En Esta Vida Seré Una Buena Hija, Mamá.

Capitulo 3 “Tres corazones”

En esa tarde de cita de juegos, Charlotte no tenía ni idea de que su madre la vigilaba desde el balcón de su habitacion en el club, usaba binoculares para ver que hacía su hija. Ha actuado raro estos últimos días y eso la tiene preocupada. 

 

No había espiado jamás a su hija pero ahora lo está haciendo, no sabe si el golpe que tuvo ese día provocó un daño irreparable en su personalidad, teme que sea algo que este mal con su salud.

 

—¿Quiénes son esos niños que siguen a Charlotte, niñera?—Ambas mujeres observaban a la pequeña.

 

—Oh, creo que son hijos de los recién llegados de Corea del Sur, la familia Kim.

 

 

La sonrisa de Cecilia se ensanchó, su hija había conquistado a los hijos de uno de los grupos más poderosos de Corea, creadores de la última tecnología más funcional hasta ahora, tenían un alto poder económico y empresarial, comparable a los Heinrich.

 

—Se ven encantados con Charlotte.

 

La niñera asiente.

 

—La Srta. Heinrich sabe cómo ganar el cariño aún con su… fuerte personalidad.

 

Cecilia sonríe.

 

—Es idéntica a mi, siempre un paso delante de todos, —sonrió satisfecha.—mi hija será mejor que yo, no sufrirá.

 

Esas palabras hicieron que el ambiente se volviera frió, la niñera miró con pena a Cecilia, la conocía desde que era una niña. No había sombra de la pequeña que conoció porque ahora solo ve una mujer con el corazón roto. 

 

Cecilia tenía claro cómo eran las cosas, ella no iba a permitir que ningún mal llegara a Charlotte, cuando enfermó su corazón cargó con un gran peso, no podría con la pérdida de su hija, la ama, no permitirá que nada la hiera, antes, ella va a destrozar con sus propias manos todo aquello que le quiera hacer mal.

 

 

 

—Sra. Heinrich.

 

Cecilia se levanta y deja su taza de té en la mesa. 

 

—Cuídala, solo te llamé para saber cómo está mi hija, iré a trabajar.

 

La niñera suspira, esperaba que las cosas mejoraran para Charlotte y su madre, a pesar de que quiere como una madre al Sr. Heinrich, y de haberlo cuidado desde que era un niño, ella misma notó el gran daño que le hizo a Cecilia y que ahora se está extendiendo a Lottie, una inocente niña sin idea de los problemas de los adultos, al menos, eso cree la niñera. 

 

Mientras la niñera vigilaba a Charlotte, desde otra esquina, la pequeña rubia era vigilada por su padre. Roderick no era ese tipo de hombre, era la primera vez que sentía tanta preocupación por no saber qué pasa con su hija, así que decidió espiarla detrás de un árbol.

 

—¿Qué haces ahí, Roderick? —Walter es callado por su hermano quien le cubrió la boca.—¡Umm!

 

Roderick lo suelta y mira con atención a su hija, había visto cosas que no conocía o había notado antes en Charlotte. Ahora admiraba mucho más a su hija ya que es una gran persona.

 

—¿Por qué la vigilas? Ve con ella.—Sugiere Walter pero su hermano se niega.

 

—Hace un momento vi…—Le contó lo qué pasó hace un momento con Lottie.

 

La había seguido, ha pasado muchos años y Charlotte no es como cualquier niña con amigos, siempre ha estado apartada, él solo quiso ir a investigar qué era lo que estaba mal y ayudar a su hija.

 

—Por favor, no me hagan nada.

 

—¿Está quemada? Es asqueroso esos puntos en su cara.

 

Roderick se preguntó qué pasaba, estaba dispuesto a ir por esos niños que intimidaban a la pequeña pelirroja pero se sorprendió en ver qué su hija ya estaba ahí.

 

—Déjenla en paz, ¿entienden? No veo porque asustan a una niña tan linda que tiene unas pecas envidiables.—señaló su rostro—eres muy hermosa y no creas las palabras de unos niños con falta de cultura. 

 

Los niños ni siquiera se atrevieron a ver a los ojos a Charlotte ya que le tenían miedo, Roderick sonrió con orgullo, no notaba en absoluto que su hija tiene cierta expresión que da miedo cuando se enfada.

 

 

—Muchas gracias por salvarme.

 

La pequeña niña pelirroja saltó sobre Lottie y la derribó en el pasto.

 

 

—No fue nada… enserio.

 

 

Fue una escena tan tierna, sin poder evitarlo tomó fotos de su hija, se veía tan adorable.

 

—Desde ahora te debo la vida… prometo dártela cuando estes en peligro. 

 

 

—No, no es necesario, enserio.

 

 

Roderick ríe ante las palabras de las niñas, la modestia de Charlotte y la pequeña pelirroja que se veía tan agradecida con ella.

 

Estaba por irse cuando escuchó una pequeña voz que lo inquietó un poco.

 

—¿Hana?

 

—¿Quién es ése niño?—Se preguntó Roderick al ver que se estaba acercando a las dos niñas.

 

—Hermano, —se levantó y fue a abrazarlo—que bueno que estás aquí.

 

La niña si tiene ciertos rasgos similares pero se ve más europea, en cambio él, se ve más asiático. La tranquilidad de Roderick volvió al ver que solo eran dos hermanos, así que no tiene que ver con su pequeña.

 

 

—¡Unos niños horribles me intimidaron, se rieron de mis pecas y dijeron que soy fea, ¡Qué mi cara parece quemada! Estaba asustada hasta que…—Sonrió —Una hermosa ada rubia de ojos tan puros como el cielo azul y un rostro tan delicado me salvó. —Roderick sonrió con orgullo por la forma en la que hablaban de Charlotte—Ella me salvó.

 

 

La quijada de Roderick cambió el notar que el niño iba a su hija.

 

—Tú, —apuntó su dedo hacia Charlotte—eres bonita,—sobó su mentón y sonrió al hallar la respuesta—sé mi esposa.

 

 

—¿Qué cree que esta diciendo este niño? Mi hija no se va a casar.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.