En verano te encontré

Capítulo 2

Y bien aquí estoy, sentada en una moto Harley-Davidson a justo detrás del chico asiático que acabo de conocer, abrazo su cintura con fuerza que dudo que él pueda respirar con normalidad además de que no veo nada a mi alrededor porque mantengo mis ojos fuertemente cerrados. En resumen, me aferro a él como si mi vida dependiera de ello. En parte es cierto, hace algo mal, tenemos un accidente y tenemos a Deborah Robbins a unos cinco metros bajo la tierra. 

Nada mal para terminar las vacaciones ¿no? 

Estoy muy segura que este psicópata anda manejando a una velocidad ilegal, muy ilegal cabe resaltar. Intento controlar mis pensamientos, que no vayan por el camino de la tragedia. 

«Todo va estar bien ya verás, vas a llegar sana y salva a casa de Rosie», me digo a mí misma en un intento de tranquilizarme. 

Puedo sentir como Dejiun hace un movimiento un poco brusco para mi gusto, haciendo que me sujete aún más fuerte a él. Luego hace un cambio de velocidad, reduciéndola un poco. 

―Debbie, no me estas dejando respirar ―se queja Dejiun, por encima de la ruidosa moto. 

―Si no manejaras como un loco desquiciado que busca matarnos, no estaría agarrándote de esta forma tan tosca. ―Sigo con los ojos apretados. ―¡Y mi nombre no es Debbie! ―devuelvo gritándole.  

De nuevo debajo de mí siento como la velocidad se reduce hasta un punto que no nos movemos. ¿Acaso llegamos? ¿Estoy alucinando a tal extremo que ya no siento el movimiento? ¿Será que aceleró tanto que parece que flotáramos?  

Permanezco con los ojos cerrados con la cabeza apoyada en la espalda del asiático. Dejiun coloca sus manos sobre las mías, si las que tengo encima de su abdomen, puedo notar como las acaricia con el pulgar. 

―Aún no hemos llegado, pero estamos estacionados. ¿Pasa algo? Me estas sujetando más fuerte de lo que pensé, Debbie. No sabía que eras de esas. 

―¡No soy así! Es solo que... es solo que tengo miedo de andar en moto ―digo avergonzada. 

Por unos segundos, Dejiun cesó el movimiento de su pulgar. Suelta mis manos con delicadeza de alrededor de su abdomen firme, para luego bajarse de la moto. 

―Ven, necesitas despejarte y relajarte un poco. Prometo que cuando volvamos a retomar el camino iré más despacio ―menciona el asiático con un poco de ¿ternura? 

No dudo en seguirlo. En el asfalto me siento mucho más segura que sentada encima de esta cosa. Él me hace seña de que lo siga. La carretera que tomó sigue a lo largo de varias playas, y Dejiun se dirige a la arena de la que tenemos al costado del camino. Intento alcanzarlo. 

―¿De dónde conoces a Rosie? ―No puedo evitar sacar conversación. 

―Es la… es la chica que le gusta a mi mejor amigo ―dijo con inseguridad. 

―Dejiun, no te veo seguro con eso. Rosie no me comentó de nadie así y hemos hablado todos los días desde hace dos años. 

―Es Dae-Hyun ―articula con lentitud ―. Repite conmigo… Dae-Hyun. 

―No me cambies el tema ―me quejo, me da una mirada de que intente decir su nombre ―Deyun… ―digo con fastidio. 

―Hazlo con lentitud… Dae… Hyun. ―Me invita a pronunciar. Cosa que hago por aproximadamente cinco veces seguidas, que nombre tan complicado. Simplemente tenían que haberle puesto Daniel y asunto resuelto. 

―Dae-Hyun ―digo por enésima vez. 

―Al fin, así es mi nombre. Felicidades Deborah. 

―¿Ahora sí dices bien mi nombre? ¿Lo hacías a propósito? ―cuestiono con molestia. 

―Si dices mal mi nombre, diré mal el tuyo. Me parece un trato justo ―me replica con un guiño ―Y, respecto a lo anterior, estoy muy seguro de los sentimientos de mi amigo, pero no soy quién para andar regándolo por ahí. Sin importar tu amistad con Rosie, es algo solamente de él. 

―Comprendo... 

―Entonces, ¿por qué tienes miedo de andar en moto? ― Dae-Hyun pregunta curioso. Está mirando al horizonte del malecón. 

―Yo bueno, tuve un... ―Un momento, ‘¿por qué tendría que contarle mis cosas personales a él? Acabo de conocerlo no es nadie de confianza ―. Es algo muy privado lo siento. 

―Entiendo. No quería ser indiscreto, tal vez comprenderte un poco. ―Me da una mirada a mis ojos. La deja allí ―. Cuando te sientas preparada para irnos, me avisas. Puedes sujetarme igual de fuerte si deseas. Prometo ir más lento. Todo como tú quieras. Solo siéntete cómoda de viajar conmigo en la moto. No va a pasar nada lo prometo. No mientras estes conmigo. 

Mi madre siempre me dijo que es malo confiar en extraños. Esa regla la aplicaba muy seguido en mi vida diaria, pero de vez en cuando la rompo. De no haberlo hecho, no fuera conocido a Rosie ni estuviera aquí, quizás volver a hacer esto en un chico como Dae-Hyun que es primera vez en mi vida que le veo, primera vez que cruzamos palabras es muy arriesgado. Lo admito. Pero es mi único boleto de regreso a casa de Rosie. 




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