Enamorada de una Estrella

3

Leny se quedó consternada y fue de mal en peor hasta el sábado siguiente.

Tuvo tres entrevistas de trabajo esa semana y no ninguna salió bien: la pastelería Sweety Sweety la consideró demasiado cualificada para el trabajo de dependienta, mientras que para el bufete de abogados de William Jerks, era demasiado poco competente, aunque hubiera estado trabajando en el mismo puesto en otro bufete durante los últimos cuatro años.

Buscando un vestido para la reunión con algunos amigos de la escuela secundaria y Emily, Leny se dio cuenta de que solo dos de los cientos de vestidos que Emily le había enviado equivalían a su salario.

Debería empezar a ser más práctica y vender ropa en Ebay.

De hecho, la mayoría de ellos eran tan sofisticados y provocativos que nunca se atrevería a llevarlos en público.

Exasperada, finalmente eligió un vestido negro ajustado con pedrería strass y un par de zapatos muy bonitos. Regalo de Emily.

Se maquilló con mucho cuidado, repitiéndose a sí misma que no lo hacía solo para estar más guapa a ojos de Chris.

La reunión fue en el pub de la ciudad. Emily iba con Chris y llegarían en su coche.

Se miró a sí misma una vez más antes de irse, bastante satisfecha con su imagen.

El corrector cubría las sombras bajo sus ojos y el colorete ocultaba perfectamente la palidez y la tensión de su rostro.

Se subió al auto tratando de sonreír y deseando que todo saliera bien.

Ella sabía que todas las personas que estarían, incluyendo a Sheila, Brad y Tom, seguían siendo sus amigos más por su relación con Emily que por cualquier otra cosa, pero esperaba que no la ignoraran completamente ahora que su prima había vuelto.

Se esforzaba por sonreír y estar alegre.

No quería mostrar a Chris que seguía siendo la chica tímida y silenciosa que solía ser.

Con paso firme se subió al coche, pero en cuanto giró la llave, el coche hizo un extraño ruido sordo que terminó con un golpeteo y luego… silencio.

Intentó hacerlo arrancar, pero no pudo.

Lo intentó una y otra vez.

Nada.

El coche no daba señales de vida… como todo lo demás.

No pudo evitar gritar con toda su rabia y frustración.

Después de haber ventilado bien su rabia golpeando el volante hasta que le dolieron las manos, Leny decidió contarle a Emily lo que había pasado.

―Por favor, debes venir. ¡Estoy sola! ¡Chris me ha dejado plantada! Por favor… ―le suplicó como si no fuese ya el centro de atención de todo el pub.

―Ok, tomaré un taxi ―se rindió Leny, tratando de calcular cuánto le costaría esa noche: el taxi, la reparación del coche y, finalmente, el pub.

No se podía permitir todo eso, así que decidió ir en taxi solo hasta la mitad del trayecto y se prometió a sí misma que no tomaría más de un trago… o no podría pagar la siguiente letra del coche.

Veinte minutos después con esos zapatos asesinos, se dio cuenta de que quería darle la vuelta a sus buenas intenciones.

Le dolían los pies y necesitaría algo más que un trago si quería superar la noche y soportar el dolor, pero sobre todo para enfrentarse a la conversación que hacía reír a todo el mundo cuando llegó.

―¿Con Ethan? ¡No puedo creerlo! ―Emily estalló a carcajadas.

―Sí, estaba tan borracha que al día siguiente nos preguntó si había pasado algo ―dijo Sheila, divertida.

Leny sintió que se moría: hablaban del día en que perdió la virginidad. Aquel recuerdo era suficiente para provocarle una náusea capaz de hacerla sentir enferma de inmediato.

Nunca olvidaría el día después de la fiesta de despedida del instituto, cuando se levantó sintiendo dolor en todas partes y con el pelo embarrado y lleno de hierba.

Nunca antes había sentido ese dolor en sus muslos, por lo que inmediatamente comprendió que alguien se había aprovechado de ella.

Después de un tiempo se dio cuenta de que fue Ethan, pero cuando expresó sus temores de haber sido violada, todos le dijeron que estaba borracha, aunque ella siempre dijo que quería perder la virginidad con el hombre de su vida.

Ese fue un golpe realmente terrible para ella, tardó tres años en dejar que otro hombre se le acercara, después de dejar el alcohol definitivamente.

Emily se dio cuenta de que su prima estaba allí.

―¡Leny, por fin! ¡Ven aquí y cuéntanos todo!

―No hay nada de qué hablar. Fue una locura de juventud ―Leny desistió de intentar ocultar su aflicción.

―¿Pero con Ethan? ¿El que siempre se burlaba de ti en la universidad por tus orejas de soplillo? ―preguntó Emily.

―Bueno… estaba tan borracha que ni siquiera me di cuenta de que había perdido la virginidad ―se rio Leny, mirando hacia otro lado para no mostrar la angustia que le producían esos malos recuerdos.

¡Afortunadamente Chris no estaba allí para escucharla! No habría podido superar esa humillación.




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