En los brazos del príncipe

25

 

Carlie.

Voy hasta el hotel.
—¿En este hotel tienes a mi hijo? —habla más calmado.
—Mmm no juzgues, es un hotel muy bonito y no estamos en simples habitaciones, estamos en los apartamentos de atrás.

No dice más nada, solo sigue los pasos.
Tomo el ascensor hasta el piso 4.
—Intenta no hacer ruido, Thomy tiene el sueño muy liviano y siempre despierta por los pequeños sonidos.
—¿Lo has dejado durmiendo solo? —pregunta.
—No, claro que no, está con Uriel.
—¿Uriel quién es él? Y ¿Porque esa persona está con mi hijo? —sube un poco el tono de voz pero terminó por poner mi mano sobre su mano.
—Silencio. —susurro. —Regla número 1, jamás se te ocurra irrumpir en el sueño de un niño, porque luego es muy difícil volver a dormirlo.

—¿Por qué dejas a un extraño con mi hijo?
—No es un extraño, es Uriel, digamos que ha sido mi compañero durante todos estos años, además de mi jefe y mi profesor.

Él me mira muy serio.
—¿Le has dado el derecho a otro hombre de estar con mi hijo?

Bufó.

—Uriel no es cualquier otro hombre, es la persona que me acompañó durante todo mi embarazó, cuando nadie más estaba conmigo, es el padrino de Thomas. —le informo. —La persona en la que más confío para que esté con él cuando yo no puedo.

—¿Has decidido sobre el futuro de mi hijo así, sin más? —noto su molestia.

Me sirvo un vaso de agua.
—Adem, hay algo que creo que no has entendido, yo no pienso dejarte fuera de la vida de él, y no puedes venir a recriminarme que yo durante casi dos años resolviera la vida de el niño sin consultarte, porque tú no estabas y no es como que una vida se pueda dejar en pausa y por ejemplo no tenga un nombre, una nacionalidad y demás cosas, y para que veas que te tuve muy presente, se llama Thomas Adam, el segundo nombre es casi idéntico al tuyo, pensé que es una forma de tenerte por siempre presente en su vida.

El asiente.
—Suena bonito. —veo que se le escapa una sonrisa. —Principe Thomas o Príncipe Adam.

Intento no reírme pero me causa gracia que mi bebé tenga título de príncipe, cuando ni siquiera es capaz de decir su nombre sin equivocarse.

—¿No crees que es muy pronto para darle un título así? Es un bebé.

—Ya tendremos tiempo de hablar de eso, quiero verlo. —insiste.

—Bien, espérame aquí.

Lo dejo en la sala, mientras yo voy a mi habitación.
Entro en silencio y observó cómo Thomas duerme apoyando su cabeza sobre el pecho de Uriel.

Uri. —lo llamo despacio mientras muevo su brazo.

—Mmm dime. —dice aún con los ojos cerrados, totalmente adormilado.

—Acompáñame, Adem está aquí, y quiere conocer a Bubu.

Abre sus ojos.
—¿Has dicho que él está aquí?
—Si, él está aquí, me ha costado decirle sobre el niño, pero ahora quiere conocerlo.

Uriel se levanta de la cama apartando a Thomy.

—¿Por qué está aquí? —pregunta parándose junto a mí.

Uri, te lo acabo de decir. —me rió de él. —Ya, lávate la cara que yo despierto a Thomy.

—¿Acaso me quiere conocer a mi?

No le respondo, solo voy hasta la cama a despertar al niño.

—Bubu. —lo llamó mientras lo cargo.

Salgo de la habitación con él aún dormido.

Thomy apoya su cabeza sobre mi hombro para seguir durmiendo.

Camino a paso lento hacia la sala.
Cuando llegó Adem me mira.

No dice nada solo nos observa.
—Siéntate. —le murmuró haciéndole señas, y él obedece sentándose en el sillón.

Me senté junto a él y lo dejó sobre sus piernas a Thomy.

—Te presento a tú hijo. —le digo.

Adem parece hipnotizado observándolo.
—Estaba muy cansado por el viaje. —le informo. —Por esa razón tiene el sueño pesado.

—Es muy pequeño. —dice para luego tomar sus manitos.

—Siempre me recuerda a ti.

Thomy abre sus ojos y veo su cara de susto.
—Bubu. —lo llamó para que no llore. —Está bien.

—¿Bubu? —pregunta Adem.

—Mami. —dice Thomy estirando sus brazos en mi dirección.

Lo tomo en brazos.
—Thomy, quiero presentarte a alguien, él es Adem. —le digo señalando a su padre. —Es tu papá.

Thomy solo se abraza a mi.
—¿Papá? —pregunta.

Adem le sonríe y se hinca para estar a su altura.
—Si pequeño príncipe, tú papá.

Uriel llega a la sala, y se ubica junto a un mueble en silencio, para no interrumpir el momento.

—¿Me das un abrazo? —le pregunta Adem a Thomy.

Este niega.

—Es algo tímido. —le cuento a Adem. —Le cuesta tomar confianza, pero cuando finalmente lo hace, te prometo que todo es totalmente otra cosa.

Bubu me abraza.
—Un gusto rey Adem, soy Uriel. —Uri atraviesa toda la habitación para estrechar su mano con el rey.

Este lo mira con desconfianza.
—¿Desde hace cuánto se conocen? —le pregunta a Uriel.

Este me mira y me sonríe, porque yo ya sabía que haría alguna pregunta así.

—Soy su tutor, profesor, mejor amigo entre otros títulos más. —dice para sonreír.

—No creo que sea un buen horario para explicar lo sucedido en estos dos años, será mejor que regreses al palacio, al lugar donde estás protegido, mañana llevaré a Thomy para que pases tiempo con él, en lo que yo trabajo.




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