Embarazada de mi enemigo

Capítulo 19

¿Era realmente correcto que me sintiera culpable de ocultarle la verdad a Thiago? No estaba completamente segura.

Aquella duda perduró en mi mente varios días antes de poder siquiera llegar a una conclusión. Nunca me había hecho feliz aprovecharme de la gente o mentirle, por eso entendía que me consciencia me recriminara ocultarle mi verdadera identidad, pero la parte más lastimada de mi alma, aquella que hizo todo lo que tuvo que hacer para sobrevivir, me indicaba que no había nada malo en protegerme a mí misma, y eso incluía dejar a Destiny Baker en el olvido.

Pensé en mi madre y en lo orgullosa que solía decir que estaba de estar embaraza de mí en su diario y suspiré, no quería saber que pensaba de su hija que abandonó el nombre que le brindó con tanto amor y como casi tiraba por la borda la vida que me dio con tanto sacrificios.

En el pasado, solía pasar noches enteras imaginando como hubiera sido mi vida si mi madre siguiera con vida, y si mi padre nunca se hubiera casado con esa mujer tan horrible y sus dos insufribles hijas. Seguramente habría conseguido una adolescencia plena, habría hecho muchos amigos, habría disfrutado de la preparatoria como una chica normal y sobretodo, habría vuelto a casa cada tarde feliz, deseando conversar con mis padres sobre mi día.

Solía pensar que todo habría salido bien si tan solo mi mamá no se hubiera marchado tan rápido del mundo. Pues aunque ya era bastante mayor, seguía necesitándola conmigo.

Rememoré entonces las propiedades que mi tía una vez me contó que mi madre dejó a mi nombre, y no pude evitar preguntarme qué demonios habría pasado con todo eso. Solo esperaba que ni Ivy, Candy o mi madrastra se hayan quedado con ello, pues no quería darles nada que le perteneciera. Sería desgarrador enterarme un día que ellas disfrutaban de los campos que mis abuelos maternos le heredaron a mi madre en su lecho de muerte. Sin embargo, no había nada que pudiera hacer, no tenía dinero, ni abogados, no conocía de leyes y mucho menos era Destiny Baker, así que eso sería algo que quedaría como una incógnita que jamás se resolvería.

Miré mi reflejo en el espejo del baño de la oficina y noté como mi estómago ya comenzaba sobresalir. Era por ese mismo motivo que cada vez utilizaba ropa más holgada y empezaba a preparar una buena excusa para cuando ya no pudiera ocultar mi embarazo.

Thiago había prometido no revelarle a nadie que era el padre de mi hijo, pero si me aseguró que no me echarían de la empresa por la maternidad y solo con eso me hizo sentirme mucho más aliviada, pues era el tema que más me preocupaba, ya que necesitaba seguir siendo independiente económicamente para poder criar de manera digna a mi hijo o hija. Desde el principio, había decidido que yo me haría cargo de la vida que llevaba en el vientre, y que Thiago haya querido participar en el proceso de crianza era simplemente una variable extra a mis planes, no le dejaría toda la carga y responsabilidad a él, pues nunca se sabía cuándo podía cambiar de opinión y no buscaba depender de ninguna manera del padre de mi hijo.

No te preocupes, Dee, podrás salir adelante. Siempre lo consigues.” Me dije como aliento mientras salía rápidamente del baño hacia mi escritorio, donde me esperaba mucho trabajo pendiente.

—Dee.

Sentí un escalofrío cuando aquella voz indeseable se apareció en mi camino, pero con toda la paciencia que cargaba en mi interior me di media vuelta y miré a la persona que me habló con una sonrisa apacible.

—Luis, hola —dije sin muchos ánimos.

Desde la conversación que tuve con Thiago donde me preguntaba si estaba en una relación con él, no me sentía absolutamente nada contenta de quedarme a menos de un metro de distancia de su persona y parecía que comenzaba a notarlo, pues ahora hasta me esperaba fuera del sanitario de mujeres.

—Qué coincidencia encontrarnos acá, ¿cómo has estado?

Sabía que era una completa mentira, porque luego de unas órdenes “misteriosas” de la oficina del jefe, los cubículos habían sido reasignados en áreas distintas, haciendo que el escritorio de Luis y el mío quedaran en secciones diferentes y por ende, los otros baños le quedaban ahora mucho más cerca que estos, así que no era para nada obra del destino que nos viéramos allá.

—He estado bien —contesté de manera amable mirando de reojo detrás de su espalda para ver si encontraba algún conocido que me pudiera ayudar a salir de esa situación incómoda.

Luis notó nuevamente mi inquietud y frunció la frente.

—¿Por qué pareces tan apresurada? ¿no tienes ganas ahora de hablar conmigo?

Me sentí ofendida porque pensara que alguna vez tuve ganas de hablar con él, pero nuevamente, no contesté nada grosero.

—Para nada, es solo que tengo mucho trabajo pendiente, así que me retiraré primero.

Quise pasar a su lado de prisa sin darle tiempo de rechistar, pero me tomó del brazo con fuerza y me hizo retroceder.

—Dee. —protestó ahora visiblemente molesto.

—Suéltame.

—¿Qué demonios te sucede?

Intenté zafarme de su agarre, pero Luis no parecía tener ese plan y me colocó contra la pared, con su cuerpo como otra muralla que me imposibilitaba escapar.



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En el texto hay: reencuentro, perdon, embarazada

Editado: 22.01.2022

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