En los brazos del príncipe

15

Adem.

Carlie es esa mujer que me ha hecho declararme un fiel admirador de su locura y de su definición de diversión.

Observó sus ojos en busca de esa confirmación.

Continúa besándome apartandome de mis pensamientos, se sube sobre mi regazo para tener mejor acceso a mi cuello.

Se aparta riéndose.

—Oficialmente estás marcado por mi. —dice para reírse a carcajadas.

La hago dar una vuelta quedando yo sobre ella y le devuelvo los besos en su cuello dejando marcas.

Alguien toca la puerta interrumpiendonos.

Bufó.

Me levanto de la cama y voy a abrir.

—Principe Adem, acaba de llegar su alteza el príncipe Alex.

—Bien. —digo para cerrar la puerta.

Pateo un mueble del enojo que me causa saber que él está aquí.

—¿Pero a ti qué te pasa? —dice Carlie llegando a mí.

—Quédate a descansar, yo tengo que bajar a resolver algo, tenemos una visita inesperada.

—¿Quién llegó?

—Mi mayor tortura. —digo para salir de la habitación e ir directo a la sala.

Lo encuentro con un libro entre sus manos, sentado en el sillón y con una copa junto a él.

—¿Te tomas muy literal lo de siéntete como en tu casa no es así?

Él levanta la mirada y me sonríe.

—Quien sabe y en un futuro no sea esta mi casa, claramente ya debo ir amoldando a ésto.

—¿A qué vienes ahora? ¿Es que acaso no tienes que cuidar de la ciudad donde mi padre te nombró gobernador?

—Escuche por algún lugar un rumor y quería venir a confirmarlo Adem. —deja el libro de lado para ponerse de pie y acercarse a mí. —¿Qué es eso en tu cuello? ¿Acaso tienes otra gatita?

—Di de una vez por todas que quieres saber, a si te regresas por donde viniste. —digo un poco molesto porque se muy a lo que viene.

Él es de esas ratas que cuando ven desastre aparecen para unirse al desastre.

—Interesante rebelión tienen en la ciudad, pensé que tardarían más en perder el control pero bueno me alegra saber que pronto podré estar más cerca al trono porque están pidiendo la cabeza de tu hermano.

—Es el rey, habla con respeto. —le recriminó. —Y eso ya está bajo control, di de una vez que escuchaste.

—¿Tienes a una revolucionaria entre tus filas?

—¿A qué te refieres?

—Mi padre hace unas pocas horas me llamó, estaba en el consejo y escucho que llegó una mujer muy alterada, estaba infiltrada en esa guerra que tienen allí y se negó a la represión, vine a saber porque una mujer tiene el poder de hacer cambiar al rey. —sentencia.

—No es de tu incumbencia, si has venido a intentar convencer a esa persona de llevártela de tu lado, te aseguro que te será imposible.

—Vamos, no soy estúpido, es una mujer, ellas jamás llegan lejos de nada me serviría tenerla de mi lado solo quiero saber que herramientas usa para llegar a cambiar las ideas del rey que tenemos en estos momentos que de rey solo el título tiene porqué a la primera cedió.

—Pues la verdad no sé qué decirte, más que bien viaje en tu retorno. -le doy la espalda dispuesto a regresar a mi habitación.

—¿Por que no me dices quién es la mujer que maneja la cabeza del rey? ¿Es que acaso temes que le diga a los rebeldes?

Me doy la vuelta furioso al imaginar lo que sucederá si ellos saben de Carlie.

—No me provoques Alex, tú no tienes idea de lo que soy capaz si llegas a hacer algo en contra de ella o de mi hermano, yo no tengo nada que perder. —digo mirándolo directamente a los ojos.

—Gracioso, porque yo tampoco tengo nada que perder, gracias a ti.

—Alex no regreses a ese tema, sabes muy bien que ella fue quien escogió dejarte.

—Si claro, ella decidió dejarme luego de que tú te la cogieras, de pronto se dio cuenta que no me amaba y si te amaba a ti.

—Por favor, ya me disculpé mil veces por eso y te explique cómo fueron las cosas como para que sigas con eso.

—Puedo escuchar mil veces y seguirá sonando a puras mentiras. —dice con un claro odio en sus palabras.

—Pues lo siento, era ella quien debía aclarar las cosas y no lo hizo, luego yo lo hice pero tú no lo aceptas pero las cosas como son.

Me alejo de él.

—Algún día te la cobraré. —me grita.

Alex siempre ha sido una persona muy rencorosa, desde que tengo memoria siempre ha querido el trono de mi hermano y todo lo que él tenga, realmente no sería raro pensar que en algún momento se quiera aliar a los rebeldes para conseguir el trono aunque sería algo muy estúpido de su padre porque él también tiene la corona grabada en la frente y eso solo hará que se convierta en un objetivo para ellos y su sangre comience a correr por las calles que lo vieron nacer.

Regreso con Carlie y ella ya se encuentra durmiendo muy tranquila.

—Realmente no quería que los conozcas así y que esa imagen se guarde en tu memoria. —murmuro acariciando su cabello. —Pero ahora entiendes que esto va más allá de nosotros y de lo podamos decidir, no solo construimos nuestro futuro sino también el suyo.

Suspiró.

La encontré cuando no la estaba buscando y ahora me siento tan bien junto a ella que no puedo imaginar no tenerla a mi lado, su locura despierta esa alegría que yo ignoraba que podía llegar a tener, cada vez que la ella siento admiración y hasta ya podría jurar que la amo porque en ningún momento dudaría de hasta recibir una bala por ella, porque hoy no me veo sin ella, es mi mejor complemento.




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