Capítulo 5

Franco

Congreso de moda y belleza en Medellín es un mega evento, en realidad se llama Expobelleza, nuestro stand está en la parte superior del sitio, es grande y suntuoso, digno del conglomerado, tiene pantallas que emiten parte del proceso que hacemos en la escuela y tambien hay imágenes de las sedes centrales en Milán y Florencia; pedí que incluyeran imágenes de la sede en Cartagena.

Laura camina a mi lado, rebosa una energía contagiosa, no dice nada, pero su entusiasmo es evidente, me sonrió, caminamos por todo el sitio, al medio día nos fuimos al hotel para cambiarnos, más tarde nos encontramos en el lobby para ir a una reunión con unas posibles marcas aliadas, nos fue muy bien y entrada la noche nos fuimos a tomar algo

- En serio quieres ir a tomar algo, Damiani... ¿alcohol? – me sonrió y asiento –

- Claro que sí, hoy fue un día productivo – vamos caminando hacia el restaurante –

- ¿Crees que es una buena alianza? Lo digo porque esa marca de ropa es muy linda y algo costosa, la alianza incrementaría sustancialmente su precio – asiento -

- La moda y la joyería siempre van de la mano, ahora este negocio es ganancia por donde lo veas, los precios se incrementarán, claro que sí, nosotros ganamos dinero y visibilidad – esta escuchándome con atención –

- Entiendo, pero ¿los diseños se tienen que alinear a lo que quiere la marca? – asiento –

- Llegamos... - entramos al restaurante, doy mi nombre y nos llevan a nuestra mesa - sí, tenemos que hacer reuniones para que el concepto de la marca y de nosotros se tienen que alinear – asiente y le paso la carta –

- Entiendo... ¿no tenemos diseñador? – levanto la mirada –

- Si tenemos... está en Milán y es la mejor –empieza a leer la carta del restaurante y se asombra –

- Esto es demasiado costoso, es un mes de sueldo mío... - frunzo el ceño –

- Bueno si es costoso, pero el día lo amerita, deja de estar haciendo cuentas, además te estoy invitando – resopla –

- Bueno... ten en cuenta que no me agrada – me sonrió –

- Yo se...

Terminamos pidiendo una parrillada con arepas, con chicharrón y algo que ellos llaman "trago" es un tipo de alcohol anisado, dulce, con un olor fuerte, en si le llaman aguardiente, me gusta su sabor, pero la sensación de euforia se hace evidente, así que dejo de tomarlo. Regresamos al hotel temprano, al día siguiente seguíamos en el congreso, tenía un leve mareo por lo que me tome, en cambio Laura estaba normal, quizás porque no tomo como yo. Nos despedimos de camino hacia nuestras habitaciones, en ese justo momento aparece el Franco de algunos años, que no le importaba hacer cualquier cosa con tal de lograr su objetivo, acostarse con la mujer que le diera gana, maldije en voz baja, tengo que aniquilar estos pensamientos, ella puede estar a unas cuantas puertas de mi habitación, pero yo ya no soy ese.

Opte por medidas desesperadas, una ducha fría... nada, baje al gimnasio del hotel... nada, justo ahí entendí que el férreo control es una mierda, no me sirve, solamente necesite una gota de alcohol para que se cayera toda la estantería que me habia armado en mi cabeza. No sé qué hora eran, pero llame a Donato, espere y espere, más o menos 30 minutos después me entra la llamada

- Hijo... ¿Qué ha pasado? – me sonrió al escuchar su mote cariñoso –

- Donato... estoy desesperado, estamos en un congreso acá en otra ciudad, Laura vino conmigo, hoy salimos a tomar algo, pero quiero tantas cosas y no puedo controlarme – escucho un suspiro por el teléfono –

- Cálmate... - me siento en el piso de la habitación -

- Estoy en eso, basto un poco de alcohol para sentirme como el Franco de antes – escucho que está en la calle - ¿Dónde estás?

- Estoy saliendo del hospital, voy a casa, dame un segundo y me pongo en marcha – escucho su andar, cierro los ojos y lo imagino caminando por el parqueadero subterráneo del hospital de Cagliari, escucho el desbloqueo de puertas del auto – hijo

- Aquí estoy – escucho el auto arrancar –

- Bueno... ¿Cómo vamos? – suspiro – es normal eso que sientes, porque Laura te genera todo ese tipo de sensaciones, pero con alcohol el autocontrol es casi nulo

- No existe ese autocontrol... ¿Qué hago? – grito -

- Trata de respirar... vamos hagámoslo juntos – me va guiando y se lo agradezco infinitamente, esa bruma que tenía en cabeza va esfumándose –

- Cuéntame ¿qué hacías en el hospital? Creo que eso me despejaría la mente – escucho que sonríe -

- Está bien... una cirugía de emergencia, una fractura expuesta y desplazada de tibia y peroné, este paciente tuvo un accidente en una bicicleta, no logro tomar una curva como es debido y cayó por un barranco – esta funcionado, sigo con los ojos cerrados –

- Déjame adivinar un intento de deportista de montaña – se sonríe –

- Así es... la cirugía duro unas horas y fue un éxito, volverá a caminar en unos meses con mucha fisioterapia... ¿Cómo vamos? Recuerda, respira

- Mucho mejor, me estoy imaginando esa fractura y no es grato las imágenes en mi mente... ¿Qué hago con lo que siento? – me está dando sueño –

- ¿Qué hacer?... si no puedes con ese sentimiento, únete a el, se honesto y dile a Laura lo que sientes – abro los ojos de golpe –

- No... la perdería como mi amiga y eso no lo puedo permitir- escucho que chasquea la lengua -

- No la vas a perder, porque vas a dejarle claro que te importa su amistad, a ver Franco, escúchame, no vas a pedirle que sea pareja o algo así, solamente que necesitas que sepa algo de ti y ya, te quitas esa la carga de encima – me levanto del piso y me tiro en la cama –

- Lo pensare y buscare las palabras más acertadas... gracias Donato, dormiré, acá es de madrugada

- Está bien hijo, descansa, hablamos más tarde

Al colgar me quede viendo el techo de mi habitación, decirle a Laura es un riesgo, porque de paso debería comentarle mi pasado y de eso no estoy listo para hablarlo. Despierto por el sonido de una llamada entrante, no sé dónde estoy y lo recuerdo, busco a tientas el teléfono, descuelgo