Embarazada de un demonio

Capítulo 25

 Paimon tecleaba en su laptop. Leía con una velocidad exagerada mientras buscaba por internet detalles de la noticia que lo intrigaba y lo vio por el mismo, fotos de cadáveres de satánicos quienes son los posibles culpables de las desapariciones y asesinatos de personas.

 

  Los satánicos se encontraron en un sótano, las fotos eran muy explícitas y se podía observar que fueron cruelmente torturados antes de morir.

 

《Estás fotos fueron publicadas antes que la policía encontrara los cuerpos. Más bien, gracias a las fotos fue que fueron encontrados los cadáveres》

 

  Algo en los cuerpos le llamó la atención, un cuchillo muy llamativo, con un símbolo que los humanos no conocían. Ese cuchillo era inconfundible.

 

《Pero es imposible, él no tiene permitido venir a la tierra. No tengo duda es su cuchillo》

 

  El sonido de disparos interrumpió su concentración. Su mirada se posó en los causantes de ese escándalo. Sitri perseguía disparándole a Lexus, uno de sus guardaespaldas.

 

—No me has atinado ninguna bala, señor Sitri -dice Lexus quien poseía su musculoso pecho desnudo y llevaba puesto un short azul oscuro largo.

—Te mueves muy rápido, pero es muy divertido disparar -responde Sitri con emoción. Vuelve a jalar el gatillo, pero no dispara- ¿Qué sucede?

—Se le acabaron las balas, debes recargarlo.

 

  Sitri y Lexus se detuvieron y fueron por un cartucho nuevo. Lexus le explicaba como colocarlo.

 

—Sitri a veces actúa como un cachorro demonio -le comenta Paimon a Bathin, la esposa de Sitri.

—Le gusta probar cosas nuevas. Está muy entretenido con la pistola que le quito a ese ladrón.

—Ese cadáver fue encontrado hace unos días.

—Si los humanos pudieran sentir el aura, ese ladrón ni se hubiera acercado a nosotros. Es molesto toparse con seres que no conocen su lugar -comenta Bathin bostezando.

—Se han conocido casos de humanos que pueden sentirla. Los llaman mutantes, a esos humanos que nacen con algún tipo poder.

—Los humanos son seres muy débiles y aún así se creen superiores que los demás y con el derecho de hacer los que le de la gana.

—Ellos sólo conocen la tierra -responde Paimon- Se sorprendería al conocer más allá y ver lo inferiores que son.

—Tú estás muy concentrado en tu lectura.

 

  A Paimon se le ocurrió una idea y volteó la laptop hacia ella.

 

—¿Conoces este cuchillo? -pregunta señalando la foto.

 

  Era un cuchillo con una hoja de un gris azulado, la empuñadura marrón con dorado y con un grabado en la empuñadura.

 

—No estoy segura ¿Debería conocerlo?

—Este cuchillo es de Glasya-Labolas. No tengo dudas.

—Esa foto fue del asesinato de satánicos aquí en la tierra. Él no puede venir aquí -contesta Bathin levantando una ceja.

—Eso es lo que me parece muy extraño. Tengo espías en la policía, ese cuchillo no se encontró en la escena del crimen.

—Eso quiere decir que la foto fue tomada por el asesino.

—Y publicó la noticia mucho antes de que lo consiguiera la policía -dice Paimon.

—Es como si quisiera crear problemas.

—Viniendo de él es normal. Además, se encontraron cadáveres torturados en un callejón cercano al lugar.

—La tortura y el asesinato son las características de Glasya-Labolas, pero no hay pruebas contundentes de que se encuentre en la tierra. Estaría incumpliendo la orden de nuestro señor Satanás -responde ella.

—Y en los portales tiene prohibido su ingreso.

—Existen la posibilidad de que haya sido dejado pasar por algún trabajador de allí.

—Los trabajadores no tienen tanto poder para hacer eso -señala Paimon pensando alguna solución.

—¿Algún alto mando?

—Es difícil saber.

—Estamos pensando demasiado y no hay seguridad de que él de verdad esté aquí -replica Bathin.

—He tenido noticias de que Glasya-Labolas no se ha visto en el infierno desde que masacró a un grupo de demonios que atacó a su orden.

—Podría estar en cualquier parte. El infierno es muy amplio.

—Se ha mantenido en el infierno durante siglos ¿Por qué incumpliriá la orden ahora? -pregunta él- La humana embarazada de un demonio. Es el tema de conversación de ahora.

—De eso tampoco hay seguridad. Y no veo el motivo que a Glasya-Labolas le interese eso.

—Nada en esta vida es seguro, pero no pienso involucrarme en eso.

—Aún así andas buscando información de aquello -dice Bathin.




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