En tu Mirada (enlazados 3.5)

Capítulo 4

Franco

Desgastante... así de simple es salir con personas que no te apetece salir, perdí la cuenta de la cantidad de tiempo que llevo en eso.

No hay conversaciones interesantes, ni chicas lindas, ni ser agradable, me aburro y nada que paso a segunda base, levanto la mirada y veo a Laura conversar con los demás trabajadores, viene a mi oficina me sonríe y es como si toda la oficina se iluminara

- ¿Por qué tienes esa cara de aburrimiento? – bufo –

- Es mi cara – entra a la oficina y se sienta cerca de mi –

- Esa no es tu cara, tienes un humor de perros, a ver cuéntame ¿que te tiene así? – niego –

- Muchas reuniones, tu sabes que yo soy feliz en mi casa, con gato... en fin – asiente –

- Eres un ermitaño aburrido... y no se llama "gato" su nombre es "Marea" – me sonrió –

- Bueno... con Marea me llevo bien – nos sonreímos –

- Mmm... está reunión es importante, además la chica es linda ¿No te llama la atención? – me encojo de hombros –

- Si es linda, pero ese no es mi objetivo, lo sabes Laura – suspira –

- Yo sé... En fin, si ella te hace cambio de luces, te coquetea, aja acepta... no me quiero meter en tu intimidad... – frunzo el ceño –

- ¿Qué me quieres decir, Laura? - me cruzo de brazos – te escucho

- Somos amigos Damiani y pues no sales con nadie...

- Es una decisión personal, que no me gusta comentar.... – bufa –

- ¿Algún día confiaras tanto en mi que hablaras de esa decisión personal? – la miro a los ojos –

- Confío en ti Laura... pero no es cuestión de confianza... no lo entenderías y deja ese tema ahí, mejor cuéntame cómo van los preparativos – bufa –

- Respetaré tu silencio... ¿Cuáles preparativos? No sé que pasa... no se que nos pasa, no habla del tema y yo tampoco me siento cómoda hablándolo... la verdad no sé – frunzo el ceño y esa información es nueva para mí -

- ¿Cómo así? Por algo tienes el anillo de compromiso... - camina hasta la puerta y la cierra con seguro -

- Recuerdas que no me lo dio, yo lo encontré... - intenta gritar – soy una boba, tu me insinuaste que algo no cuadraba

- Ey... yo no he insinuado nada, simplemente quería saber cómo te pidió matrimonio, además no eres boba... pues estas, enamorada – me mira feo –

- Soy una tonta... ahora tengo rabia... ¿Qué hago, Damiani? – me sorprendo por su pregunta –

- No sé... - se acerca y me da un golpe en el brazo –

- Eres hombre, debes saber como actúan en estás situaciones... ¿Qué crees que estará pasando por su mente?

- Laura... nunca le he pedido matrimonio a nadie, no se que se hace o porque no actúa... pueden ser tantas cosas, además no lo conozco, como para saber porqué actúa como actúa – asiente –

- ¿Puede ser que el trabajo que tiene ahora le absorbe su tiempo? Yo he estado ahorrando... - suspira y niega – nunca debí asumir que ese anillo era para mí, quizás no era de él o se lo guardó a un compañero... no se

- Laura... deberías hablarlo, dejarle claro tus dudas e inseguridades – su mirada me está matando, su tristeza y rabia es evidente –

- Sabes... Va ser un año que encontré ese anillo... no se que sentir

- ¿Puedo ayudar en algo?, que no sea colocarme en una posición de tu novio a pensar el porque – bufa –

- Ay no se... te estoy incomodando con shows – me sonrió y niego –

- No me incómodas, mira – le señaló mi rostro – ya no tengo cara de aburrimiento... vamos al centro histórico y te invito un gelato... ¿Qué dices?

- Está bien... solo porque quiero helado

- Siempre quieres, pero es gelato, no helado – se sonríe y sale de la oficina –

Trate disimular que la conversación me molestaba, no por ella, si no por el inservible del novio, me da ira que no sea hombre y deje que ella se desilusione con algo que le hace tanta ilusión cómo casarse.

No quiero pensar en que haría yo si tuviera la oportunidad de pedirle matrimonio a Laura, dejo de pensar en eso y busco mis cosas para salir; la veo que viene con una sonrisa en el rostro y me relajo.

De la escuela al centro histórico nos lleva unos 10 minutos, dejo el auto parqueado y hacemos la rutina casi que sagrada, caminar la ciudad antigua hasta el local de los gelatos.

Siempre se demora en decidirse y nunca va por los mismos sabores, esta vez se inclinó por Vainilla y Fragola, me voltea a mirar y suelta una carcajada

- ¿Cuántas veces has probado ese gelato? – se queda pensando con la cuchara en la boca y me quedo pegado a esa imagen –

- Mmm... como 2 veces, no se – me enfoco en los gelatos que hay en la vitrina –

- Yo quiero vainilla... - me voltea a mirar con cara de pocos amigos –

- ¿Solamente un sabor? Eres el raro del helado, tu te lo pierdes – me sonrió y salimos del local –

- Es gelato Laura... aprovechemos y vemos la puesta del sol – me sonríe con la cuchara en la boca, suspiro –

- Buena idea...

Caminamos con parsimonia rumbo a la muralla, habla sin parar de un almacén nuevo que encontró, la tonalidad de su voz la siento igual que cuando voy al mar, me tranquiliza y apacigua mi remordimiento. Llegamos a la muralla justo a tiempo, como ha llovido el mar está tranquilo, el cielo en tonos rojizos con pocas nubes cargadas, juegan con nuestros sentidos, volteo a ver a Laura está saboreando todavía el gelato y los últimos minutos de sol caen sobre sus pómulos y su piel se ve irreal, para mí ella es irreal

Suspiro y noto que mi gelato ya casi descongelando, así que apresuró a comerlo, me voltea a ver y me entrega su teléfono

- Damiani tómame una foto, está puesta del sol está hermosa – me sonrió y en mi mente digo, ella es hermosa –

- Está bien, mira hacia el mar.... – le tomo la foto y se la muestro –

- Quedo muy bien, posa tu, vamos a tomarte una foto – niego –

- Ni se te ocurra – la señalo y estalla en carcajadas, aún así me enfoca y toma la foto –




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.