"El acto más valiente para una mujer es pensar por sí misma y en voz alta."
Coco Chanel
Capítulo 7: Un Encuentro Inesperado
Las luces de Múnich brillaban como estrellas caídas mientras Raquel Landon se preparaba para otro día de grabación. La ciudad, con su mezcla de historia y modernidad, había capturado su corazón, pero nada se comparaba con la calidez de su hogar en Los Ángeles. La voz de Jhonathan siempre era un bálsamo, incluso a miles de kilómetros de distancia.
—¿Cómo va todo? —preguntó ella, mirando por la ventana de su habitación, donde las calles se llenaban de vida.
—Bien, solo que el apartamento se siente vacío sin ti. —La risa de Jhonatan resonó del otro lado de la línea—. He estado viendo películas de acción, y creo que ya estoy listo para actuar.
Raquel sonrió, sintiéndose aliviada por su sentido del humor. La distancia había sido difícil, pero sus conversaciones diarias mantenían el amor vivo.
—¿Vas a hacer tu propio stunt? —bromeó ella.
—Quizás. O tal vez solo quedarme en casa y pedir pizza.
Ambos se rieron, pero Raquel sintió un pequeño vacío en su pecho. A pesar de la emoción de la película, extrañaba la rutina de su vida juntos.
Después de colgar, Jhonatan se sentó en el sofá, mirando las paredes del apartamento. Su corazón latía con una idea que había estado desarrollando en su mente. Quería sorprender a Raquel, mostrarle que, a pesar de la distancia, su amor seguía siendo fuerte. Así que, sin pensarlo dos veces, comenzó a hacer planes para viajar a Alemania.
Unos días después, Jhonatan llegó a Múnich con una sonrisa amplia y un corazón lleno de expectativas, hacía mes y medio que no se veían y eso lo tenía bastante preocupado. Las luces de la ciudad lo envolvieron, y se dirigió al hotel donde se hospedaban los miembros del equipo de filmación. Sin embargo, al llegar, se enteró de que Raquel tenía planes para salir con sus compañeros de rodaje esa noche.
—No es lo que esperaba, pero aun así, puedo sorprenderla —pensó Jhonatan, decidido a hacer que esa noche fuera especial.
Mientras se preparaba para sorprender a su mujer, Raquel se encontraba en el centro de la ciudad, riendo y disfrutando de la compañía de sus compañeros de reparto. Había un aire de celebración, y aunque la diversión era contagiosa, una parte de ella sentía que algo faltaba. Al mirar el teléfono, no pudo evitar sentir una punzada de añoranza por Jhonatan.
La noche avanzó y, justo cuando Raquel se estaba sintiendo más cómoda, su teléfono vibró. Era un mensaje de Jhonatan.
Jhonatan: cariño, estoy aquí en Munich. Te veré en un rato. ¿Dónde estás?
Su corazón dio un vuelco. En medio de risas y conversación, la sorpresa la dejó sin palabras.
—¿Todo bien? —preguntó uno de sus compañeros, notando su expresión.
—Sí, solo… Jhonatan está aquí —dijo Raquel, intentando ocultar su emoción.
—¡Eso es genial! ¿Vas a dejarlo esperando? —bromeó uno de ellos.
Raquel sonrió, sintiéndose dividida entre su deseo de estar con Jhonatan y el compromiso con su grupo. Finalmente, decidió enviarle un mensaje.
**Raquel: Hola amor, estoy en la plaza central con el equipo celebrando. Te veo pronto.
Pero cuando la noche avanzó, Jhonatan no apareció. La incertidumbre comenzó a nublar su alegría. Fue entonces cuando vio una notificación en su teléfono. Un video de Jhonatan apareció en la pantalla, mostrándolo en la puerta del restaurante donde se suponía que debían encontrarse.
—Raquel, he estado esperándote. Estoy aquí, pero no sé dónde estás.
Raquel sintió un torbellino de emociones: el alivio de verlo, pero también la preocupación de haberlo hecho esperar. Rápidamente, se disculpó con su grupo y se dirigió hacia el lugar donde él estaba.
Cuando llegó, la expresión de Jhonatan se transformó de alegría a desilusión.
—Te estuve esperando —dijo él, su voz cargada de decepción.
—Lo siento, pensé que podríamos celebrar con el equipo. No sabía que llegarías tan pronto —respondió Raquel, sintiendo un nudo en el estómago.
—Pero… vine hasta aquí, y no puedo creer que no quisieras pasar tiempo conmigo. —La frustración en su voz era palpable.
—No es eso, Jhon. Es solo que… no quería dejar a mis compañeros. Es una película importante para todos nosotros —defendió Raquel, intentando hacerle entender.
—No sé, Raquel. Me parece que no estás priorizando nuestra relación. Estaba emocionado por verte, y me siento como un simple segundo plato en tu vida —dijo Jhonatan, su voz temblando.
Raquel sintió cómo la culpa la envolvía.
—No quise hacerte sentir así. Quería que esta noche fuera especial, pero tal vez no lo planifiqué bien.
—No sé si entiendo —respondió él, cruzando los brazos—. Te sorprendo y me dejas esperando. No puedo evitar sentir que esto es más importante para ti que yo.
Las palabras le dolieron a Raquel. Sabía que el trabajo era crucial para su carrera, pero no había considerado cómo su decisión había afectado a Jhonatan y la manera en la que él pudiera sentirse.
—Estoy aquí por ti, pero no puedo ignorar a mis compañeros. Este proyecto es importante para mí —dijo ella, tratando de ser honesta.
—¿Y qué hay de nosotros? —preguntó Jhonatan, sus ojos llenos de frustración y tristeza.
Raquel sintió que las lágrimas amenazaban con caer. La última cosa que quería era discutir con él.
—No sé qué más decir, Jhon. Solo… siento que estamos en diferentes lugares.
El silencio se instaló entre ellos, y Jhonatan finalmente exhaló.
—Quizás debería haberme quedado en casa. —Se dio la vuelta, sintiéndose derrotado.
Raquel sintió que su corazón se rompía. En lugar de continuar la discusión, decidió que lo mejor era dejarlo ir.
—Está bien, si necesitas tiempo para ti… —dijo ella, sabiendo que lo mejor era permitirle procesar.
Sin una palabra más, Jhonatan se alejó, dejando a Raquel sola en la plaza, sintiendo el frío de la distancia que parecía aumentar con cada paso que daba. En ese momento, supo que el amor era complicado, y que la lucha por equilibrar sueños y relaciones a menudo llevaba a caminos inesperados.