En las redes del Amor

Capítulo 13: No era posible

Esperé sentir el ardor de la bala al atravesar mi carne, o el vacío que inunda después de la muerte, pero en vez de ello solo escuche las fuertes carcajadas que escaparon de los labios de Ann.

De forma automática abrí los ojos que por instinto y sin darme cuenta había cerrado. Al tener los ojos abiertos me di cuenta de la realidad, la pistola había estado cargada con una bala de salva. ¡Todo había sido una cruel burla!

Ríos de indignación inundaron todo mi torrente sanguíneo mientras mi mente hacía un retorno al pasado. La brisa de la noche se hacía cada vez más potente mientras aún no terminaba de procesar todo lo que había acontecido.

—JA, JA, JA, te dije que no te metieras conmigo, pero claro, como toda novata estúpida decidiste ignorarme y estas son las consecuencias —dijo en un tono que denotaba a la perfección toda la alevosía con la que había actuado. Sus palabras siguieron multiplicándose, continúe estática viendo sus labios moverse, cada palabra que pronunciaba era un foco que me devolvía al pasado.

¿Si tenía miedo?, claro que sí, pero ese sentimiento no era nada en comparación con los demonios que en ese momento se estaban apoderando de todo mi ser, años de bullying, de rabia contenida me llevaron a saltar sobre ella con una fuerza y agilidad que hasta ese momento desconocía

 

Ella era una mafiosa, tenía habilidades y destrezas físicas que nunca tendría, pero eso no impidió que la convirtiera en mi víctima, invirtiendo de esta forma los papeles.

La lance con suma brusquedad al suelo y rápidamente me coloqué sobre ella. La sorpresa se apoderó vertiginosamente de ella, aproveche  su reacción al máximo. Empecé a propinarle los golpes que siempre quise dar y que nunca había podido externar. Las voces que había en mi cabeza alentaban mi furia, eran las voces de las burlas que había padecido toda mi vida.  Le propiné en cada bofetada toda mi ira contenida. La arañé por todo su rostro y sus intentos de defenderse fueron totalmente fallidos.

Escuche la voz de Lorena tratando de detenerme, pero nada me impidió continuar, no supe el tiempo que continúe lastimándola, solo me percate que su rostro empezaba a inundarse del olor metálico de la sangre, fue entonces cuando comprendí lo que estaba sucediendo y cuando note que no estábamos solas, Enrique, su padre y otros también estaban en el lugar, estupefactos por lo que habían presenciado.

Enrique me levantó del cuerpo de ella, quien al levantarse intentó lanzarse sobre mí, pero este no se lo permitió.

—¿Se puede saber qué fue todo esto? —demandó furioso el padre de Enrique

—Padrino está loca, me atacó, no le hice nada —dijo molesta y entre susurros Ann

—¿Qué pasó? —me pregunto esta vez Enrique mirándome fijamente a los ojos.

—¡Ella me sacó con engaños de mi habitación, diciendo que mi hermana estaba aquí y luego me apuntó con un arma, pero todo solo fue un susto para vengarse, y-ooh solo respondí, solo que no de la forma que ella esperaba!

—Eso es mentira, ¿a quién se le ocurre decir semejante estupidez?

—¡Ann! —exclamó furioso Enrique

—Es verdad, ella es la loca que logró colarse y golpearte, hasta le disparó a Joe, ella es la maniática, ¿Cómo pondrán su palabra por encima de la mía? ¡Padrino, por favor!

—¡YA BASTA! — exclamó hecho una furia Enrique, dirigiendo su mirada hacia Lorena, quien tenía una mirada totalmente asustada. –Tú estuviste aquí, cuando llegamos te encontramos, así que nos dirás la verdad, ¿Cuál de las dos miente? ¿Qué fue lo que realmente sucedió?

—Y-o-o— dijo en débiles susurros Lorena

—¡Contesta, tu líder te hizo una pregunta y más te vale que contestes con la verdad! —dijo con dureza e impaciencia el padre del Enrique mientras yo estaba segura de la respuesta que daría Lorena, ¡ella ya me había traicionado!

—¡Vamos Lorena, diles como esta me atacó sin motivo! —Insistió Ann mientras me dedicaba una mirada que a leguas decía que, aunque le había golpeado, ella era quien saldría beneficiada

—A-nn —empezó a decir Lorena mientras no sabía por qué rogaba al cielo que dijera la verdad, pero estaba más que convencida de que así no seria es la responsable de todo, está ardida porque el jefe quiere estar con Lucy y no con ella —terminó de decir dejándonos a Ann y a mí con la boca literalmente abierta.

—¡Ann! —exclamó totalmente furioso el señor

—No es cierto, no sé por qué dice estupideces, no pueden poner en tela de juicio mi palabra

—No lo haremos —dijo en esta ocasión Joe, tenemos una forma de comprobarlo todo: las cámaras—decir que Ann se tornó más roja que la palabra misma, era muy poco

—Pero las cámaras están dañadas —susurro tan pálida como un fantasma

—No entiendo tu malestar, al final de cuentas, tú eres la víctima en todo esto —dijo en esa ocasión Enrique con una mirada totalmente burlona

—Bueno vamos a comprobar tu inocencia, afortunadamente las cámaras ya fueron cambiadas, después de todo somos mafiosos, no fallaríamos en algo tan elemental como nuestra seguridad —añadió Joe

—No es necesario, SI, ES VERDAD, YO FUI QUIEN INICIÉ TODO, QUISE DARLE UN SUSTO, PERO ELLA SE ATREVIÓ A GOLPEARME, ¡A MÍ!

—Agradecemos que nos hayas ahorrado tiempo, sobre todo cuando en realidad las cámaras de esta zona todavía no fueron cambiadas —dijo Enrique mientras le dedicaba una mirada significativa a Joe

—¿Queeee?, es decir que todo fue —inició a decir, pero su padrino la interrumpió

—Así que le pusiste una trampa, pero luego ella te agredió

—Sí, padrino, mira como me dejo las mejillas, mi rostro está cubierto de sangre, me arrancó pelo, ¡es una salvaje!

—Déjame ver más de cerca —contestó su padrino antes de darle la primera bofetada para luego añadir:

—¡Esto es por hacernos perder el tiempo e intentar engañarnos! —la estupefacción se apoderó de todo el ambiente mientras la “nuevamente abofeteada” observaba a su padrino como si fuera un ser interespacial




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