Todo lo que pasó después de que Ivy intentara asesinarme, fue surreal. Recuerdo como volteé hacia la acera, donde mi hermanastra me empujó y unos de los policías que resguardaban el juzgado la tomaron por la fuerza y la subieron a la patrulla. Era similar a la escena vivida dentro del juzgado, sin embargo, ahora todo el ambiente era más lúgubre y serio, porque Ivy había traspasado la línea entre odiar a alguien e intentar acabar con su vida.
Thiago me abrazaba con todas sus ganas sin darme espacio de moverme, y cuando percibí el temblor de sus brazos agitándose contra mi cabeza, dejé que me consolara y a la vez, que confirmara que me encontraba bien.
—Lo lamento, lo lamento tanto, Dee. No debí de haberte dejado sola con ellas, no cuando están tan locas, lo siento —su susurro inestable contra mi oreja me hizo sentirme mal y negué con rapidez, ya que aquella situación no era algo que pudiéramos prevenir.
—Tú no tienes la culpa de que Ivy sea tan mala persona. En todo caso, se debe a la forma en que su madre la crío.
La observé gritar arriba del automóvil de forma errática, y luego miré como Tracy se colocaba frente a la puerta exigiendo que la liberaran, que su hija no había hecho nada malo.
—Pero si no te hubiera dejado con tu madrastra, nada de esto habría pasado. Yo soy quien fue un inconsciente.
Recordé lo mucho que Thiago me alentó para que superara mis dolores y traumas del pasado, entonces sabía que la única razón por la que me brindó espacio y la oportunidad de hablar con Tracy, fue para que pudiera terminar mis asuntos con ella de una vez por todas, así cerraría ese ciclo y cargaría con menos cosas en mi cabeza.
—Ya no te preocupes, lo bueno es que estoy bien y finalmente creo que Ivy obtendrá lo que se merece.
Porque independientemente de que no termine en la cárcel por intento de asesinato, mis abogados se asegurarían de utilizar lo sucedido para sacarla del juicio contra mi herencia. Ella ya había perdido y no lo sabía, lo cual me alegraba. Además, Thiago si llegó justo a tiempo, y yo me encontraba sana de la misma manera que nuestro futuro hijo o hija estaba.
—Sí, me aseguraré de que esta vez pague por todo lo que ha hecho —soltó Thiago con la mirada encendida por el enojo y con aquella resolución, salimos de aquel terrible lugar y empezamos a prepararnos para lo que venía.
***
Cuando llegó el día que ganamos el juicio, me llenó una extraña especie de paz en todo mi interior. Finalmente Ivy comenzaba a obtener lo que se merecía, y no es que me alegrara el dolor de otras personas, ni tampoco que fuera del tipo de gente que prefiere que los demás sufran, pero después de todo lo que ella me hizo pasar solo para satisfacer su ego y avaricia, en serio deseé que obtuviera un poco de su medicina y pudiera entender lo mal que estuvo destruyendo la vida de tantas personas. Porque así como Ivy me molestó y acosó de joven, también lo hizo con muchos otros chicos en la escuela, los cuales también sufrieron durante esas épocas, y estos de igual forma necesitaban una especie de justicia.
Recordé la alegría que sentimos después de que nos enteramos que recuperé el patrimonio de mi madre y fue entonces que una vez arreglado todos los papeles, volví a ser Destiny Baker. No podía decir que no fue bastante complicado dejar de lado el nombre de Dee Grace, ya que había sido esa identidad con la cual salí adelante y pude encontrar un poco de confianza en mí misma, quien durante mucho tiempo tuvo su autoestima hasta el suelo, y no fue hasta que adopté a Dee que vi la luz al final del camino.
El tiempo transcurrió sintiéndome extraña, como si estuviera en una piel diferente y para cuando comencé a familiarizarme una vez más con Destiny, una carta de Candy me llegó.
Realmente no tenía nada en contra de ella, pues es que de toda su familia, solo Candy se arrepintió verdaderamente de su negligencia y había hecho hasta lo imposible por brindarles al juez y a mis abogados toda la información que poseía para ayudarnos a ganar. Y aunque se me hizo un poco raro que no se presentara ante mí y solo me enviara esta carta, pero decidí no darle demasiadas vueltas al asunto, porque entendía que después de que su hermana prácticamente intentara asesinarme la había puesto en una situación muy complicada, donde vernos a la cara ya no parecía ser una opción para ninguna de las dos.
Abrí el sobre en el departamento de Thiago, donde ahora me estaba quedando, y leí el contenido experimentando una opresión en el pecho.
“Hola, Destiny, ¿cómo has estado? Espero que ahora que las cosas están claras y pudiste recuperar lo que tus padres te dejaron, te encuentres tranquila. Yo he estado bien, tuve que mudarme lejos y cambiar de número de teléfono hace poco tiempo, así que decidí que la mejor manera de contactarme contigo por última vez sería enviarte una carta a la dirección de Thiago.
Realmente lamento que las cosas se hayan salido de control, nunca pensé que mi hermana fuera capaz de llegar tan lejos por dinero, así que también me disculpo por eso. Aunque mi madre y tu padre tienen mayormente la culpa de que ella sea de esa forma tan narcisista y malvada, no puedo excusarme porque durante muchos años permití que Ivy hiciera y deshiciera a su gusto y es por eso que te causamos tanto dolor injustificado.
A pesar de que era joven y vivía cohibida por mi madre, pude haber intentado hacer un cambio. Pero no lo hice y siempre pienso que estoy pagando por esos pecados del pasado. Y creo que es hora de que mi hermana y mi madre también paguen por ello. Me voy lejos y me llevó a mi familia conmigo, nunca volveremos, ni siquiera a molestarte porque yo me encargaré de que ellas se olviden de todo e intenten cambiar, aunque Ivy siga en prisión, cuando ella salga intentaré buscarle la ayuda que necesita, una donde tal vez pueda sanar un poco su mente y corazón destruido.