Capitulo 6 - Parte 2
Unos ojos rasgados negros con un brillo en ellos me devuelven la mirada.
―Hola, Deborah. ¿Me dejas continuar?
―D-Dae-Hyun… ―digo con poco aliento―. ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Rosie?
―He venido con Paul, se han ido a hablar a solas.
―Ya veo… ―Bajo mi mirada un poco avergonzada, al hacerlo me percato que torpemente el top cubre nada de mi pecho. Se me ha olvidado por completo que lo tenía suelto. En vano, debido a que ya di todo un espectáculo; intento cubrirme con mis brazos―Eh sí, claro continua... ―menciono cuando me giro dándole le espalda al coreano para que siga esparciendo el bronceador por mi espalda. Después de todo ya tenía sus manos llena de productos y… nada no se puede desperdiciar las cosas.
Las manos de Dae-Hyun se ubican en mis hombros y empiezan a frotar la crema con suavidad en ellos. Noto su aliento en mi nuca, se ha sentado en la tumbona y acercado a mí. Hace ligeros círculos con sus pulgares, tiene algo de presión en ellos. ¿Acaso es un tipo de masaje mientras esparce el bloqueador?
Sus manos comienzan a bajar por mis omoplatos repitiendo las mismas acciones realizadas en mis hombros. Cuando él llega a la altura de mis cosillas, justo debajo de mis codos apoyados en el lateral de mi cuerpo; me rodea con sus brazos pegándome a su pecho y luego me da un ligero beso en mi sien derecha.
―Te estás manchando la camisa, Dae-Hyun…
―¿Y? ―responde mientras acaricia mi estómago.
―Que está muy bonita… No sabía que te gustaba Metallica.
―Mi hermano es mucho más fanático que yo, el sí estaría haciendo un escándalo por la franela. Seguiré con el bloqueador… ―agrega al final soltándome. Toma el bote nuevamente para colocar un poco más de producto en una de sus palmas esparce por donde le había faltado, en la parte baja de la espalda. Lo que queda me lo unta en los brazos que aún tengo tensos intentando mantener la prenda superior en su sitio.
Toma los tirantes de top del bikini y los sujeta a mi espalda. Se levanta para caminar frente a mí y en cuanto está dándome la espalda agrega:
―Te daré diez segundos para que te acomodes el top, luego de eso no me hago responsable por donde vaguen mis ojos. ¿Tengo permiso?
―¡Dae-Hyun! Aun no te he dicho nada referente a lo de este verano ―protesto con boca pequeñita.
―Pero tus mensajes de todos estos días los siento de forma afirmativa, cariño. Por favor Deborah, dime que sí ―justifica aun dando la espalda―. Van cuatro segundos.
―¡No te atreverías! ―Acomodo con rapidez el traje de baño mientras escucho el conteo de los segundos por parte del asiático.
―Sabes que no, pero lo hace más emocionante ―menciona en cuanto ha llegado a diez y se ha girado―. ¿Quieres ir a la piscina? Creo que Paul y Rosie tardaran un mundo y de verdad quiero un chapuzón el día de hoy.
―Vale, pero andas aun en franela y bermudas. No seré yo la primera que entre allí.
―De acuerdo ―accede. Se saca la camiseta por encima de su cabeza, es la primera vez que nos vemos con lo que sería traje de baño―. Mi ventaja cariño, es que estas bermudas son el bañador ―dice esto último más cerca de mí y con una mirada traviesa me toma entre sus brazos. Estoy totalmente desprevenida que se me es inevitable soltar un grito.
Dae-Hyun se acerca a la piscina con cierta amenaza de lanzarme a ella intenta separarme de sí y hace amago de dejar ir su agarre. Me sujeto a su cuello con violencia, tanta que creo que le ahorcaré.
―Sé que te gusto, pero no sabía que era tanto ―suelta carcajadas mientras lo dice. Apretó mi agarre. Dae-Hyun da unos cuantos atrás dándome un algo de confianza para aflojarle un poco. Pobre de mí. Mi alivio dura poco cuando veo que solamente estaba agarrando impulso para dar una pequeña carrera para saltar en la piscina. Otro grito agudo sale de mi boca mientras que en la de Dae-Hyun son carcajadas.
En el instante que siento un poco de agua tocara mi piel cierro de inmediato mi boca para evitar que el líquido ingrese. El salto del asiático ha sido alto y hemos caído al agua a bastante profundidad. Hago esfuerzo para salir a la superficie. Él logra salir antes que yo. Cuando me ve se comienza a morir de la risa. Me quito lo más que puedo el cabello de mi cara para hacer mi mejor cara de molestia. Aunque no estoy de todo feliz debido a tal remojo inesperado, no voy a negar que fue divertido. Le salpico agua en su cara.
En un abrir y cerrar de ojos, se vuelve una guerra de quien le tira más agua en la cara al otro. Estoy defendiéndome salpicando agua de forma descontrolada a todas direcciones con los ojos cerrados para protegerlos de una irritación de tanto cloro.
Estoy tan desorientada que no sentí el momento preciso en que Dae-Hyun dejó de lanzarme agua y empezó a moverse debajo de ésta para rodearme por la cintura tomándome por sorpresa. Suelto un gritito.
―Hagamos el amor y no la guerra ―murmura divertido juntando nuestras frentes.
―¿En qué momento te moviste?
―Solo fue un acto de magia… ―añade la última palabra en un tono más bajo para darle un toque de misterio a la frase―. Ahora es tu turno de hacer que esto realmente sea mágico. ¿Me dirás que sí? ―Su rostro está mucho más cerca que antes, incluso lo ha girado levemente rozando nuestros labios.