Capítulo 20

  Edgar, sentado en una silla en la oficina del director de su gremio, Omar Daal quien lo citó allí. Éste todavía no llegaba y Edgar se aburría demasiado.

  Este era un gremio de ladrones, por encargos roban objetos mágicos que poseen las personas comunes.

  Omar entró muy apurado y se sentó en su silla. Era un hombre de 47 años, con el cabello castaño y ojos amarillos.

—Lamento llegar tarde. Tuve un imprevisto. Te he llamado aquí por un gran trabajo. Mejor que todos los que hemos tenido con anterioridad.

  Omar le dio todos los detalles del trabajo y la gran suma que recibiría al cumplirlo.

—Es un trabajo con una excelente, pero excelente paga.

—Esto no es de lo que nos encargamos -contesta Edgar con gran seriedad. No imaginaba que le fuera a ofrecer un trabajo así- Nuestro gremio roba objetos mágicos no a personas. No secuestramos.

—No sería secuestro.

—Buscar y llevarte a alguien contra de su voluntad es secuestro.

—La entregaremos a alguien que la busca -responde Omar restándole importancia al asunto.

—Que la busca para matarla.

—Nosotros no tenemos nada que ver con lo que suceda después de la entrega.

 Edgar se levanta y golpea el escritorio con las palmas de sus manos.

—La secuestraremos y después la matarán -replica Edgar ya enfadado.

—No debes tomarte los trabajos personales. Nunca lo has hecho.

—Porque los trabajos han sido robar objetos, no personas.

—Esa mujer ha cometido un crimen -señala Omar con mucha indiferencia- Ha roto una de las reglas que mantiene la paz entre ángeles y demonios.

—Que la busquen los policías que le correspondan.

—Te encargo este trabajo porque sé que podrás hacerlo. Eres el número uno aquí.

—Esto es algo en lo que no estoy deacuerdo -dice Edgar irritado.

—Este sería el segundo gran trabajo que rechazas.

—El otro lo hubiera aceptado encantado si hubiera sido otro día, pero ese día estaba ocupado y ahora, está fuera de mis principios.

—Los ladrones no tienen principios -comenta Omar con firmeza.

—Es muy diferente robar que secuestrar.

—Andreina tomó la anterior misión. Si acepta y cumple esta te quitará del primer lugar.

—Si para mantener mi primer lugar debo secuestrar a una pobre mujer embarazada y entregarla para que sea juzgada y asesinada, prefiero quedarme con el segundo lugar -le informa Edgar decidido. No importa lo que dijera, no iba a aceptar ese trabajo.

—Está embarazada de un demonio y eso está prohibido. Será juzgada por su crimen.

—Normalmente los humanos no saben nada sobre esas leyes. No sería su culpa.

—Pero aún así lleva un mestizo en su vientre -dice Omar cortante.

—Yo no seré quien la lleve a su muerte.

—¿Te niegas?

—Así es -responde Edgar.

—Esperaba más de ti, Edgar. Me estás decepcionando.

—Me decepciona tú, que es capaz de aceptar un trabajo así sólo por dinero.

—El dinero es el que mueve nuestro gremio -menciona Omar con avaricia.

—Pero en lo de robar objetos mágicos. No en secuestrar.

  Edgar sale de la oficina de Omar y va a la cafetería del gremio.

—¿Has aceptado la misión? -escucha una voz femenina. 

  Al voltear ve a Andreina Ferreira, su rival del gremio. Una mujer de 25 años, con el cabello azul claro largo y ojos azules. Era una mutante con el poder de la invisibilidad.

—No, es todo tuyo -le contesta él sin expresión.

—Aunque me la ofrezcan no la aceptaría.

—Si cumples esa misión obtendrás el primer lugar. Lo que tanto has querido.

—No pienso llegar al primer lugar del gremio poniendo a una mujer en peligro -responde Andreina.

—Primera vez que estamos de acuerdo en algo.

—Te voy a ganar como se debe.

—¿Y cómo te fue en la misión del robo del cuadro? -pregunta Edgar.

—No fue nada fácil, pero fue un éxito -ella estaba feliz y más aún con la gran cantidad de dinero que recibió.

—Eso escuché.

—No has estado mucho por aquí estos días -comenta ella fingiendo que no le importaba.

—He tenido cosas que hacer.

—No importa lo que hagas pronto te quitaré el primer lugar del gremio.