En tu Mirada (enlazados 3.5)

Capitulo 2

Franco

Enamorado... Ufff hasta las trancas
Cada vez que ese sentimiento afloraba, que era casi todo el tiempo, me recordaba que yo había prometido algo y debía cumplirlo, por mí.

En las noches la casa se me hacía muy solitaria, muy grande, solamente había un guardia de seguridad y el gato que se auto-adopto y yo. Había unas hamacas en el patio interior, ahí pasaba horas pensando, Donato me repetía hasta la saciedad que debía hacer vida social y hasta Laura me lo decía en broma.

Decidí salir a caminar para despejarme, empecé a andar sin rumbo fijo, llegue a una esquina y mire a un vendedor de frutas y pensé que me había habituado a la ciudad, a la gente y hasta a la comida, me encantaban las frituras, la frutas, los dulces, sonreí para mi y seguí mi camino y llegué hasta un centro comercial, entre y fui hasta un restaurante y pedí algo de comer, seguí totalmente solo, hasta que levanto la mirada y veo a Laura con el novio, los observé todo el rato y se notaba que ella estaba tensa y había momentos donde él no le prestaba atención y miraba a otras chicas, eso me alertó, pero me levanté y decidí volver a casa, no soportaba verla con él.

Mientras caminaba de vuelta, pensé que debía tratar de manejar ese sentimiento de molestia que tenía hacia Juan, debía hacerlo por ella.

Todo el fin de semana estuve pensando en hacer algunos cambios, quería hacerles mejoras a la escuela, que se parecería más a la que teníamos en Florencia, más bien quería una réplica, debía conseguir una casa acordé a esas necesidades. El lunes a primera hora ya tenía los permisos concedidos, pero nada me gustaba, levanto la mirada y Laura está viéndome con cara de circunstancia

- Damiani... No sé qué estás pensando, pero esa conversación contigo mismo, está buenísima – nos reímos –

- Lau... Está lejos de ser buenísima, estoy pensando en la escuela, en las mejoras, en fin

- No te preocupes... - me acerca y se sienta al lado mío – tienes que ver otras opciones

- Totalmente de acuerdo contigo, pero no conozco mucho los otros sectores

- Yo sí, ¿Puedo ayudarte? Si te parece bien – me quedo serio viéndola y bufa, coloca una de sus manos en mi hombro – aunque me dejaste claro que esto lo harías tú porque no quieres que pelee con las inmobiliarias, pero es que te ven la cara

- Laura, hace un año casi nos echan de aquí, tengo con que pagar está casa, aunque entiendo tu punto

- Es que llevas un rótulo en el rostro que dice "soy extranjero y tengo plata" la gente se aprovecha y sé que este tema te molesta – me volteo hacia ella –

- ¿Quieres saber porque me molesta? – tiene una media sonrisa, asiente –

- Me encantaría

- Laura... No quiero que nadie te trate mal, bajo ningún concepto

- Me sé defender... - la interrumpo –

- No me interesa que te sepas defender, Laura entiéndeme y concédeme así sea ese detalle – me enfoco en sus ojos y está mirándome diferente, sonríe y asiente –

- Concedido, pero quiero ayudarte a que no te vean la cara... Por fis

- Los tratos los haré yo, pero puedes, solo puedes ayudarme a tomar la decisión – se sonríe, se levanta y me da un beso en la mejilla, me tenso y lo nota –

- Ay lo siento, que pena Damiani...

- No te preocupes... Somos amigos ¿verdad? – asiente –

- Claro que sí, somos amigos y los amigos se dan muestras de afecto, bueno, si no te molesta

- No estoy acostumbrado, pero bueno... Eres tú – nos sonreímos y ella se levanta va hasta su bolso y saca un dulce y me lo entrega –

- ¿Soy yo? ¿Cómo así? – suspiro y pruebo el dulce y le sonrío –

- Mi amiga... - asiente, viéndome a los ojos y se sonríe –

- Sabes... Nunca me había sentido así, es raro, cuando dijiste que no te gustaba cuando peleaba con la inmobiliaria o con quien sea, me sentí protegida, en cierta forma, me entiendes – esa revelación tiene mucho sentido para mí y de paso me deja un sin sabor –

- Entiendo y a la vez no entiendo... No quiero sonar metido – me interrumpe –

- Eres un chismoso Damiani, dale pregunta – me sonrió –

- Tu novio... ¿No te sientes protegida con él? Lo pregunto por lo que acabas de decir – nos quedamos mirando fijamente y es como si el tiempo se hubiera paralizado de pronto suspira-

- Pues... No lo siento, se que me quiere y que con el paso del tiempo hemos afianzado la relación en otros aspectos, pero jamás me ha defendido de nadie... Bueno tú lo haces de una forma tan sutil, que siento muchas cosas – me sonrió y quiero rodearla con mis brazos, pero me quedo quieto a su lado –

- Siempre que pueda y me dejes... Te protegeré, independientemente de quién sea, incluso hasta de mi y de ti

- Gracias Franco...

El día transcurrió normal, ella sumida en una cúspide de papeles y llamadas y yo en otras más. Las semanas siguientes fueron tranquilas, ya habíamos vistos unas casas para la escuela, en un sector no muy lejos del centro histórico, tanto Laura como yo, nos gusto la misma, así esa era la indicada, era muy parecida a la casa colonial del centro, pero más grande y teníamos el aval para hacer todas las reformas que quisiéramos y firmamos el contrato con promesa de compra en 2 años, todo estaba sujeto a qué nos sintiéramos cómodos en la casa.

Lo único que me hacía falta de Italia, era el sistema de seguridad, por más que Octavio no fuera mi persona favorita, en realidad es mi antítesis, nunca nos hemos llevado bien y él siempre fue más a fin con mi hermano Fabricio, pero su empresa de seguridad es la mejor de toda Europa y además cada cierto tiempo innova en cuestiones de seguridad y eso lo hace el mejor y lo necesito.

Desde que llegué aquí, he mantenido comunicación constante con el conglomerado, lo que teníamos en otros países hacia parte del mismo, de forma remota, yo manejaba todo lo referente a América, así que las reuniones eran constantes y con la familia era igual, mediante las video llamadas nos veíamos y yo los sentía más cerca de mi, aunque no lo admitiera.




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