Embarazada de mi enemigo

Capítulo 14

Sabía que algún día la paranoia de Clarisse me metería en problemas, pero nunca de los nunca, me imaginé que sería uno de esa magnitud.

Thiago me tendió los cuatro tipos de pruebas de embarazo distintas, todas positivas y me quedé helada.

—Ni siquiera intentes mentirme, que he leído los nombres en las pruebas de sangre y las fechas.

Ahora estaba acorralada como un gato indefenso, sin poder ni sacar las uñas. Me derrumbé junto a la pared y ahogué un sollozo, nunca recordé que tenía aquellas pruebas de embarazo a plena vista.

—¿No pensabas decírmelo?

Su tono acusatorio era suficiente como para desarmarme por completo. Era obvio que con la personalidad diligente y responsable que Thiago tenía, nunca dejaría un hijo ilegítimo nacer por ahí, pero como yo no tenía deseos ni de seguir en contacto con él o de descubrir que tal vez había cambiado esa parte de él con el paso de los años, decidí que lo criaría sola y fingiría que él no tenía nada que ver.

—¿Por qué tendría que hacerlo? —Contesté al final—, no es algo que le importe a nadie más que a mí.

Thiago parecía muy sorprendido por mi actitud.

—¿Entonces vas a decir simplemente que no es mi hijo? ¡solo mira las malditas fechas, coinciden!

Él era una persona demasiado inteligente como para que yo pudiera enredarlo con algo como eso, pero no estaba dispuesta a ceder, por lo que inventé otra cosa.

—Ni siquiera estoy segura de que sea tuyo, así que no tienes que pensar en eso, yo me haré cargo sola.

Abrió tanto la boca que pensé que la mandíbula se le desprendería.

—Así que no sabes si es mío… —musitó, como si estuviera calculando todo tipo de imprevistos que pudieran presentarse.

—Así es —mentí nuevamente en su cara.

Estaba tan acostumbrada a decir mentira tras mentiras desde que me convertí en una persona ficticia, que no creía que Thiago me descubriera. Sin embargo, él era un hueso duro de roer, y no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer por nada del mundo.

—Realicemos una prueba de ADN.

—¿Por qué te importa tanto esto? Es absurdo.

—¿Por qué sería absurdo? Ya dijiste que no sabes si podría ser yo o no el padre, la posibilidad existe y quiero confirmarlo.

Quise tomarlo de su cabello y agitar su cabeza hasta que sus ideas se reacomodaran.

—¿Piensas que si es tuyo un día llegaré y te pediré manutención o algo como eso? —pregunté indignada.

—Lo único que está en mi mente es que yo no quiero que después llegue un chico o chica de dieciocho años a mi casa, culpándome de abandono.

Intenté decirle que eso nunca sucedería, pero no estaba segura de que eso no pudiera pasar.

—La responsabilidad no es tuya —fruncí el ceño—. Fui yo quien decidió tenerlo y criarlo, no te puedo obligar a ti o a quien sea a cargar con una decisión que fue completamente mía, además, tampoco quisiera compartir a mi hijo, es mío.

Me llevé las manos al vientre de manera protectora y rodeé mi panza, donde estaba descansando mi futuro bebé.

—Dee… —mencionó con cautela—, si ese bebé resulta también de mi sangre, no dudes ni por un segundo que dejaré sola con la crianza, o que estarás sola en eso, es mi deber, es algo que yo quisiera hacer.

La madre de Thiago los había criado prácticamente ella, con las sobras que lograba quitarle al alcohólico y abusivo de su marido, mientras era molida a golpes, se aseguraba de que pudieran meter siquiera un trozo de pan a su boca, y al parecer, Thiago no me creía muy capaz de poder sola con la responsabilidad.

La duda empañó mis ojos y visión.

—Esto sólo complicará más las cosas para ambos, yo ya había tomado una decisión.

—Bueno, pero ahora tendrás que replantearlo, porque no te daré otra alternativa.

Suspiré fuertemente, intentando no doblegarme ante su repentino carácter nada dócil.

—¿Entonces qué planeas hacer?

—Realizaremos la prueba de paternidad mañana mismo, y después pensaremos en lo demás.

***

El que creí sería un pacífico fin de semana, se convirtió casi en una pesadilla. A la mañana siguiente que Sarah despertó, se disculpó miles de veces por irrumpir de esa forma tan imprudente en mi casa y me repitió que me recompensaría de alguna manera por ser tan buena con ella.

Conocía perfectamente lo que era estar en su lugar, así que simplemente le aconsejé mantenerse alejada de personas como esas, que solo eran abusivas y la desgastaban, y que intentara concentrarse en gente que si la apreciaba de verdad.

Ella me abrazó una última vez antes de abandonar mi departamento y simplemente se fue en dirección a su casa, sin saber todo lo que sucedió después de que la acomodé en mi cama para que durmiera.

Thiago pasó esa misma tarde por mí para dirigirnos al laboratorio que realizaría las pruebas de paternidad correspondientes, y con el corazón y mente todavía echas un lío, sólo me preparé para el resultado inevitable.



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En el texto hay: reencuentro, perdon, embarazada

Editado: 22.01.2022

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