"Si dejas salir tus miedos, tendrás más espacio para vivir tus sueños."
Marilyn Monroe
El romance de Archiball Grosvenor**
Archiball Grosvenor, príncipe de Liberland y segundo en la línea de sucesión al trono, se había enamorado. La noticia sacudió los titulares cuando un paparazzi captó a la joven pareja en un café de moda en el corazón de la capital. La imagen de Archiball, relajado y sonriente junto a Raquel, una prometedora actriz de cine, se difundió como un reguero de pólvora y tinta por los medios de comunicación.
Desde ese instante, los diarios y las revistas no dejaron de hablar e investigar sobre la inesperada relación de su príncipe más alocado. Corrían ríos de tinta, ensalzando a la pareja y alabando el talento de Raquel en la pantalla. Columnas de opinión y programas de chismes se desvivían por mostrar una imagen idílica del romance: un príncipe de cuento y una estrella emergente unidos en un romance digno de novela. Todo parecía ser de color de rosa para la pareja, que no dudaba en mostrarse ante el público con gestos de cariño y complicidad.
Sin embargo, la tranquilidad y el desborde de apoyo no era algo que se aceptara sin más dentro de la familia real. Aunque la madre de Archiball había dado su bendición, la Casa Real decidió investigar a la joven actriz. Querían asegurarse de que no hubiera nada en su pasado que pudiera empañar la reputación de la familia. Durante semanas, se realizaron pesquisas exhaustivas y cualquier dato comprometedor, por mínimo que fuera, fue cuidadosamente enterrado por el equipo de relaciones públicas de la Casa Real.
Esto no hizo más que dificultar la labor de la prensa, que se encontraba con un muro de silencio cada vez que intentaba hurgar en el pasado de Raquel. Pero, para sorpresa de muchos, la investigación arrojó muy poco. No había escándalos, no había rumores oscuros. Raquel parecía ser, simplemente, una persona común y corriente que había trabajado duro para llegar a donde estaba.
El tiempo pasó, y lo que algunos pensaron que sería un romance fugaz se convirtió en una relación sólida. Archiball y Raquel comenzaron a aparecer en eventos oficiales, ella fue presentada a los amigos y a los primos del príncipe, integrándose sin problemas en el círculo íntimo de su pareja.
Pero todo cambió cuando Raquel conoció a su cuñado y al padre de sus primos políticos.
El encuentro se dio en una reunión familiar que celebraba el cumpleaños de un tío lejano de Archiball. Al principio, Raquel se sintió a gusto y acogida por la calidez de la familia. Sin embargo, cuando le presentaron a Filiph, el hermano mayor de Archiball, y al hermano menor de su suegro, la atmósfera se tensó de manera perceptible. La sonrisa habitual de Raquel vaciló, como si alguna memoria distante se hubiera despertado en su interior, su pasado, del que menos se enorgullece como mujer y feminista estaba a punto de explotarle en la cara, o eso era lo que ella creía. Los saludos fueron breves y fríos, y durante el resto de la noche apenas intercambiaron palabras.
El comportamiento de Filiph y su suegro, Lord Hans, tampoco pasó desapercibido. Edward se mostraba distante y evaluador, como si cada movimiento de Raquel fuera escrutado con lupa, puesto que le despetaba desconfianza, mientras que Lord Hans, normalmente jovial, parecía sumido en un silencio contemplativo. La reunión, que había comenzado con risas y brindis, terminó en un ambiente cargado de tensión.
Al regresar a su residencia, Archiball notó la inquietud de su pareja, pero Raquel restó importancia al asunto, asegurándole que todo estaba bien. Sin embargo, él no podía quitarse de la cabeza la sensación de que algo no encajaba. ¿Qué había sucedido en esa primera impresión para cambiar el ánimo de todos de manera tan drástica?
Sin decirle nada a Raquel, Archiball comenzó a indagar. Pero esta vez, en lugar de dirigirse a los medios o a investigadores privados, optó por confrontar a su hermano.
Pocos días después
- Hola hermano, ¿podemos hablar un momento a solas?
- De acuerdo Archi, dime.- le dijo Filiph cuando todos los asesores estuvieron fuera de la oficina
- Conoces de algo a Raquel
- No, ¿por qué lo preguntas?
- He tenido una extraña sensación ayer cuando llegasteis los primos y vosotros,
- Serán cosas tuyas.
- No, Rachel también cambió, se puso como más tensa.
La historia de amor entre el príncipe y la actriz estaba a punto de enfrentarse a un giro inesperado.