Enamorados

Capítulo uno

Has podido ver el trasero del nuevo profesor de matemática. Está buenísimo, me gustaría verlo en ropa interior. Debe saber como el pan de Dios.

A mí me gustaría verlo sin ropa, sentir como se mueve tanta belleza.

 

Entre risas y chistes las profesoras comentaban la llegada al nuevo profesor de matemática, un joven de  veinti tres años alto.

Pues el nuevo profesor era el remplazo del viejo profesor que había hecho mucho por el colegio. No solo en lo referente a su materia sino también, en ayuda social.

 

Sobre la mesa de las profesoras había unas altas torres de exámenes sin calificar de hace dos semanas de los alumnos.

El director entro al salón de profesores, pero al entrar quedaron en silencio.

   — Podrían concentrarse más en calificar y preparar sus clases que cuchichear—dijo el Director con un              tono mandon. 

El director salió tan rápido como entro.

Las profesoras más jóvenes como no estaban a acostumbrada se ponían a trabajar inmediatamente.

Amanda no era profesora sino practicante pero no se dudaba que el puesto ya era suyo pues durante su estadía en el colegio había demostrado que era responsable, laboriosa y sobre todo centrada.

No se podía decir lo mismo de las demás profesoras.

 

La profesora María se a preguntarle a Amanda si era ciego, porque ese profesor nuevo era una delicia.

    — Tengo gustos diferentes—respondio Amanda. 

Amanda se concentra en trabajar en sus clases.

Amanda llevaba toda la mañana escuchando los comentarios de las profesoras sobre el físico de Dimitri Green.  A diferencia de los demás compañeros de trabajo Amanda sentia una profunda admiración por el jubilado profesor.

La mayoría solo le interesaba cobrar el dinero y cumplir con las clases.

Nada de la pedagogía ni teoría de aprendizaje.

Muchos alumnos le escribieron cartas de despedida recordando cada vez que él les ofreció la ayuda y consejos.

Amanda no esperaba la misma entrega del nuevo profesor.

Con tal que se dedicara en su trabajo, y no diera pleito se conformaría.

No esperaba mucho de un profesor joven, sexy y lleno de vida.

La jornada del día habia concluido. 

Y por la puerta entro él. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.