todo lo contrario vivir eternamente con él. Te estarías privando de la oportunidad de ser feliz con quien amas

Ella solo negó mientras lo miraba

—Piénsalo Elaine

—¿Pensar qué? Des pues de Joaquín me prometí a mí misma no volver a pasar ese dolor —se golpeó el pecho —, tú no sabes lo que se siente saber que la persona que amas esta muriendo y no puedes hacer nada. Verlo cada día como su luz se va apagando, como el tiempo que pasan juntos cada vez es menos

Él la observo y negó había mucho dolor en sus palabras, pero no había error los dioses por algo le habían pedido ese favor

—Mi querida Elaine, la luz puede apagarse, pero con la mínima chispa puedes volver a prenderse para resplandecer con mayor intensidad  

—Si no hay que prender. Dudo mucho que se pueda y más si esa luz siempre ha estado prendida y está cansada de ser esa luz

—Entonces se puede convertir en tu sobra, el refugio en el cual puedes descansar y nivelar tu luz. Solo es cuestión de que permitas entrar un poquito de oscuridad a tu vida

 

—¿Oscuridad? No, eso no puedo permitirlo —salieron lagrimas de los ojos mientras decía — A causa de la oscuridad lo perdí todo. Mi tierra, mis amigos, mis padres, mi hogar. Así que no, la oscuridad no puede estar en mi vida me niego

Se dio la vuelta en la dirección de su edificio con la rabia y las lágrimas a flor de piel

—Las cartas ya están repartidas Elaine —su voz hizo detener su pazo —, cada una tiene un destino que tienen que cumplir. Ahora tienes que aceptar lo que los dioses han decidido para ustedes

—Tú lo sabias —le afirmo —, sabias que esto pasaría. Que él llegaría a mi vida. ¿Por qué? ¡Por que! Que planean causarme mas dolor

Ella negó antes de acercarce a él y mirarlo con coraje

—Si él es Dougal, acabare con él aunque… —cerro los ojos por un momento —, aunque eso sea matar la mitad de mi alma

 Se dio la media vuelta sintiendo el corazón en la mano, y las lágrimas queriendo salir de sus ojos las cuales se habían acumulado para no salir enfrente de él, aunque el solo pensar que a Alexander fuera aquel ser malvado y tener que enfrentarlo le dolía en el alma. Varios escenarios se asomaban por su mente y todos terminaban de dos maneras ella asesinándolo o en su caso ella terminando asesinada por él. Y no sabía cuál le dolía más. Camino hasta aquel bar después de haber descargado toda su furia con su garganta de tanto gritar tomo rumbo hacia el lugar que podía decirse en teoría su hogar desde que dejo aquel lugar donde creció junto a su madre. Bajo del auto para caminar y tranquilizarse antes de llegar ante Henry, encendió su cigarrillo, justo en el momento que estaba dándole su primera calada escucho unos pasos sigilosos provenientes de las oscuras calles apresuro el paso con evidente tranquilidad, al llevar a una esquina dio la vuelta en una esquina para tratar de perderlos pero en un segundo ellos estaban enfrente de él

—¿Quienes son ustedes? —pregunto mirándolos pero ellos no respondieron — ¿Quién los envió?

—Eímaste oi efiáltes tis nýchtas (Somos las pesadillas de la noche) —cambiaron sus ojos a negro —, Kai írthame gia tin psychí sou (Y hemos venido por tu alma)

Justo en el momento que sintió como unas llamas lo atravesaban causándole un gran dolor, era tan intenso que lo hizo caer de rodillas en el suelo con la boca abierta ante aquella inmensa punzada. Era su fin, podía sentirlo pero en ese momento unos ojos se vinieron a su mente y como si una visión se tratara vio su rostro aparecer frente de él con la expresión de terror y dolor al mismo tiempo. Sintió los ojos pesados mientras escuchaba a lo lejos como un susurro las palabras: No los cierres. Mientras algo brillaba a un lado de él, entonces dejo de sentir dolor y pesadez en el cuerpo justo en el momento que la oscuridad se apodero de él




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