Bailó para la novia indicando como hacer un baile provocativo sin la necesidad de perder ni una sola prenda de vestir.
—Movimientos suaves y precisos, si quieres provocar a alguien en particular has de cuenta que es la única persona en ese lugar y mantén el contacto visual con esa persona pero sin ser tan grotesco, siempre de forma sutil y coqueta, dedicale una que otra sonrisa, tocalo un poco pero en lo posible no dejes que él te toque a ti porque con eso solo irás apagando el momento, uno se desespera ante aquello que no puede alcanzar.
La novia asiente para pasarme su botella de vodka.
—Bebe, te la has ganado. —me sonríe.
Bebo directo de la botella, dejando que él alcohol haga estragos en mi estómago vacío a causa de la falta de comida.
Voy hasta la barra y me siento allí a esperar a que ellas terminen de jugar a ser bailarinas o que termine mi horario cualquiera de las cosas que suceda primero mientras termino la botella.
—Interesante baile. —dice un hombre de unos veintitantos años que se sienta junto a mí. —¿Eres profesora de baile?
—No, solo soy bailarina pero doy pequeños consejos a quien se anime.— Terminó la botella y solo me quedo observándola, como si con verla tanto está se fuera a llenar de nuevo.
—¿Quieres una más? —le pregunta ante mi silencio.
—No bebo con desconocidos.
—Pues eso se soluciona fácil, soy Adem un amigo de la novia. —él extiende su mano en mi dirección.
—Carlie, la bailarina que contrató la novia.
Comenzamos a beber y beber mientras hablábamos y nos reíamos de cómo la novia daba vueltas y vueltas sobre el tubo a tal punto que solo terminaba cayendo mareada pero le pedía a una de sus damas que la vuelva a subir.
—No puedo creer que finalmente se vaya a casar. —habla Adem.
—No me digas, tienes un amor muy secreto por ella. —dice sirviéndose un shot.
—No, simplemente que cuando un compromiso dura más de 9 años creo que es muy difícil mantenerlo.
—¿9 años? Eso sí es mucho tiempo … entiendo tu punto pero si el amor es sano y lo alimentan a diario entiendo que ellos no crean que son 9 años sino 1. —admite la chica.
—Pues eso sí, pero es extraño que pudiendo optar por acelerar el proceso simplemente dejen que el tiempo haga lo suyo.
—Brindo por eso. —Carlie
Y así pasaron horas y horas bebiendo incluso bailando una que otra canción, hasta que la novia decidió dar un paseo por las Vegas algo ebria junto a todas las personas que la acompañaban lo que si hubieran estado consciente y no bajo los efectos del alcohol hubiera sonado totalmente estúpido, pero con más de 10 botellas encima sonaba el mejor plan para esa noche.
La novia comenzó un juego cambiando un reto por un trago.
Horas más tarde.
Carlie y Adem se reían entrando a la iglesia acompañados de la comitiva de la novia.
—Dicen sí acepto y se ganan …. Un trago chiquito. —dice la novia tambaleando muy ebria.
Él párroco los mira dudoso pero decide ignorar el hecho de que seguro tiene más alcohol que sangre en el organismo.
—Esperen, esperen. —interrumpe la novia antes que el párroco hable.
Las risas no faltaban, la novia se quitó el velo que llevaba de adorno y se lo colocó a Carlie.
—Bien, ¿ahora si? —todos asienten. —Bien, solo espero que mañana no se arrepientan de esto. —murmura. — Estamos aquí reunidos para unirlos en sagrado matrimonio a … —mira hacia Carlie para que ella le de su nombre.
—Carlie. —le responde
—Bien, estamos aqui para unir en sagrado matrimonio a Carlie y a … —Adem sonríe.
—Adem. —agrega.
—Carlie y Adem dos personas en total consciencia de mis palabras que dan su consentimiento para unir sus vidas hasta que dios o la vida los separe, para dejar esto en claro repite esto conmigo Carlie … Yo Carlie te tomo a ti Adem como mi legítimo esposo.
Ella comienza a repetir entre risas para que luego le toque a Adem hacer lo mismo.
—Los declaro marido y mujer. —Adem le pasa un poco de dinero al párroco el cual este recibió sin cuestionar después de todo fue lo que habían acordado para que el acceda a casarlos.
Ellos en ese momento lo vieron como un juego y no estaban tan conscientes de lo que realmente acababan de hacer.
Dos destinos que fueron cambiados por una noche de alcohol, dos desconocidos que unen sus destinos en una perfecta sincronía cuando son tan diferentes como iguales, dos realidades que se vuelven una misma.
Todo se vuelve un efecto dominó, cuando algo cambia en el presente marca todo el futuro con ese cambio.
Ella no fue consciente pero con ese sí aceptó no solo se unió a Adem, se unió a una corte, a un Estado.