PRÓLOGO

ANTHONY

En todo este tiempo he esperado por el amor… si es que realmente existe.

Tal vez solo tenía una oportunidad… y la perdí.

Sí, creo que fue eso.

Perdí a la mujer con la que me casé. Y no porque la amara en aquel entonces, sino porque fui un tonto al dejarme llevar por lo que decían de ella. Pensé que era una niña mimada, caprichosa, vacía. Pero no… era mucho más. Era fuerte, valiente, y sobre todo, leal.

Hoy disfruto de su amistad. Una amistad limpia, verdadera. Aunque, claro, ya le advertí que si el abogaducho ese —bueno, ahora abogado y hasta amigo mío, pero igual— si algún día la lastima, yo estaré ahí para ella. Lo sabe. Aunque también sé que eso no pasará. Él la ama de verdad.

En fin... he esperado por mi media naranja, o por una naranja agria… o, siendo realista, por un limón. ¿Qué más me queda? Tal vez estoy pagando lo que hice. Tal vez el amor no es para mí.

Soy un hombre ocupado, con una vida social limitada —algo que, por supuesto, mi madre no deja de recordarme cada vez que me ve. "Que ni tu padre era así", dice. Que no sé organizarme. Que si sigo así, ninguna mujer va a soportarme. Y no la culpo por pensarlo. A veces, ni yo mismo me soporto.

Pero encerrado aquí, menos voy a encontrar el amor, así que decidí intentarlo por la vía fácil. Aunque sea para distraerme. Es una mala estrategia, lo sé, pero de buenas fuentes me han dicho que por esas páginas… uno puede llegar a encontrar algo. Aunque sea por un rato.

Y yo… solo quiero sentir algo. Lo que sea.

Algo real.

ROXXY

Soy una estudiante universitaria promedio, con una vida bastante monótona.

Vivo con mi hermana… o bueno, vivía. Últimamente ni la veo.

A mi corta edad, he tenido que sobrevivir sola.

Vengo de una ciudad pequeña donde las oportunidades son escasas, donde la vida te empuja a crecer más rápido de lo que quisieras. Pero aún así, aquí estoy, haciendo lo posible por salir adelante, aunque no todo me salga como espero.

Y claro, siempre estoy metiendo la pata.

Soy un desastre. Lo sé.

En el amor… bueno, no me ha ido bien. Los chicos que he conocido solo quieren pasar el rato, así que prefiero estar sola. Total, sola me veo más bonita. Sí, señor. Además, todavía me falta mucho camino por recorrer. No estoy desesperada por encontrar a alguien.

Por eso, cuando vi ese anuncio en internet, pensé que era una broma.

Respondí por pura curiosidad.

Y porque, en el fondo, una parte de mí… aún cree que hay algo allá afuera.

Algo distinto.

Algo que tal vez… solo tal vez…

Valga la pena.