Charlotte Heinrich
—Roderick, ¿Le dirás algo?—Walter es el hermano del protagonista, es quien apoya a Amelia y a su hermano para que estén juntos, ama a su hermano y sabe lo infeliz que es al lado de Cecilia. —Solo nos observa.
Es cierto, desde que llegaron he estado mirándolos desde la puerta asomada, no he dicho nada solo los miro.
Debía analizar bien a mi padre, puede que si sea guapo como lo describe el libro pero no veo nada más de ahí. Su mirada es seria y siempre en el trabajo, en el libro se mencionaba que la familia Heinrich quería que Roderick tuviera un hijo. Fue una decepción que Charlotte no haya sido un niño por tanto no creen que sea capaz de dirigir como lo haría un hombre, es enserio duro que me traten de ese modo pero no me duele, puede que si fuera la verdadera Charlotte pero no es así.
Es agradable tener esta vida pero necesito conseguir que mis padre se lleven bien cuando se separen, debo hacer lo posible para que no haya un mal ambiente entre ellos, será difícil pero necesito lograr eso.
Por estar tan sumergida en mis pensamientos no noté, hasta que sentí mi cabeza chocar con el pecho de mi padre, que me había tomado en sus brazos. Puede que solo sea el protagonista de un libro pero ahora en este mundo él es mi padre, aunque nunca he tenido uno, se siente raro.
—Bien mi pequeña Lottie.—besó mi frente—¿Qué deseas preciosa? Tú papá cumplirá tus deseos.
Desde que recupere mis recuerdo admito que me es difícil ver a este hombre como un padre, no me siento como antes a su lado, ahora lo veo de forma diferente.
—Ah, nada, solo…—bajé mi mirada apenada, no quería molestarlo, — ¡Iba a hacer esto! —de manera espontánea besé su mejilla provocando sorpresa en ambos hermanos. —Bueno… me voy.
Salí corriendo de ahí sin mirar atrás, no quería ver cómo se burlaban por mi infantil acto, ni siquiera los escuché, solo huí.
Ahora que lo pienso debo idear un gran plan de escape de este libro, puede que en unos años la protagonista aparezca con su hijo, debo hacer lo posible para escapar con mamá. Lo que vi esta mañana solo muestra que será capaz mi madre y no deseo perderla. Debo luchar en esta vida, puede que ya no sea Camila pero ahora soy Charlotte, es hora de demostrar que soy increíble.
—¿Mamá? ¡Estás de vuelta! —Corrí hacia ella pero si palma alzada me hizo detenerme.
—¿Qué haces fuera de la cama? No te quiero haciendo ningún movimiento estupido, así que será mejor…—Tomó mi brazo pero una mano se interpuso entre ella.
—¿Qué crees que le haces a Charlotte, Cecilia? —El tío Walter estaba enfadado, no entiendo la razón mi mami no hizo nada malo.—No permitiré que lastimes a mi inocente sobrina.
¿Qué? Pero si mi mamá no ha hecho algo así.
—¿Un hombre que piensa con su parte inferior quiere darme consejos de como criar a mi hija? —se ríe de él—Tú no eres quién para hablarme siquiera, Walter.
No podía decir nada ya que los dos me estaban lastimando al jalar al mismo tiempo de mi brazo.
—Pero yo si lo soy,—Mi padre había llegado hasta nosotros—suelten a mi hija, los dos.
La fuerza de ambos agarres me habían dejado débil, mis pequeñas piernas flaquearon hasta caer por lo débil que me sentía.
—Charlotte.—gritó en desesperación mi mamá.
—Pequeña.—mi tío estaba igual de preocupado.
Sentí los brazos de mi padre arroparme y me apoye en su pecho.
—Todo esta bien, florecita—besó mi frente—luego hablaré con ustedes dos.
Me llevó hasta la habitación y acostó, creo que esa noche de fogaje fue fuerte y aún me falta recuperarme, si quiero sobrevivir debo ser más recistente.
Sostuve su mano con fuerza y eso lo hizo sonreír.
—Papi no te vayas… —hice un mohín—cuando no estoy contigo o mamá, me siento triste.
Era una parte poderosa de mi plan, manipulación, culpa y tácticas adorables para hacer que me amen. En mi otra vida tenía primos que hacían eso conmigo, debo ser una genio de eso para salvar a mi madre.
Se acuesta al otro lado de la cama y sonríe.
—Papi, ¿Qué era lo más te gustaba hacer cuando eras un niño?—sonreí.
—Pues… jugar con tus tíos y no se… los tesoros.
Lo sé, enconterraste uno con la protagonista, creo que si adelanto su encuentro podré hacer que mi mamá y yo salgamos de sus vidas y él pueda ser realmente feliz. Al final de cuenta, se bien que su cariño conmigo es solamente artificial, me da regalos pero no vienen de él sino de su secretaria. No me quiere por el hecho de que soy la imagen de mi madre.
Puede que en el libro lo describieran como un gran padre con el Jackson, el hijo que tuvo con la protagonista, pero no hablaba de lo que sentía por mi en realidad.
Si fuera la verdadera Charlotte me deslumbraría con los regalos y todo lo demás pero se bien que solo intenta recompensar el no quererme.
Me alcé de la cama y lo miré con una sonrisa.
—¿Y si buscamos un tesoro? ¡Quiero hacerlo! ¿Si?—Uní mis labios en puchero.
—¿Enserio? Esta bien. Haremos lo que mi princesa diga. —Sonreí y besé su frente.
~ ~
—Adelante.
Pasé a la habitación de mi mamá quién estaba arreglando su atuendo para hoy pero al verme se detuvo.
—Charlotte, ¿qué llevas puesto? Despediré a tu modista por vestirte así.
Me apresuré a negar.
—Yo le pedí que me disfrazara así mami.
Ella me mira con atención al esperar una explicación.
—Iré por un tesoro.—Alcé mi mano al cielo—seré una buscadora de tesoros mami.