Embarazada de mi enemigo

Capítulo 29

—¿La llamaste Destiny?

Ambas aguantamos la respiración después de que Thiago nos volviera a encontrar, y cuando entendí que nos había escuchado, sentí que el mundo se me venía abajo.

—Thiago —dijo Candy poniéndose de pie mientras analizaba qué debíamos hacer—, ¿qué haces acá?

—Respóndeme lo que te he preguntado —espetó con un tono glacial, que parecía nos congelaría en cualquier momento que nos descuidáramos—. ¿Por qué la llamaste Destiny Baker?

Candy me miró sin saber cómo responder y dentro de mí había un caos, esto se había salido de completo control. Tenía miedo de cómo iba a responder Thiago, me sudaban las manos debido al nerviosismo y mi boca estaba seca, pero ya no había manera de que continuara ocultándole la verdad.

Ya no tenía fuerzas para continuar mintiendo. Ya no pasaría el tiempo buscando como esconderle a Thiago lo que sucedía, o en verdad terminaría hundida en la miseria.

—Es porque esa es la verdad —solté con un nudo en la garganta, pero muy decidida—. Soy Destiny Baker.

Thiago frunció el ceño confundido y dio un paso hacia atrás.

—No puede ser… —murmuró sin aliento— ¿cómo? ¿por qué? no, no, nada tiene sentido.

Y estaba más claro que el agua que nunca lo tendría para él. Lo último que había sabido era que Destiny Baker falleció aquel día a la orilla de un puente cerca del área donde vivíamos, por lo que ahora después de tantos años, escuchar que la mujer con la que iba a tener un hijo era esa amiga de la infancia podía ser hasta una blasfemia de oír, pero esa era la única realidad y tendría que aceptarlo.

Alcé el mentón y le dediqué a Thiago una media sonrisa. Me partía el corazón que se enterara de esa forma tan brusca de mi identidad.

—Yo pensaba decírtelo, pero no de esta forma.

Agaché la cabeza sin confianza, repleta de remordimiento y me mordí el labio. Thiago apretaba sus puños con mucha rabia, abatido era poco para describir la expresión en su rostro.

—¿Pensabas decírmelo? ¡¿cuándo?!

Candy parecía todavía más incómoda y tomó su bolso.

—Creo que este no es el momento para que continúe hablando contigo, nos veremos después.

Y así como si nada, mi hermanastra intentó irse sin enfrentar la confusión de Thiago, pero este la sostuvo de la muñeca.

—Espera, no te puedes ir así.

Ella suspiró.

—Esto no es algo que me corresponda a mi aclarar, tendrás que hablar con ella, adiós.

Candy se soltó y salió rápidamente de la cafetería. Ahora que ella se marchó, la verdadera incomodidad echó raíces en el ambiente y sentía que pronto sería asfixiada.

“Esto es horrible, no sé qué decir o hacer, quiero irme también.”

Agradecía infinitamente estar sentada y no de pie a su lado, porque corría el riesgo de que las piernas me traicionaran.

—Hablemos en otro lado —dije cuando noté que los pocos clientes del día parecían muy pendientes de la escena que estábamos llevando acabo—. Aquí no es el sitio para decir nada más.

Todos colocaban sus ojos en nosotros mientras dejaban sus platos y cafés sin tocar, así que era demasiado raro el solo hablar de cosas importantes e íntimas allí.

—Está bien, salgamos —comentó duramente.

Asentí y salí a su lado rápidamente. Busqué un buen sitio en el parque cercano, porque no me veía metida en el automóvil de Thiago, porque me sentiría todavía más cohibida y si íbamos directamente a su departamento pasaría lo mismo, así que era mejor un sitio abierto, donde no hubiera mucha gente y el aire corriera libre, para poder quitarme esa sensación de asfixia.

Cuando finalmente tomamos asiento, uno a la par del otro, Thiago seguía metido en sus pensamientos.

“¿Debería empezar yo primero?” Me decía en mi cabeza una y otra vez mientras más pasaba el tiempo, pero nada salía con fluidez.

—No puedo creerlo —sentenció—. Destiny murió hace muchos años, no puedes ser ella.

Me encogí de hombros cuando la brisa de la noche me tocó.

—En realidad, yo si deseé partir aquel día. Pero simplemente terminó así.

—Pero Destiny… —musitó apesumbrado—, ella era mi mejor amiga, como de mi familia, ¿tiene algún sentido que jamás se haya comunicado conmigo? ¿me odiaba tanto?

Era algo extraño que se refiriera a “Destiny” en tercera persona, porque técnicamente era yo esa persona, pero entonces recordé que en ocasiones yo hacía eso mismo. A veces me olvidaba que alguna vez tuve una identidad diferente a la de Dee Grace.

—Ya no éramos cercanos —dije sin rodeos—. Tú ya no eras el que siempre estuvo conmigo.

Thiago colocó sus brazos en sus piernas y hundió su cara entre ellas.

—Pero éramos amigos —gimió—, siempre lo fuimos.

Comprendía que eso fuera lo que cruzara su mente, pero no lo compartía y tampoco se me hacía justo.

—Yo no quería saber de nadie, era muy duro para mí. Yo ya no quería, no podía seguir viviendo igual, como Destiny.



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En el texto hay: reencuentro, perdon, embarazada

Editado: 22.01.2022

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