Enamórame si te atreves

Capitulo 2. Esto recién empieza

—Hijo querido, cuánto te extrañe mi amor.— mi madre al verme saltó en mis brazos, envolviéndome entre las suyas.

—Hola mamá, yo también te extrañé.— dije y es la única mujer que puede abrazarme de esta manera y llenarme de tanta dulzura, porque eso la verdad me desespera en otras mujeres, a la única que le permito llegar un poco más lejos es a Victoria. Digamos mi novia a quien tuve que dejar en Nueva York para venir a cumplir la petición de mi padre.

Diría que estoy feliz por ocupar la presidencia de Global group, pero Dios sabe que no es cierto, mi padre tuvo que rogarme una y mil veces, y aquí estoy queriendo volver a ser un niño y no cargar con esta responsabilidad.

No me siento preparado para ocupar un lugar así, para manejar una empresa tan grande como la de mi padre.

A mis 25 años no me siento preparado en realidad para nada, más que para divertirme, aún soy joven y quiero vivir mi vida a atarme a una silla detrás de un escritorio por el resto de mis dias.

—¿Y papá como está?

Mamá movió su cabeza de un lado a otro. 

—Deprimido Diego, esa es la palabra, no fue nada bueno para él enterarse que tenía cáncer.

—Papá se va a poner bien, ya verás mamá, es joven, además me has dicho que el médico dijo que estaba en una etapa tratable.

Mi madre afirmó. —Así es hijo, por eso te queremos aquí, te necesitamos, es hora de que le retribuyas a tu padre todo lo que ha hecho por ti.

Suspiré hondo y exhalé todo el aire que tenía en mis pulmones, quería rodar mis ojos, pero sabía que mi madre me lanzaría su chancla.

—No estoy muy convencido de poder manejar a Global Group, madre.

—Tonterías hijo, por supuesto que lo harás de maravilla. Eres muy inteligente y capaz. —hice una mueca con mi rostro, no estoy muy convencido con eso de ser muy inteligente, dos más dos son cuatro, cuatro y dos son seis… —¡Diego! —Gritó mi madre.

—¿Qué? No me grite señora por favor, repito, no me siento capaz de nada mamá. Cuando vaya a la quiebra la empresa me querrán culpar a mí y yo se los advertí varias veces. — la señalé con el dedo.

—¿Y el inútil de mi primo? — Mamá me dio un golpe en el brazo, ya no se pudo aguantar.

—No te expreses así de Patrick, Diego, que él es como tú hermano.

Rodé los ojos y luego sonreí. —Todos están en la empresa aún hijo, si gustas puedes ir a visitarlos allí.

Hice un mohín con mis labios. —Mejor no, saldré a dar una vuelta por ahí mamá. No quiero meterme en esa empresa aún, eso me enfermaría antes de tiempo.

—¡Diego!

Reclamó mi madre y yo solo le guiñé un ojo dando media vuelta para salir de allí nuevamente.

—Por favor que mis maletas suban a mi cuarto.— grité antes de salir afuera.

Ajusté mi chaqueta, peiné mi pelo y me monté a mi auto nuevamente. Daría una vuelta por la ciudad, hace bastante tiempo que no venía.

Cuando llegué ya en horas de la noche, escuché voces provenientes de la sala, sonreí caminando hacia allí para encontrarme con mi padre.

—Buenas noches.— saludé en tanto él me miró fijamente y luego solo abrió los brazos para recibirme.

—Mi muchacho.— me acerqué a él y como negarle un abrazo a mi viejo.

—¿Cómo estás papá?— me sujetó el rostro entre sus manos y apretó sus labios entre sí.

—Mejor al saber que ya estás aquí.

Solo apreté mis labios en una fina línea, no me agrada la idea, pero que le vamos a hacer.

—Buenas noches.— de pronto escuché una voz a mi espalda.

—Buenas noches.— saludé a Patrick, mi primo, vive con nosotros desde que era un niño, bueno, vive aquí y en su departamento de soltero, mis padres lo criaron cuando los suyos murieron en un accidente automovilístico.

—Que placer tenerte aquí, primo.— podía notar el sarcasmo en su voz.

—Lo mismo digo, primito.— dije y solo pasó a dejar un beso en la frente de mi madre.

—Mis hombres, mis hermosos hombres pasemos al comedor que la cena está servida.— dijo mi madre.

—Desde mañana quiero que vayas conmigo a la compañía Diego, necesito anunciarte como el nuevo presidente ante los accionistas, enseñarte algunas cosas y poder retirarme definitivamente.

—¿Tan pronto padre?— dije metiendo un trozo de carne en mi boca, degustando la deliciosa cena.

—¿Y cuando se supone que asumirás la presidencia? ¿Cuándo cumplas 50? — se burló.

Solté mi tenedor en el plato al escuchar la irónica voz de mi primo.

—En primera no estoy hablando contigo, en segundo no es tu problema.

—¡Basta, basta Diego!

Exclamó molesto mi padre.—Patrick tiene razón, ¿Cuándo piensas asumirlo? Yo ya no tengo tiempo.

—Lo haré papá, por eso estoy aquí, ¿Eso debe valer algo no? —Clavé mis ojos en Patrick, siempre está queriendo ponerme mal con mi padre, ese recelo que siente no me parece, ya que él no es su hijo, sin embargo lo ha cuidado y querido incluso más a él mismo que a mí que soy su hijo y yo no reclamo nada respecto a eso.

—Irás mañana, te guste o no y se acabó Diego, ya eres adulto, ya debes tomar las cosas con seriedad y responsabilidad y punto final, ya no hablaremos del tema, eres mi único hijo, tú y Patrick se encargarán de todo.

Solo suspiré hondo, la verdad no me veía lo suficientemente adulto como para tomar el puesto, pero tal vez tenga razón y debo asumir la responsabilidad tarde o temprano.

—Está bien.— dije mientras seguí comiendo de mi cena mientras escuchaba como Patrick hablaba con papá de la compañía, de los negocios, maquinarias y demás cosas, mi primo sabe mucho, pero yo le demostraré a mi padre que también puedo, la empresa es mía, me corresponde por derecho y no dejaré que él se quede con lo que a mí me pertenece.

Después de terminar de cenar, mi padre fue a descansar, yo decidí salir a dar una vuelta por ahí porque no tengo ganas de quedarme aburrido aquí en la casa, nunca estoy sin hacer nada, me gusta salir de fiestas, salir a tomar en un bar o al menos pasarla bien con alguna chica por ahí.




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