"Monarca."
"La soberanía radica en el Rey, su palabra es ley".
Adem.
Mi palabra, es lo que marca el ritmo de mi país, este es un sistema donde me pone a mí en un punto tan alto de decisión que todas mis decisiones son incuestionables.
El poder radica de la corona, eso es lo que se ha repetido de generación a generación.
Ese maldito predicamento que nos ordena que ser y que no ser, sin dejarnos la posibilidad de elegir sobre nuestro destino.
Es mi momento de proclamarme, de levantar la voz y sentenciar mi verdad, la verdad absoluta que conocerá todo el territorio que se extiende bajo mi dominio.
Muchos aún se preguntan porque decidí adelantar la coronación en lugar de aguardar a mi boda.
Me siento en mi trono analizando todas mis opciones.
Estamos a tan solo dos horas de la coronación y los preparativos no cesan.
—Debo creer que algo tramas. —dice Dorian pasándome una libreta. —Estuve buscando entre tus cosas a ver si encontraba tú discurso y saber la razón del querer hacer todo tan repentino y fuera del protocolo.
—No es para nada repentino si tienes en cuenta el tiempo que yo llevo portando está corona, y sumando que tú tampoco le diste la corona a nadie y mi padre llevaba más de veinte años sin tener una reina. —suspiro. —Y en cuanto a lo repentino, solo hace lugar a como soy yo, no me gusta planear nada y siempre termina todo por regresar a su caudal, tomando el rumbo que siempre debió de ser.
—¿Tú reina ya está aquí?
—Llegó hace horas, con un par de vestuaristas, peluqueros y no sé qué tanto circo más.
—¿Y Carlie?
—Me dijo que vendría en cuanto terminará su turno. —respondo simplemente. —Me ha costado muchísimo que venga, pero no es nada que no se pueda resolver después de aclararle que como Thomy es príncipe de la corona, ella tiene un rol muy importante en su vida y podría perjudicar muchísimo que no se vea a su madre acompañándolo en su primer acto de la corona oficial.
—Bien, me iré a cambiar para el acto, nos vemos en unas horas.
Asiento.
Cuando estoy nuevamente solo, con los decoradores sonrió.
«Es fácil llamar reina a quien se pone la corona, pero es difícil darle el título de reina a una real portadora y representante de ese título».
Yo he encontrado a una portadora del nombre y una portadora del título, mis convicciones me obligan a cumplir con mi palabra y darle la corona a quien acordé dársela.
Dos horas después.
Veo a Carlie llegar corriendo con su bata de doctora aún puesta y trae un vestido en sus brazos, junto a un pequeño bolso.
—Lo siento, surgió una emergencia. —dice llegando corriendo hacia mí. —¿Dónde puedo cambiarme y darme una arregladita rápida? Uriel dijo que lo disculpes pero llegará algo tarde, igual si llega, pero nunca se puede calcular cuando surge una emergencia.
—Lo entiendo, puedes prepararte en la habitación de Thomás, allí estarás tranquila, antes que preguntes por él, se encuentra con Dorian tomando algo de aire afuera.
Ella asiente, me reverencia riendo y se marcha.
Niego ante las ocurrencias de la madre de mi hijo.
Me quito mi corona y comienzo a jugar con ella, mientras estoy sentado en mi trono nuevamente.
Cuando el reloj marca la hora justa abren la puerta para que las personas comiencen a ingresar.
Toda historia tiene un capítulo de partida que ha roto con los personajes creando un inevitable fragmento donde uno solo pueda ver el antes y el después, como aquello que se creyó tener, ya no vive en el presente, como aquello jamás volverá a ser igual, porque lo que una vez se fragmenta jamás vuelve a su estado original, siempre queda alguna pequeña grieta que amenaza con volver a romper todo en mil pedazos.
Llega uno de los guardias corriendo a avisarme que Alexa ya está afuera esperando, así que le digo que pase.
Me levanto de mi trono y acomodo mi corona sobre mi cabeza, dando inicio al acto.
En la primera fila se ubican los herederos de la corona, Thomas, mi hermano y mi hermana quién se vió obligada a regresar de su viaje por Italia para tener que cumplir con el protocolo de este acto.
Ella me sonríe cuando la observó durante unos segundos.
Asiento en su dirección agradeciéndole que estuviera aquí y que no hubiera hecho una escena para no venir.
Entra Alexa ubicándose en el medio, en sus ojos ya se ve el anhelo por la corona que se encuentra a unos pocos pasos de mi, sobre una pequeña mesa, que brilla en busca de su nueva dueña.
Detrás de Alexa llega Carlie, quien rápidamente se aparta ubicándose en la segunda fila, acompañada de Uriel, justo detrás de nuestro hijo y mis hermanos.
Thomas al ver a su madre, intenta ir con ella, pero Dorian lo alza y Carlie le sonríe.
—Estamos aquí en un nuevo acto de nuestro reino. Un nuevo inicio comienza hoy, es momento de que nuestro máximo soberano hablé. —comienza la apertura del acto.
—Durante años hemos crecido con el ideal de nuestra monarquía, padres, madres, hijos y hermanos hemos sido inculcados con estos conceptos que hoy nos llevan a estar presentes en este acto, desde que somos pequeños niños corriendo por estas calles donde juramos proteger cada una de las personas que las pisan, dejando de lado cualquier tipo de diferencia que nos hace únicos, aquí a nadie le importa que idioma hablas, de qué color es tu piel, donde has nacido, cuánto dinero tienes o incluso a quien apoyas, si estás pisando este territorio serás protegido por la corona, incluso si la corona debe ser sacrificada para eso hicimos un juramento. Hoy estamos para que nuestro pueblo conozca el nombre de mi reina, de quién será cómo sus madres y cuidara de ustedes en todo momento, siendo una extensión de mi poder.