Elaine

14. Quedate comnigo

Elaine estaba entrando a su departamento cuando sintió un dolor desgargante en su pecho antes de soltar un grito, la marca de su mano brillo con intensidad al mismo tiempo que se iba poniéndose negra

—Alexander —susurro

En un abrir y cerrar de ojos estaba en las calles donde mira aquellos seres de la oscuridad alrededor de Alexander

—Fýge apó to téras (Aléjense de él monstros)

Elaine movió sus manos haciendo magia para luego lanzarla hacia los monstros acabando con ellos, corrió rápidamente hacia viendo que sus ojos se cerraban lentamente

—No los cierres —le dijo con las lágrimas ya brotando de sus ojos —, por favor no nos cierres

Pero él cerró los ojos y ella grito mientras su marca brillaba

—Por favor abre los ojos Alexander —suplico —, por favor. Quédate conmigo

Al ver su mano agarro uno de sus aretes y con la punta filosa corto su mano poniéndolo sobre la herida para que su sangre se revolviera con la de él, sus ojos se volvieron rojos al mismo tiempo que recitaba aquellas palabras

—Gýrna se ména, o chrónos sou edó den échei teleiósei (Vuelve a mí, tu tiempo aquí no ha terminado)

El destello de sus ojos se trasporto a todo su cuerpo envolviendo a Alexander

—Se diekdikó os méros mou kai sou díno zoí méchri na teleiósoume oi dyo mas edó. (Te reclamo como parte de mí y te doy vida hasta que los dos termine nuestro tiempo aquí)

Cuando termino de decir aquellas palabras, la herida de Alexander se empezó a cerrar al mismo tiempo que su respiración volvió a sentirse, con una sonrisa de alivio acerco su rostro a el de él al verlo abrir los ojos

—Estas despierto

—No fue un sueño —susurro al momento que sonreía —, si estás aquí. Pensé que era mi fin

—Por poco, pero no fue así

Lo ayudo a sentarse mientras el miraba la mano de ella

—¿Qué te paso?

—No es nada, tranquilo

—Pero estas sangrando

Ella soplo su herida y se cerro quedando el con una sonrisa

—Eso lo explica todo, eres un ser sobrenatural

—No, soy una hechicera

—¿Hechicera?

Y justo en ese momento su herida brillo y su abdomen de él igual brillo mostrando aquella marca que compartían

—¿Qué es esto?

Ella solo lo miro a los ojos

—Para salvarte tuve que compartirte mi esencia, creo que por eso tienes esa marca. Esa marca es como mi sello personal

—Me has reclamado como tuyo entonces —sonrió con burla  

—Esto no es un juego Alexander, pudiste morir

—Pero tú me has salvado

Los dos se miraron a los ojos mientras se iban acercando lentamente para unirse en un beso

—Elaine

Escucharon una voz a sus espaladas

—Castalia ¿Qué haces aquí?

—Tuve un presentimiento, y trate de localizarte pero no pude —miro al hombre —, por eso me teletrasporte hacia ti ¿Qué ha pasado? Porque tienes sangre en tus manos

Elaine la miro a los ojos y asintió a lo que Castalia negó

—No puede ser

—Sí, él hay hecho esto. Es  más fuerte de lo que creía e incluso ha liberado a más demonios

—¿Demonios? De qué hablan —pregunto Alexander —, alguna de ustedes me va a decir de que están hablando 

—Mejor llevémoslo a tu casa —hablo Castalia y Elaine asintió

Con cuidado lo levantaron Castalia miro a todos lados antes de desaparecer. Cuando lo hicieron de las sobras salió un hombre con un cigarro en su boca

—Kýrie, apotýchame, ti na kánoume tóra? (Señor, hemos fallado ¿Que haremos ahora?)

—Típota, kratíste chamiló profíl (Nada, mantengan un perfil bajo)

Con un asentimiento, se alejó desapareciendo, aquel hombre solo saco una risa carente de humor para después tirar el cigarro en el suelo y desaparecer

Elaine dejo a Alexander en su casa, para después ir a la suya donde la esperaba Castalia

—Ahora que estamos solas dime ¿Qué hacías ahí?

Cuestionó Elaine a lo que Castalia solo la miro

—Sé que tú sabes algo que las demás desconocemos Castalia —la miro — así que dime ¿Qué escondes?

—Lo siento Elaine —se disculpó — pero no puedo decirte

—¿Por qué? Castalia acaso sabes quién es Dougal

Castalia no emitió palabra alguna pero su silencio confirmo lo que Elaine intuía

—Castalia, dime —la tomo de los hombros — por favor dime quién es 

Pero no tuvo la respuesta que quería en cambio le dijo:

—No es él Elaine, Alexander no es Dougal

—Si no es él entonces dime ¿Quién es?

Pero ella nuevamente no emitió palabra alguna

—¡Castalia! No vez que todos estamos peligro —le grito al ver su negativa al hablar —, ya lo atacaron a él. Fallaron esta vez pero eso no evita que lo vuelvan a hacer. Así que por favor dime de una vez quien es

—Lo siento Elaine —tomo sus hombros al verla tan desesperada —, confía en mi yo sé lo que hago. Y yo se las razones por las que lo hago

—Por favor Castalia —le volvió a suplicar

—Lo siento —se alejó —, tengo que irme  

Y con eso solo desapareció sin decir más




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