Ellie

Capítulo 24.

Lía.

Tomo la mano de Harry haciéndole frente a todo. Los murmullos no se hacen esperar y me vale lo que digan. Me luzco de la mano del que al fin puedo decir mi novio. Harry tensa la mandíbula cuando pasamos al lado del bastardo de Henry. No lo miro, ni determino, esa porquería no vale nada. Sigo de largo encontrándome con Heather que ya está en nuestra mesa en el patio.

— Te veo luego, linda. — Me suelta Harry dejando un beso en mi mejilla. No puedo estar más en la dicha ya que explotaría en miles de mariposas.

— Así que ya es oficial, ¿eh? — me pregunta sin despegar la vista de su libreta.

Sonrio por inercia.

— No se porque tarde tanto en decidirme. Es tan lindo. — Hasta yo me sorprendo de lo que pienso y digo.

— ¿Qué pasó con mi amiga? Donde la dejaste, ¿eh? ¡Devuelveme a mi Lía bandida! — rie sujetando mis hombros viendome muy de cerca con una ceja arriba.

— ¡Me vas a sacar un ojo, loca! — se devuelve a su sitio — Mejor dime que es lo que me toca…

Me entrega un manual con todo y de solo ojearlo me da jaqueca. Me entrega la mitad de las libretas y empiezo con la tarea de historia de Ellie. Junto con Harry y Sophie nos dividimos las tareas ayudando a nuestra amiga desde que comenzó este infierno. En cada uno de los proyectos y exposiciones ponemos su nombre tratando de hacer todo lo que podamos. Esta última semana solo hemos sido Heather y yo ya que Harry ha estado ocupado con el equipo de fútbol y Sophie… mi querida amiga no se ha sentido bien desde que fuimos con Ellie y su madre cuando salió del hospital.

Es otra a la que no le despego el ojo. Me tienen mal ella y Ellie. Cuando Ellie se desapareció un rato con Sophie me molesto pero luego Harry me ayudó a comprender algo que yo no entendía. Yo por mas querer acercarme y entenderla, no puedo y nunca podré. Ya que por más jodido que suene… yo no pase por lo que ellas pasaron, si bien no fue lo mismo es similar.

Nunca podré entender su sufrimiento ya que yo no lo padezco y nunca he experimentado algo así. Eso es lo que a ellas les une. Me amarga el no haber podido hacer algo, con Sophie ¿por qué no pude tan siquiera ver lo que pasaba en la relación con mi amiga? ¿Por qué no presté atención? ¿Cómo pude dejar que el mismo engendro me las lastimara?

Y con Ellie. Con mi mejor amiga que conozco desde que tengo memoria. Con la que he compartido toda mi vida, compartiendo nuestros miedos y triunfos, con la que peleé tontamente cuando se enteró que Harry me propuso ser su San Valentin hace no se cuanto tiempo. Suelto una pequeña risa recordando todo y cada una de las cosas que hemos hecho.

El tiempo se nos pasa volando y un mensaje de la que ahora puedo llamar mi suegra me llega preguntando si podré pasar a la academia al salir. Le contesto con un sí y termino el resto de mis deberes.

A las tres y media ya estoy cruzando las puertas de la academia de modelaje donde mi suegra y la madre de Ellie son dueñas. Saludo a la recepcionista y me voy a los vestidores a cambiarme. Hace seis meses empecé con el gusto al modelaje y hace cinco le pregunte a Margaret si podría practicar aquí, ella se alegro y fue mi mentora hasta hace poco tiempo cuando todo la consumió dejándola por varios días en su casa sin contacto alguno y al final en el hospital.

Ellie es muy querida y nos dolió lo que le sucedió pero nada de eso se compara con lo que sintió Margaret al enterarse, entre diferentes abogados, la familia de Henry, su trabajo y el estado de su única hija.

Entre el pasar de las semanas ambas nos hicimos más cercanas y junto con Hellen ahondamos en el caso de Ellie. Fueron tantas cosas que sucedieron al mismo tiempo. Como me hubiese gustado contarle todo lo que ha pasado a mi amiga, que después de tanto, aceptar que Harry si me gustaba, entre otras cosas que son tonterías de adolecente pero que al fin y al cabo son cosas que debimos de haber vivido.

Termino mi tiempo aquí yendo a las duchas y después a la oficina de Hellen quien me recibe muy cordialmente, deja dos besos en mis mejillas y me invita a que me siente.

— Muy bien Lía, te llame porque al fin he conseguido algo — acomoda unos papeles y adopta la seriedad como la abogada que es — Después de tanto el juez tiene fecha para que comience todo el caso formalmente, también conseguimos cambiar a otro juez que no fuera partidario de los Campell. — No puedo ocultar mi alegría sonriendo demasiado cuando mi pecho atisba una buena noticia en todo este caos. — Y con tu ayuda y la de tus padres si te lo permiten ya que aun eres menor, podemos armar la escena de lo sucedido y testificar.

No quepo en la dicha.

— No es solo eso, — continua— junto con Margaret y el padre de Sophie también se demandará al instituto por la corrupción dentro y por ocultar un caso de gran magnitud entre los estudiantes.

— Oh, dios — me levanto yendo a abrazarla — Muchas, muchas gracias. En verdad no sabes cuanto te lo agradezco.

— Descuida, lo hago con la mejor intención.

Momentos después apenas cruzo la puerta llamo a Harry a contarle todo, supongo que su madre ya le habrá dicho algo pero se lo recalco subiendo a mi auto.

— Te veo mañana ¿si? Ahora tengo que pasar por Hea y Sophie. — No espero a que conteste y cuelgo arrancando el motor.

Le subo a la música regresando al instituto por Heather que hoy tuvo que quedarse a equitación, ya con ella en el auto vamos rumbo a la casa de Sophie. Le mando un mensaje de que hemos llegado y me responde que en un momento sale.

— Mientras Sophie esta ahi me tendras que acompañas a comprar algo que me encargó Oliver. — Le digo a la chica de mi lado.

— Ya no eres bandida, sales con Harry, haces mandados… — enumera las cosas con sus dedos— ¿Que has hecho con Lía? No me quejo, pero qué has hecho con mi amiga. A veces pienso que los alienígenas te raptaron y dejaron a un mal clon de repuesto.

— ¡Hey! — finjo protestar dándole un leve golpe en el hombro. — El amor me ha cambiado y deberías hacer lo mismo.




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