Embarazada de un demonio

Capítulo 17

—Ya llegamos -dice Varien con una marcada emoción en su tono de voz.

 

 El cielo estaba muy oscuro. Ni las estrellas se podían observar esa noche, pero los grandes faros alumbraban todo el lugar. 

 

  Era un sitio nocturno en donde las personas suelen ir a divertirse hasta el amanecer.

 

—¿Es este lugar?

—¿Nunca has venido?

—No es un lugar que me agradaría visitar -contesta Alain de mal humor.

—Ya te toca visitarlo.

—Por desgracia.

 

  Varien estacionó el auto y bajaron. 

 

 Frente a ellos se encontraba un bar donde unas chicas con poca ropa invitaba a lo hombres de manera provocativa a entrar.

 

—Te hace falta calle -le dice Varien muy relajado.

—Esta calle no.

—Es un lugar nocturno muy concurrido. Hay casinos, discotecas, bares las 24 horas del día.

—¿Los humanos no duermen? -pregunta Alain irritado por la cantidad de personas a esas horas de la noche.

—Hay quienes prefieren dormir de día y disfrutar toda la noche.

—Con razón los humanos tienen una esperanza de vida tan corta. ¿Y dónde está tu informante?

—Escuché que está desde hace unas semanas por aquí. Hay que buscarlo -explica Varien.

—¿Buscarlo dentro de toda esta gente?

—Empezaremos con el casino "Oro blanco". Es el más grande aquí.

—Conoces bien el lugar. 

—He venido varias veces -contesta Varien dirigiendo el camino- También el líder de la orden 46 de demonios, el conde Bifrons tiende a aparecer mucho por aquí. Es un gran jugador.

 

  Entraron al casino, era enorme y estaba abarrotado de personas. Tenían todo tipo de juegos de azar, cartas, dados, máquinas, entre otros. 

 

—Silván ha ganado mucho dinero en estos juegos.

—¿No es trampa? -pregunta Alain serio.

—Si los humanos no saben de su poder, no.

 

  Varien ve a alguien conocido y se acerca a uno de los guardias de seguridad.

 

—Cruz, tanto tiempo sin verte -lo saluda Varien.

—Mira quien está aquí, Claudio Muñoz.

—Mucho trabajo y poco tiempo. Este es un amigo, Paolo Blanco. Andamos buscando a Silván.

—No ha estado hoy por aquí. Tiene prohibido la entrada desde hace unos días -responde el guardia de seguridad, Cruz.

—¿Qué hizo? 

—No es bueno para un casino que alguien gane muy seguido.

—Silván es muy suertudo en las apuestas -le comenta Varien con una sonrisa.

 

 Salieron del casino y fueron a otro más. También entraron a los bares y discotecas.

 

  Tres mujeres con muy, pero muy poca ropa los veían como si quisieran comerselos. Se pusieron delante de su camino y posaban de manera sensual.

 

—Hola guapos -los saluda una de ellas. Una morena con grandes caderas- ¿No quieren divertirse un rato con nosotras? En Girls dance hay bebidas y muchas mujeres hermosas que buscan divertirse, como nosotras. ¿Quieren divertirse?

—No -niega Alain secamente y con una mirada demasiada seria.

 

  Las chicas se asustaron y se alejaron de ellos.

 

—Eres un espanta chicas profesional -señala Varien con una sonrisa divertida.

—Si quieres irte a un prostíbulo será cuando yo no esté presente. Sigamos buscando.

 

  Buscaron por un buen rato más, pero ese tal Silván no se encontraba por ningún lado.

 

—¿Dónde está metido ese tipo? Ya estoy harto de este lugar -gruñe Alain.

 

  Varien se tomaba una cerveza tranquilamente. 

 

—No me mires así -replica Varien- Hay que aprovechar que estamos aquí. Silván debe estar por aquí, me dijeron que lo vieron hace unas horas.

—Ya me quiero ir -exige Alain malhumorado.

—Somos detectives. Estamos investigando.

—Tú sólo estás paseando.

—Por lo menos no soy un amargado como tú y disfruto el momentos mientras lo buscamos -declara Varien despreocupado.

 

  Su perspectiva era tan contraria a la de Varien. En esos momentos se preguntaba como llevaban tantos años de amistad.




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