~Siwon~
¿Cena? Como todo un acosador, no pude evitar escuchar su charla, ya que prácticamente la tuvieron fuera de la oficina. Daniel mencionó algo sobre confirmarle la hora y el lugar, pero sobre mi cadáver cenarían juntos. Las cenas de mi hermano no eran nada inocentes y desde luego que no dejaría que Claudia cayera en sus garras.
Tenía que averiguar que planeaba mi hermano e ingeniármelas para evitar que fuera a ese lugar.
Era algo sucio, pero con Claudia todo valía.
―Hola. ―Por segundo día, entre a su oficina a primera hora. Necesitaba hacer las cosas con rapidez.
―¿A qué debo el honor de tú visita? ―ironizo mirándome acusadoramente y no necesitaba pensar para saber la razón.
Había organizado una cena con nuestra madre a que de ultima hora no me presente, dejándolo con ella.
―Todos los días te veo, ¿no?
―Sí, pero ayer te perdiste todo el día y en la noche no cenaste con nosotros, mi madre me preguntó por ti ―su respuesta claramente era un reclamó, pero fingí no darme cuenta.
―Lo siento. Surgieron asuntos.
―¿Asuntos? ¿De nuevo?
―Si. Son de la empresa, como me dijiste ayer, estoy estudiando para estar a la altura, como se aseguré, no voy a fallarte.
―Bueno, entiendo, olvídalo. Dime, ¿Necesitas algo?
―Vine a informarte de los planes de nuestra madre para esta noche. ―Me miró extrañado. Desde luego que ese era mi plan al faltar la noche anterior, mi ausencia solo inquietaría a nuestra madre y nos obligaría a cenar juntos de nuevo.
Unos minutos antes la había llamado, obviamente Daniel no tenía idea.
―¿Planes?
―Sí, cena familiar.
―¿Qué? ¿Otra? ―preguntó evidentemente sorprendido. Este era mi intento de frustrar sus planes con Claudia.
―Esta vez no seremos solo nosotros, también estará tu padre. ―Eso sí que lo descoloco, para nadie era secreto que el señor Henney estaba de viaje, pero convenientemente estaba por llegar y era un dato que confirme la tarde anterior.
―No lo sabía que había regresado.
―Acabo de hablar con nuestra madre y me pidió te avisara. Ya la conoces y como hace tiempo no estamos juntos. ¿No me digas que ya tienes planes? ―inquirí fingiendo ignorancia.
―No, ningún. ―Fui yo quien se sorprendió. ¿Y Claudia? Así que lo había olvidado, eso resultaría más fácil de lo esperado.
―¡Genial!
―¿Genial? ―Me miro con sospecha.
―Necesito un favor.
―¿Qué favor?
―¿Podrías cubrirme? ―Su sorpresa se diluyó con rapidez y me miró con una sonrisa traviesa.
―¿Así que de eso se trata? ¿Eh?
―No lo tome así, es que tengo una cita. Ya sabes que a mi madre le gusta que al menos uno de nosotros dos, este presente. Y sobre todo porque estará tu padre.
―Primero dime, ¿Qué clase de cita es? Y de ahí veré si vale la pena el sacrificio o no. ―Rodé los ojos y resoplé.
A veces creía que mi hermano nunca perdería ese lado salvaje que tanto les gustaba a las mujeres, aunque tenia duda si Claudia lo conocía. Ella no era dada a eso y era justo eso lo que pensaba de mi y por lo que me odiaba.
―Una chica.
―Mi hermanito tiene una cita. ¡Vaya! Ya era hora. Comenzaba a preocuparme tu falta de interés.
―¡Oye! No es para tanto. Que sea discreto, no quiere decir que ande en ondas raras.
―Es broma. No te preocupes, el sacrificio lo vale. Así que espero tener buenas noticias pronto. ¿Entendido?
―Sí, sí.
Desde luego que lo valía. Vería a Claudia y la salvaría de caer en las redes de Daniel. Aunque sospechaba que a ella no le daría mucho gusto verme.
~Claudia~
Llegue puntual al lugar donde nos veríamos, ocupe la mesa que Daniel había reservado y respire, intentando mostrarme tranquila. Al principio no le tome importancia al transcurso del tiempo, me dedique a disfrutar de la hermosa vista del lugar, del ambiente acogedor y de la música. Pero personas iban y venían y Daniel, nada. Habían pasado más de 30 minutos y no había ni señas de él. ¿Qué había pasado? ¿Lo había olvidado? Considere llamarlo, pero era demasiado incluso para mí.