Enamorada de una Estrella

5

Al día siguiente quedó con Emily para salir juntas. Sólo ellas dos, aunque Emily la dejó plantada al final porque tenía una videoconferencia con el director de la próxima Catwoman.

Se había pasado toda la noche arreglándose para no sentirse poca cosa al lado de su perfecta y siempre hermosa prima, y ahora se iba a quedar acicaladísima frente a la televisión, tirada en el sofá.

Media hora después oyó el timbre.

Fue a abrir alegremente pensando que sería Emily, pero en vez de eso se encontró con el irresistible encanto de Chris.

―¡Qué guapa estás! ¿Ibas a salir? ―le preguntó, mirándola fijamente.

―No, ya no. Por favor, entra ―susurró insegura, porque su cuerpo había reaccionado inmediatamente a su presencia y se moría de ganas de sus besos.

No había parado de pensar en ese beso increíble, pero había llegado a la conclusión de que debía poner fin a su sueño, porque Chris estaba comprometido con Emily… y, además, ¿qué pintaba ella en su mundo?

Pronto se marcharía para rodar la séptima temporada de Love School, y no lo volvería a ver. Desear a Chris solo significaba hacerse más daño.

―El director del banco me llamó esta tarde para decirme que había olvidado algo importante. Parece que el día de su ingreso en el hospital, mi abuelo lo llamó temprano para decirle que mantuviera aparte una cantidad considerable de dinero, porque quería dárselo a alguien a quien quería mucho, que tenía problemas financieros. El director se sorprendió porque nunca antes había tocado la cuenta, así que le pidió a mi abuelo que lo volvieran a hablar, pero luego… murió y…

Leny sabía que Arthur quería hacerle un depósito desde que supo que la habían despedido, pero fingió que no sabía nada.

―Te imaginarás mi sorpresa cuando el director me dijo tu nombre como destinatario ―continuó arrinconándola y cerniéndose sobre ella.

―Tal vez cometió un error ―dijo Leny, tratando de recuperar su espacio vital.

―Eso es justo lo que yo pensé, pero luego recordé tu casa despojada y la reparación de coche gratis…

―Ya te lo he dicho: Tom me pidió ese favor, y en mi casa solo hay lo fundamental, como a mí me gusta ―contestó Leny humillada.

―¿En serio? ―la desafió, moviéndose hacia la sala de las cajas.

―¡No! ―gritó Leny, lanzándose entre él y la puerta para cerrarle el camino, pero Chris la empujó hacia un lado de mala manera y sin miramientos abrió la puerta que escondía todas aquellas cajas apiladas, etiquetadas con lo que contenían.

―Leny, deberías explicarme todo esto ―dijo furioso, agarrándola por los hombros con fuerza.

―¡No tengo que explicarte nada! ―respondió ella enfadada, tratando de disimular su vergüenza. No quería admitir que la prima de una estrella de cine no tenía ni para el alquiler.

―Leny, ¿estás en problemas? Quiero saber.

―No hay problema. Acabo de decidir mudarme a casa ―mintió, tratando de mantener la calma.

―¿Pero lo sabe tu madre?

―Todavía no, y por favor quiero decírselo yo misma.

―Vale. ¿Pero y dónde te vas a quedar?

―En una casa más grande. No lo sé… todavía estoy considerando algunas ofertas ―Leny mintió mordiéndose los labios.

―¿Por qué no te creo? ―siseó Chris, malhumorado.

―¿Por qué eres tan desconfiado? ―contestó Leny tratando de salir de aquella.

―Como estés mintiendo te la vas a cargar ―le advirtió Chris antes de poner sus labios duramente sobre los de ella y la empujara contra su cuerpo excitado.

Leny deseaba poder separarse de él y poner fin a ese beso, pero su cuerpo no estaba de acuerdo en absoluto. Como si tuviera voluntad propia, se pegó aún más al cuerpo de Chris, hasta que pudo sentir sus abdominales contraídos a través la fina tela de su vestido.

Ebrios de la pasión que los había arrebatado, se dirigieron al dormitorio, donde él la acostó dulcemente sobre la cama y la cubrió con su cuerpo, abrumándola con besos, de la boca a la mejilla, luego al lóbulo de la oreja y finalmente al cuello, haciéndola gemir de placer.

Había tenido relaciones sexuales solo una vez antes, pero tan borracha que nunca pudo recordarlo.

Después de eso, solo unas cuantas aventuras amorosas que terminaron demasiado pronto para acostarse, especialmente después de lo que había pasado con Ethan.

Pero ahora sentir el cuerpo, la boca y las manos de Chris en su cuerpo la hacía derretirse lánguidamente y entregarse hasta quedar exhausta a la vez.

Sin experiencia y completamente cautiva de esas nuevas emociones, no fue capaz de contenerse ni controlar sus reacciones.

Se escuchaba a sí misma susurrando, gimiendo y murmurando su nombre, mientras que Chris seguía recorriéndola con besos dulces e intensos, mientras bajaba por su suave escote hacia su prominente pecho.

―Oh, Leny, me vuelves loco ―gruñó algo agresivo cuando ella se inclinó hacia atrás, presionando la pelvis contra su pantalón apretado por la dolorosa erección que luchaba contra la tela para liberarse.




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